El mundo moderno está lleno de tecnologías que conectan todo. Hace unas décadas, era impensable que sería posible controlar automáticamente las condiciones en un edificio entero. Sin embargo, los últimos avances tecnológicos han llevado a la aparición de los edificios inteligentes

Por Trane

Los edificios inteligentes integran la tecnología para ofrecer soluciones a los viejos problemas de sobregasto e ineficiencia en la construcción y su uso. Dentro de un edificio inteligente todos los sistemas están conectados, integrados y automatizados, desde aire acondicionado, calefacción, agua, hasta la seguridad y la iluminación. De esta manera, brindan soluciones para mejorar la eficiencia y reducir el consumo y los costos de energía.

Transformando el reto en una gran oportunidad

Las nuevas construcciones se pueden diseñar para poner en ejecución todas estas tecnologías inteligentes, inclusive convertir estructuras más antiguas en edificios conectados, lo que puede representar una alternativa ante el panorama de la industria de la construcción en nuestro país

El uso de sensores integrados en la infraestructura y los datos recolectados dentro de estos edificios permite una mejora significativa en su gestión. Gracias a las tecnologías innovadoras y a las crecientes ventajas del Internet de las cosas (loT), los residentes y los empleados de oficinas modernas e inteligentes ya disfrutan de las comodidades y beneficios asociados a un edificio conectado.

La eficacia y la eficiencia están implícitas dentro de todo lo que envuelve a estas construcciones. Contar con un edificio conectado ofrece beneficios clave, tanto para los operadores como para los dueños del inmueble:

  1. Ahorro en el suministro de energía.
    Para la mayoría de los edificios comerciales el uso de energía es el gasto de operación más significativo. Aproximadamente, un tercio del presupuesto operativo típico se destina al consumo de energía. Utilizar un sistema de gestión de energía de edificios (Building Energy Management Systems) será de gran ayuda para incrementar la eficiencia de un edificio, pues permite controlar activamente sus condiciones y monitorear de forma constante el uso de energía para asegurar que el consumo es adecuado en todo momento. Un edificio inteligente está diseñado para aumentar la eficiencia independientemente de las condiciones externas o internas de la estructura.​​​
    Si bien las cifras varían en función de cada sistema y edificio, el consumo de energía de un edificio conectado (Connected Building) puede reducirse entre  5 y 35 %. Esto se traduce en importantes ahorros financieros, así como en un enfoque mucho más eficaz y eficiente para alcanzar los objetivos de cualquier empresa socialmente responsable. Invertir en un edificio inteligente traerá un rendimiento considerable de la inversión.
    La primera constatación del rendimiento ocurre durante las auditorías. Una auditoría energética determina el consumo de energía asociado a un edificio y los ahorros potenciales de dicho consumo.

Utilizar un sistema de gestión de energía de edificios será de gran ayuda para incrementar la eficiencia de un edificio, pues permite controlar activamente sus condiciones y monitorear de forma constante el uso de energía para asegurar que el consumo es adecuado en todo momento


  1. Auditorías más eficientes.
    Los sistemas y tecnologías en los edificios inteligentes permiten monitorear todos los parámetros de energía en tiempo real, teniendo control móvil del edificio, además de acceso seguro a la información y administración remota del sistema desde cualquier lugar.
    Todos estos datos se almacenan y analizan para mejorar los sistemas de control y monitorización, además de obtener información precisa sobre los patrones de consumo y energía. El análisis de estos datos ayudará a los dueños o administradores de los edificios a tomar mejores decisiones operativas alineadas a los resultados esperados del negocio, al tiempo que pueden capitalizar a su favor la información generada.

El análisis de los datos del edificio ayudará a los dueños o administradores a tomar mejores decisiones operativas alineadas a los resultados esperados del negocio, al tiempo que pueden capitalizar a su favor la información generada


  1. Control sobre la eficiencia.
    La evolución constante de las tecnologías enfocadas en la eficiencia, como cámaras de seguridad y sensores térmicos, brindan información fiable sobre cómo se utiliza el edificio. Esto permite a los sistemas inteligentes realizar ajustes sobre dónde se requiere calor y luz, por ejemplo, brindando la oportunidad de optimizar los recursos, lo que conlleva otros beneficios tangibles, como el ahorro energético, lo que ayuda a reducir las emisiones de carbono. 
    El Consejo Mundial de la Edificación Sustentable (WGBC, por sus siglas en inglés) ha lanzado la propuesta de sólo construir EEC (Edificios Energía Cero) para 2050, con el objetivo de crear un futuro más sostenible, pues actualmente los edificios y la industria de la construcción generan más de 30 % de las emisiones globales de CO2.

