Componentes de suma importancia en los procesos productivos de cada nación, con los que de manera intangible también se comercia y están vinculados con los recursos de cada país

Por Ángeles Mendieta Alonso

Las diferentes necesidades humanas se satisfacen mediante bienes y servicios, que se producen a través de procesos de producción o de transformación. Ya sea que se trate de un bien o de un servicio, generarlo implica costos que pueden ser directos, como la materia prima y la mano de obra; costos indirectos, como depreciaciones y arrendamientos; costos financieros, o costos ocultos. Estos últimos, de difícil identificación y estimación.

Al igual que los costos ocultos, en cada bien, servicio o alimento que consumimos está presente una gran cantidad de agua, que no vemos pero que es empleada para producirlos. A esta cantidad total de agua se le denomina Agua Virtual, término acuñado en la década de 1990 por el profesor John Anthony Allan, para referirse al flujo oculto de agua de los alimentos y bienes que se producen en un lugar y se comercializan en otro. Se denomina “virtual” debido a que la mayor parte del agua utilizada no la contiene el producto final; por ejemplo, producir un kilo de carne de res conlleva el uso de más de 15 mil litros de agua, incluyendo la que bebe la res durante su vida y la requerida para cultivar su alimento. De esta manera, todo intercambio comercial entre naciones implica un flujo de agua virtual y, por lo tanto, la importación o exportación de agua.

Según datos de la UNESCO “el volumen mundial de flujos de agua virtual en materias primas asciende a 1 mil 625 billones de metros cúbicos anuales, lo que representa el 40 % del consumo total de agua. Cerca del 80 % de los flujos de agua virtual están relacionados al comercio de productos agrícolas y el 20% restante al de productos industriales”.

Considerando que la demografía y el consumo son los principales elementos que ejercen presión sobre los recursos hídricos en el mundo, contabilizar el agua virtual es fundamental para diseñar estrategias y políticas que permitan utilizar el agua de manera sostenible, especialmente en países con recursos hídricos limitados, donde podría ayudar a hacer más eficiente su uso al reorientar la producción agrícola e industrial en concordancia con la disponibilidad natural de agua. Por ejemplo, en promedio se necesitan 3 mil 400 metros cúbico de agua para producir una tonelada de arroz, valor que varía dependiendo de la geografía, clima y eficiencia en el riego; cuando un país con escasez de agua, en lugar de producir, importa este arroz, ahorra agua que puede destinar a otros usos prioritarios. Sin embargo, si el país productor tiene déficit de agua, entonces estará exportando parte de sus ya escasas reservas hídricas.

La cantidad de agua que un país utiliza para producir los bienes de consumo doméstico, más el agua virtual que importa, menos el agua virtual que exporta, componen su huella hídrica. La huella hídrica se asocia con el impacto de las actividades humanas sobre los recursos hídricos. Es un indicador que muestra la cantidad total de agua dulce que se usa y contamina en la producción de alimentos, en la industria, en la generación de energía y, en general, en toda actividad económica. Su aplicación es más amplia que la del agua virtual, ya que la huella hídrica, además de cuantificar el uso oculto del agua en la cadena de producción, identifica la fuente de agua y cómo impacta el consumo de un lugar en los recursos hídricos de otro sitio.

El creador del concepto huella hídrica, Arjen Y. Hoekstra, vincula los problemas hídricos con la estructura de la economía global: mientras que en los países exportadores se ejerce una alta presión sobre estos recursos, debido a que comúnmente no existe una gobernanza y gobernabilidad eficiente de ellos, los países importadores externalizan su huella hídrica al importar bienes que para su producción requieren de grandes cantidades de agua. La huella hídrica se integra por la huella hídrica azul, la huella hídrica verde y la huella hídrica gris.

  • Huella hídrica azul. Se refiere al volumen de agua dulce extraída de fuentes superficiales o subterráneas y a la evaporada en un proceso productivo o incorporada a algún producto, dicho en otras palabras, es el volumen de agua que se consume para producir un bien
  • Huella hídrica verde. Es el agua de lluvia que se incorpora o evapora en un proceso productivo. Se refiere básicamente al agua pluvial que se incorpora y evapotranspira en la agricultura y en la actividad forestal
  • Huella hídrica gris. Está asociada con los procesos de producción y cadenas de suministro y es el volumen de agua dulce que se requiere para diluir la carga de contaminantes hasta alcanzar estándares aceptables de calidad del agua

La huella hídrica puede aplicarse para un producto, un proceso, para una industria, en una cuenca, una ciudad, una región, un país o un individuo. Para un producto se considera el contenido total de agua azul, verde y gris involucrada en su elaboración.

La huella hídrica de una persona no se limita al agua que usa en sus actividades diarias, como lavarse las manos, bañarse o cocinar; se obtiene sumando la huella hídrica de todos los productos, bienes y servicios que consume, como alimentos, muebles, libros, ropa, combustible, etcétera. Según datos del sitio Water Footprint Network, en promedio, una persona consume alrededor de 5 mil litros de agua por día. Asimismo, cada persona, dependiendo del lugar de residencia y patrón de consumo, tiene su propia huella hídrica, la cual puede calcularse en ese mismo sitio (waterfootprint.org/en/water-footprint/personal-water-footprint).

En el contexto de un país, la huella hídrica se determina considerando el nivel y tipo o patrones de consumo, el clima y la eficiencia con la que se utiliza el agua, particularmente en la agricultura. El Esquema 1, tomado de The Water Footprint Assessment Manual, ilustra cómo se contabiliza la huella hídrica de una nación.

Como se observa en el esquema, la huella hídrica de las naciones puede ser de consumo, de producción, interna y externa. La huella hídrica interna es la que genera un servicios, ya sea de consumo interno o para exportar; la externa se refiere a la huella de los bienes que de otro u otros países. En el intercambio comercial se importan yexportan flujos de agua virtual.

Estos instrumentos, la huella hídrica y el agua virtual, nos ayudan en el entendimiento de cómo se utiliza el agua en la actividad económica; el grado de dependencia hídrica de las naciones (huella hídrica externa). En lo individual nos ayuda tomar conciencia sobre nuestros hábitos de consumo y en lo global significa un punto de partida para que los gobiernos emprendan acciones de manejo eficiente de sus recursos, armonizando el crecimiento económico, la inclusión social y la protección del medioambiente en pro del desarrollo sostenible.

Ángeles Mendieta Alonso

María de los Ángeles Mendieta Alonso es Maestra en Finanzas por la UNAM, durante su trayectoria en la Administración Pública ha contribuido en planeación de proyectos y programas de inversión, calidad y la reingeniería de procesos. Actualmente, es Directora de Gestión de Cartera de Proyectos en la Conagua.
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