Clinest Soluciones Limpias decidió integrarse a HARDI México con un objetivo en mente: crecer y ayudar a transformar la industria HVACR mexicana

Por Christopher García

La arquitecta Mayra Lira, Directora de Clinest Soluciones Limpias, tiene muy claro que en la industria HVACR mexicana los eslabones se han mantenido dispersos, trabajando en el mismo mercado, a veces sin saber unos de otros. «No conocemos ni su historia ni lo que están haciendo».

Tal situación ha impedido que el mercado se desarrolle y crezca de manera orgánica, en busca constante de mejoras para todos sus eslabones. Pero el cambio ya está en marcha, y la arquitecta Lira está consciente de ello. Por eso decidió que debían sumarse al esfuerzo que representa HARDI México.

Clinest es el primer fabricante ciento por ciento mexicano en sumarse a la asociación. Y esta decisión no podría llegar en mejor momento: HARDI está cada día más consolidada –a casi un año de su lanzamiento formal–, sin olvidar que la Expo AHR de la Ciudad de México está a la vuelta de la esquina, en cuyo marco la asociación llevará a cabo su primer evento en México.

Precisamente durante la Expo AHR México la arquitecta Lira planear llevar a cabo el lanzamiento de su más reciente innovación, la cual podría revolucionar el mercado del mantenimiento HVACR.

La promoción del adecuado mantenimiento ha sido la razón de ser de Clinest, una empresa cuyos productos están enfocados en facilitar el trabajo de limpieza y servicio de los contratistas y técnicos HVACR. No obstante, pese a la incansable labor que la arquitecta y su equipo realizan por fomentar las buenas prácticas, el mantenimiento sigue siendo en México una de las labores que menor atención reciben.

Esta falta de conciencia está ligada con la propia dinámica de ventas del mercado. La arquitecta Lira lamenta que la competencia de precios sea la regla, porque eso implica que «no se busca la calidad sino lo más barato. No se piensa en el usuario, a mediano y largo plazo, en el cuidado de los equipos». Pero considera que la unión que HARDI está fomentando puede modificar este escenario en el que «casi siempre gana la inmediatez o el salir rápido de algún problema, y también llama el bajar costos para obtener una aparente productividad o una aparente eficiencia, que a la larga redunda en daños al equipo, dobles trabajos, sustitución de piezas».

Hay que recordar que sin importar el tamaño de una empresa o de un mercado todo se reduce a su gente y a las relaciones que entre ellas se establezcan. «A nosotros nos interesa definitivamente relacionarnos, llegar a más distribuidores», comenta la arquitecta Lira. «Somos una empresa pequeña; queremos crecer, llegar a todos ellos, que nos conozcan como una empresa que trata de hacer las cosas bien, mejorar la forma en que se realizan los mantenimientos en México».

Ésta fue una de las razones que la motivó a acercarse a HARDI, agrupación cuya labor en Estados Unidos ya conocía. «La educación que ofrecen, compartir mejores prácticas, apoyarnos en que vendamos más», son algunas de las ventajas que encuentra en la asociación, y que no son sólo para los distribuidores.

«Cada quien tenemos prácticas distintas y buenas prácticas que implementar: el fabricante debe hacer las cosas pensando en la calidad, en optimizar recursos, en hacerlo accesible, fácil de entender ; el distribuidor tiene que mejorar todas sus prácticas de ventas, de compra, de promoción; el contratista tiene las buenas prácticas al aplicar los productos que fabricamos. Cada eslabón tiene su responsabilidad y su área de mejora».

Trabajar en conjunto por el mejoramiento del mercado, considera la arquitecta Lira, es una de las mejores medidas que HARDI México pudo implementar. Esto permite que las empresas comprometidas se reconozcan entre sí, colaboren y se faciliten mutuamente la labor de atender a los usuarios que ya buscan mejores soluciones, alternativas menos contaminantes, más eficientes, mantener sus productos en buen estado con las mejores prácticas. «Cada vez son más los que están concientes de esto y que lo hacen, primero, por estar a apegados a normas y, segundo, por convicción. Debe ir creciendo ese segmento que sí está convencido».

Concentramos nuestros productos en envases hidrosolubles, que ahora ocupan la décima parte del volumen que ocupaban. En ninguna parte del mundo encontrarás que los limpiadores para sistemas de HVACR se vendan en bolsas hidrosolubles»

Arq. Mayra Lira, Directora de Clinest

Innovación que cabe en el bolsillo

La Directora de Clinest describe el trabajo de su empresa de la siguiente manera: «Nos enfocamos en productos no corrosivos ni nocivos para el ambiente, seguros para el usuario, con fórmulas avanzadas que brinden la mayor eficacia en los procesos para los que están pensados».

En este sentido, sus productos, como los de otras empresas similares del ramo, suelen comercializarse en presentación líquida, en envases de litro, galón o porrón, así como en aerosol. Pero cuando la mitad de tu producción se destina a exportación, el traslado de grandes cantidades puede resultar oneroso.

«La transportación de nuestro producto a Centroamérica, en el volumen que solía ocupar, resultaba muy costoso, porque 40 por ciento de lo que enviamos o más es agua, además de que al llegar allá había que reenvasarlo», lo que tenía implicaciones, además, en términos ambientales.

Entonces, recuerda, «buscamos la manera de concentrarlo en menor espacio. Lo que hicimos fue concentrar nuestros productos en envases hidrosolubles, que ahora ocupan la décima parte del volumen que ocupaban en cualquier otra presentación. Desarrollamos, en principio, dos productos que se llevaron a Centroamérica y fueron todo un éxito».

Esta nueva línea de productos, que tiene un enorme potencial, cabe apenas en la palma de la mano. «Resulta increíble que puedas cargar en tu maleta el equivalente a dos tambores de limpiador. En ninguna parte del mundo encontrarás que los lim- piadores para sistemas de HVACR se vendan en bolsas hidrosolubles», asegura.

Gracias a esta innovación, la exportación de grandes cantidades de producto es sumamente sencilla, sin necesidad de ocupar grandes espacios o contenedores. «Y lo que es más importante», señala la arquitecta, «el costo que este producto le representa al contratista ahora es 30 o 40 por ciento menor», celebra.

Por lo pronto, la arquitecta Lira espera incrementar su visibilidad en el mercado para «poder compartir las cosas buenas y los productos que tratamos de hacer en México para los mexicanos, adecuados para los distribuidores y contratistas de México. Poner al alcance los desarrollos y lo bueno que podamos ofrecer».

Si bien este paso es apenas el inicio, la Directora de Clinest sabe que sus fortalezas como empresa les permitirán ser activos partícipes de la transformación del mercado nacional. «Somos una empresa muy flexible, que no tiene un aparato administrativo muy grande y podemos acoplarnos a la necesidad de cada distribuidor». Por supuesto, hay que enfatizar todo está hecho en México, por lo que «podemos entregar más rápido y en menores volúmenes». Con una filosofía completamente orientada al servicio, a lo que necesita el cliente, el objetivo es «satisfacerlo con la mejor calidad y en el menor tiempo posible».