En este artículo, primera entrega de nuestra nueva sección Mujeres que transforman, buscamos mostrar las historias y las contribuciones de las mujeres que ya dejan huella en sus respectivos sectores y de aquellas que poco a poco se suman a la transformación

Por Dulce María Negrete

La participación económica de las mexicanas aún está lejos de ser óptima. Hasta 2019, 45 de cada 100 mujeres tenía un trabajo o estaba en busca de uno. Con la pandemia, esta cifra disminuyó hasta ser igual a la de 2005, es decir, 41 %.

“Cerrar la brecha de género agregaría hasta 0.8 trillones de dólares al PIB de México (70% más)”, señala la consultora McKinsey & Company en su estudio Women Matter. En este mismo sentido, las empresas con más mujeres en altos niveles de su organización tienen 55 % mayor rentabilidad. De hecho, en este mismo estudio, el 60 % de los empleados considera que la diversidad contribuye a un mejor clima organizacional y ambiente de trabajo.

México Evalúa señala que las empresas que adoptan políticas activas de diversidad e inclusión en México registran 2.3 veces más flujo de efectivo, 1.4 veces más ventas y 170 % mayores alternativas de innovación y creatividad, en comparación con empresas que no lo hacen.

Un análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) publicado en 2021 estima que, para 2030, el PIB podría ser 15% mayor si el Gobierno y el sector privado implementan acciones para sumar a 8.2 millones de mujeres a la economía. Por otra parte, el Inegi declara que casi un tercio de las mujeres mexicanas (29 %) cuando trabaja lo hace en el sector informal.

En este sentido, ¿qué significa ser una mujer que transforma? Significa que, desde el rol que desempeña en un espacio-tiempo, esa persona, es capaz de tomar decisiones a partir de su nivel jerárquico para echar a andar el engranaje del sistema, con el fin de aportar desarrollo y bienestar personal para un individuo, un grupo, un sector o una región.

En la realidad actual, ya no se trata de cuestionar si las mujeres pueden participar en la vida económica, social y política de un micro y macro entorno. Se trata de generar las condiciones para que esta decisión sólo le pertenezca a ellas; se trata de un desafío medular al que se aspira en México, donde se midan los resultados, donde se mejoren, a través de un piso parejo.

En México, un informe sobre el mercado laboral presentado por el INEGI destaca que el sector de la construcción presenta desigualdades para las trabajadoras; por ejemplo, sólo 4 de cada 10 puestos son ocupados por mujeres

En Especificar abrimos esta nueva sección: «Mujeres que transforman», con el objetivo de visibilizar los esfuerzos que se están haciendo desde lo público y lo privado. Y, como dicen: “el que mucho abarca poco aprieta”, nos centraremos en ellas y sus acciones desde el sector de la construcción, en los diferentes escenarios que cubrimos, es decir, en HVAC/R, plomería, agua, contra incendio y sustentabilidad.

En esta primera entrega conversamos con dos mujeres: Alma Meneses y Evangelina Hirata. Meneses es licenciada en comunicación, hoy en día es Gerente General de Fundación Helvex, empresa multipremiada debido a la calidad e innovación de sus productos a nivel local e internacional. Dichos reconocimientos a nivel institucional han incentivado a Alma para contribuir a la creación de programas de cuidado y pedagogía del agua con diversas organizaciones y, junto con el Centro de Capacitación Helvex, ha participado en la profesionalización de mujeres en el área de plomería.

La arquitecta Evangelina Hirata actualmente es Directora del Organismo Nacional de Normalización y Certificación de la Construcción y Edificación, S.C (ONNCCE), reconocido en el ámbito nacional debido a sus iniciativas en calidad y competitividad de productos, procesos, servicios y sistemas relacionados con la industria de la construcción a través de la normalización, certificación y verificación. A la par, Hirata colabora en un grupo de trabajo para formular estándares sobre inclusión de género en el ámbito laboral dentro de la industria de la construcción.

Ser parte del cambio y no del problema

Cambio es la palabra con la que Alma Meneses abre la conversación, pues considera que el movimiento y la curiosidad implican evolución. Lo observa, lo vive, cuando hablamos de hacer carrera: mujer. En su experiencia, se está conquistando más espacio, se tiene voz, se tienen voto, se habla fuerte, por eso debe seguirse haciendo. Ella propone que las mujeres se sigan entrenando, cultivando para seguir negociando, aunque a veces parezca que se vuelve a empezar. “Se trata de formar esta cultura, de forjar este entendimiento”, señala.