La evolución de las tecnologías enfocadas en la eficiencia brindan información fiable sobre cómo se utiliza el edificio. Esto permite a los sistemas inteligentes realizar ajustes sobre dónde se requiere calor y luz, por ejemplo, brindando la oportunidad de optimizar los recursos


  1. Mantenimiento predictivo.
    Los costos de mantenimiento pueden ser sustanciales cuando éste se ejecuta manualmente. Sin embargo, si el equipo de mantenimiento se usa con mayor frecuencia de lo planeado, u ocurre alguna eventualidad, puede representar un desajuste en los presupuestos. Los edificios inteligentes permiten un mantenimiento predictivo sencillo, los sensores pueden detectar el rendimiento del edificio y activar los procedimientos de mantenimiento antes de que se active una alerta. Cuando se tiene una visión general más perspicaz sobre cómo funciona el edificio y cómo está siendo usado, es mucho más fácil darle  mantenimiento en el momento adecuado.
    Los sensores usados en los edificios inteligentes pueden medir el rendimiento técnico de las instalaciones y activar los procedimientos de mantenimiento en caso de mal funcionamiento del equipo. Esto hace posible rastrear las partes y sistemas del edificio para detectar y reparar inmediatamente cualquier mal funcionamiento.
    Además, la supervisión de maquinaria y equipo permite una gestión más eficiente de su ciclo de vida. Como resultado, se puede reemplazar cuando se vuelve demasiado costoso mantenerlo o cuando llega al final de su vida útil, lo que se traduce en un incremento del valor de los activos.

Cuando se tiene una visión general más perspicaz sobre cómo funciona el edificio y cómo está siendo usado, es mucho más fácil darle mantenimiento en el momento adecuado.


  1. Obtener más de quienes usan el edificio.
    Los edificios inteligentes se han diseñado específicamente para entregar una experiencia más cómoda a sus ocupantes. Pueden elevar los estándares y asegurar que se cumplan las consideraciones de salud y seguridad, así como asegurar que esto se implemente de manera rentable. Monitorear los sistemas de uso y ajustarlos para asegurar que los ocupantes tengan las instalaciones que necesitan, al final se traduce en gente más productiva. No está demás tener en mente que la gente con la que trabajamos también es un activo. Además, los datos generados por un edificio inteligente brindan una visión integral clave, que puede usarse de manera estratégica en la planificación y uso de los recursos, para una gestión más eficiente.

Monitorear los sistemas de uso y ajustarlos para asegurar que los ocupantes tengan las instalaciones que necesitan, al final se traduce en gente más productiva. No está demás tener en mente que la gente con la que trabajamos también es un activo


  1. Incrementar el valor del edificio.
    Al pensar en el edificio como un activo, el valor de éste se incrementará después de implementar las medidas de eficiencia recomendadas en todos los sistemas que lo conforman. Un análisis de IDC Data5 refleja que un hogar conectado o una casa inteligente es, por mucho, el activo más valioso, con un valor de mercado esperado, en 2020, de $85 mil millones de dólares y un crecimiento anual de 16 %. Imagine lo que valdrá un edificio que contiene tantos hogares u oficinas y la información que arroja.
    Lo que puede hacer la tecnología inteligente en un edificio comercial, no sólo se ve reflejado en ahorro de dinero, eficacia y eficiencia, sino en cuanto al valor que agregan certificaciones como LEED (Excelencia en Energía y Diseño Ambiental) y EDGE (Excelencia en Diseño y Eficiencias Mayores), a las que el edificio puede hacerse acreedor. Por todo esto y más, el edificio puede ser el activo más valioso de una empresa. En el pasado era sólo un inmueble que albergaba empleados de una o varias compañías. Hoy, los edificios cuentan con un potencial oculto. Tienen energía circulando en su interior: calefacción, refrigeración, iluminación, agua, sistemas contra incendio… Esta energía produce datos, y esos datos son como un idioma en espera de traducción. Información en espera de ser capitalizada. 

Lo que puede hacer la tecnología inteligente en un edificio comercial, no sólo se ve reflejado en ahorro de dinero, eficacia y eficiencia, sino en cuanto al valor que agregan certificaciones como LEED y EDGE a las que el edificio puede hacerse acreedor


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Trane

Es una empresa global de $ 14 mil millones comprometida con un mundo de progreso sostenible y resultados duraderos. Las soluciones de Trane optimizan los entornos interiores con una amplia cartera de sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado energéticamente eficientes, servicios de construcción y contratación, soporte de piezas y control avanzado. Para mayor información, visite ingersollrand.com o trane.com.