Por Juan Pablo Rodríguez

La desalinización o desalación del agua es el proceso de separación de sales de una disolución salobre (agua salobre o agua de mar) para convertirla en agua adecuada para el consumo humano, uso agrícola o industrial. El objetivo de las desaladoras es reducir la cantidad de sales y minerales, y convertirla en agua potable. Gracias a la implementación de plantas desalinizadoras se obtiene una fuente de agua viable.

El estrés hídrico que se vive desde hace tiempo ha ido incrementando al paso de los años, orillando a gobiernos, industrias y a la sociedad a resolver los retos ambientales de manera sostenible, para poder abastecer tanto a la población de agua potable como a disponer de agua para la producción industrial sostenible. En la actualidad, algunos países como es el caso de los desérticos de Medio Oriente, Arabia Saudita, Argelia, incluso Estados Unidos, China y España, han recurrido a la desalinización del agua. 

A pesar de que convertir agua salada en agua apta para el consumo humano sea una posible solución a la escasez de agua, el proceso para tratamiento tiene su complejidad, ya que paradójicamente esto implica acciones específicas y de cuidado que, si no se planean y ejecutan adecuadamente, podrían afectar al ambiente.

Según una investigación respaldada por la ONU, 16 mil plantas desalinizadoras del mundo descargan 142 millones de metros cúbicos de salmuera diariamente, siendo agua hipersalada, la suficiente en un año para cubrir La Florida, Estados Unidos, bajo 30 centímetros de salmuera. 

16 mil plantas desalinizadoras del mundo descargan 142 millones de metros cúbicos de salmuera diariamente, siendo agua hipersalada, la suficiente en un año para cubrir Florida bajo 30 centímetros de salmuera / © Veolia Waters Technologies

Algunos investigadores de la UNAM señalan que la desalinización del agua podría ser una opción para saciar la demanda en lugares donde el acceso es limitado, pero que lo importante es eficientizar los recursos: se debe planear y disponer de la salmuera resultante, tratando de que su afectación sea la menor al ambiente. 

De acuerdo con el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) tan sólo en 2007 ya se contabilizaban 435 plantas desaladoras en México, como las existentes en Baja California Sur, además de que en este momento se planea la construcción de otras en Sonora.Esto resulta un costo significativo, tanto en lo económico (por el gasto de energía que implica para elevar la presión del bombeo del agua a las desalinizadoras) como la ambiental (disponer de las salmueras). 

Según una investigación respaldada por la ONU, las plantas de Medio Oriente, que operan en gran medida con agua de mar y tecnologías de desalinización térmica, normalmente producen cuatro veces más salmuera por metro cúbico de agua limpia que las plantas donde dominan los procesos de membrana.

La agencia nacional de investigación de Arabia Saudí (KACST, en sus siglas en inglés) está construyendo la mayor planta mundial de desalinización mediante energía solar en la ciudad de Al-Khafji, la cual utilizará un nuevo tipo de tecnología de concentración solar fotovoltaica (FV), sistemas de ósmosis inversa, así como nuevas tecnologías de filtración de agua. Se prevé que la planta produzca 30 mil  metros cúbicos de agua desalada al día, suficientes para dar servicio a 100 mil personas. 

Hay que considerar que mitigar la escasez hídrica es una tarea de todos los días, en el que se deben involucrar diversos grupos que desarrollen una planeación a largo plazo, poniéndose de acuerdo tanto gobiernos, empresas, industrias y la sociedad, donde cada uno de estos grupos utilice de manera adecuada los recursos hídricos y se le preste atención a las necesidades que requieren los sistemas de distribución, mantenimiento y potabilización del agua.


Juan Pablo Rodríguez

Es Director Comercial de Veolia Water Technologies & Solutions México. Veolia Water Technologies & Solutions cuenta con la experiencia, capacidad de ingeniería y soluciones tecnológicas para la desalinización sostenible y reutilización del agua, además de promover los modelos de economía circular y la sostenibilidad del agua. El mejor aprovechamiento de los recursos y tratamiento de aguas residuales se torna en una gran inversión que a largo plazo no sólo beneficia a las industrias sino también a las comunidades, ciudades y el medio ambiente.