Cuando la gerente General de Fundación Helvex empezó a laborar, notó que las organizaciones sin fines de lucro (ONG), las fundaciones y las asociaciones solían enfocar sus esfuerzos a partir de la filantropía, un rasgo crucial, para iniciar, pero no para perdurar. “Beneficiar a otros es fundamental, es el primer paso de voluntad política; pero para vivir cambios se requiere de una formación cultural. Se trata de cambiar realidades que impactan en el ambiente; esto es, generar inversión social”, explica.

Esta inversión social, señala, permite que las personas o grupos que se ven beneficiados se vuelvan agentes de cambio. Por ello, a su juicio, los planes y programas en los que ha participado a lo largo de la última década demuestran resultados exitosos.

Un ejemplo de inversión social son los programas de capacitación para mujeres que ha implementado Grupo Helvex. La premisa es sencilla: para que las mujeres puedan generar una fuente de empleo y mejorar sus ingresos, Fundación Helvex y el Centro de Capacitación Helvex ofrecen la certificación en instalaciones hidrosanitarias, la cual cuenta con reconocimiento de validez oficial (REVOE) por la Secretaría de Educación Pública (SEP). El programa es conocido coloquialmente como Mujeres Plomeras, y hasta 2022 tiene una duración de 120 horas.

Cuando le pregunto a Alma Meneses, ¿cuáles son los beneficios que obtiene una mujer cuando trabaja?, ella dibuja una pequeña sonrisa en su cara, respira hondo, de inmediato se queda callada unos segundos, luego me dice: “Satisfacción personal, seguridad en sí misma, mayor capacidad de decisión, menor desamparo, y en algunos casos, son menos proclives al abuso. Con esta certificación pretendemos darles el conocimiento técnico para que ellas desarrollen esta herramienta laboral”.

Se trata de ser parte del cambio y no del problema, aunque conseguirlo no es tarea sencilla, dado que implica reducir barreras estructurales, así como cambiar actitudes sociales”

Alma Meneses, Gerente General de Fundación Helvex

Además, se convierten en vigilantes del agua en los inmuebles donde hacen un servicio, porque desde el primer día se les explica el valor de la sustentabilidad por medio de la gestión eficiente del agua. Entonces, Mujeres Plomeras se adapta a necesidades de horario. Se inicia con primeros auxilios en plomería, y al mismo tiempo enseña que, a través de la tecnología de Helvex, se optimiza el uso de los recursos hídricos.

“La sustentabilidad es un pilar importante en nuestra industria. En Helvex se fabrican productos que procuren el agua, recurso necesario para el funcionamiento de nuestros dispositivos; por ejemplo, la grifería de bajo caudal, los inodoros de baja descarga o la implementación de sistemas de riego eficientes para actuar por la conservación del ambiente y de la sociedad”, subraya Meneses.

Alma Meneses concluye que si bien hay una lista de pendientes que la industria debe cubrir, “se trata de ser parte del cambio y no del problema, aunque conseguirlo no es tarea sencilla dado que implica reducir barreras estructurales, así como cambiar actitudes sociales. Desde su posición en Fundación Helvex, invito a que continuemos haciéndonos espacio, empujemos con políticas, con propuestas, con iniciativas, con conferencias donde vemos la oportunidad para sumar a más mujeres”.

Para 2023, Meneses planea junto con su equipo desarrollar una red de mentorías a nivel corporativo, de modo que las mujeres aspiren a un mayor rango de desarrollo interdisciplinario y puedan ampliar su red más allá de la compañía.

La horizontalidad entre ellos y ellas

Las mujeres graduadas en carreras de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) alcanzó a nivel mundial, en 2020, el 12.4 % del total de mujeres con educación universitaria, frente al 37.3% de hombres según lo reportado por el Foro Económico Mundial en el Global Gender Gap Report de mismo año.

En México, un informe sobre el mercado laboral presentado por el INEGI destaca que el sector de la construcción presenta desigualdades para las trabajadoras; por ejemplo, sólo 4 de cada 10 puestos son ocupados por mujeres.

La Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) agremia aproximadamente a 11 mil 800 empresas, de las cuales 1 mil 746 están representadas por mujeres, lo que equivale a 14.7 % del total.

En este campo, Evangelina Hirata Nagasako, arquitecta por la Universidad Nacional Autónoma de México, con estudios de Posgrado en Diseño Urbano en Japón, España y México, y una especialidad en Valuación Inmobiliaria, se desempeña en la actualidad como directora del ONNCCE; expresa que el que haya trabajo para las mujeres en igualdad de condiciones socioeconómicas y políticas a la de los hombres mejora su contexto social y económico, los cuales luego permiten sistemas menos arbitrarios.

Todo esto implica esfuerzo. Es necesario comprender que los tiempos cambian y hablar de diversidad, equidad e igualdad alberga la posibilidad de obtener oportunidades semejantes, hacer la brecha más estrecha para promover nuestra vida profesional. “Creo que aún se cree que la equidad tiene que ver con cuestionamientos físicos, como la fuerza, pero no se centran en las competencias técnicas y conocimientos”, manifiesta Hirata.

Asimismo, acepta que los retos a los que se enfrenta a nivel directivo abarcan la rentabilidad del organismo, así como un ambiente laboral saludable dentro y fuera de él. “En nuestro rubro, la normalización, certificación y verificación como organismos terceros de parte se antoja escabrosa a razón de una falta de observancia de la ley. Solemos estar en una conversación permanente para que se reconozca nuestro trabajo, además de aportaciones basadas en nuestra competencia técnica”.

Aunado a esto, Hirata precisa que no debe haber diferencias en cuanto al reconocimiento de competencias técnicas, y por eso el ONNCCE ha participado en la búsqueda de iniciativas para resaltar los beneficios que las mujeres pueden proporcionar en el ámbito laboral.

Un proceso formal de retención de ejecutivos, por ejemplo, propicia que las organizaciones identifiquen a aquellas mujeres que cubren el perfil que se necesita, de esta manera se le da seguimiento, se le ofrece un plan para seguir haciendo carrera. Así las organizaciones se anticipan, al apuntalar a esa persona, incluso para ofrecerle mentorías.

Pero cabe la duda, ¿por qué es importante catapultar una carrera a través de las mentorías? Evangelina Hirata menciona que tener a un costado a una mujer que ya dio pasos en diferentes trayectorias durante su carrera laboral genera en otra mujer confianza, la cual le sirve para tomar mejores decisiones y formar liderazgo. Por eso, muchos especialistas señalan la importancia de tener, al menos una vez a lo largo de la carrera profesional, a una mujer como mentora.

Tener a un costado a una mujer que ya dio pasos en diferentes trayectorias durante su carrera laboral genera en otra mujer confianza, la cual le sirve para tomar mejores decisiones y formar liderazgo”

Arq. Evangelina Hirata, directora general del ONNCCE

El 20 % de las mujeres que tienen una mentoría cuentan con mayores probabilidades de ser promovidas a lo largo de sus carreras “¡Pero, cuidado!”, advierte Hirata. “En el juego organizacional y directivo no basta con tener el conjunto adecuado de iniciativas de diversidad de género, ya que los procesos internos para que la gente se pueda acoger a ellos requieren de claridad de ida y vuelta por parte de la organización y de los empleados acerca del espectro en el que pueden tomar decisiones, y cuáles son las consecuencias de éstas”.

“Sin importar las crisis, –apunta la directora– se debe de tener un compromiso de diversidad y un cambio de consciencia como empresas, organismos gubernamentales y no gubernamentales, sociedad e individuos. También es necesario resaltar a las mujeres que ocupan puestos de liderazgo para que las niñas y las jóvenes sepan que pueden formar parte de estos sectores y se motiven a desarrollarse profesionalmente en las áreas STEM”.

Hirata Nagasako comparte que “en los eventos donde hay mujeres, debemos invitar a los hombres, debemos entender que somos entes que queremos cambiar nuestra forma de pensar para mejorar nuestras relaciones interpersonales, y que en las corporaciones debe haber conciencia de ponderaciones para medir y evaluar el trabajo que se desempeña en condiciones similares, al mismo nivel de horizontalidad para ellos y para ellas”.