Todos sabemos cómo funcionan los rumores: una persona le dice algo a otra, luego esa persona se lo dice a alguien más; con el tiempo, tenemos muchos rumores que pueden ser o no ser ciertos.
Quizás has escuchado que los sistemas HVAC hidrónicos son caros o quizás alguien te dijo que son una opción de superalta eficiencia. Pero ¿cómo saber cuál rumor es cierto si vas a diseñar un sistema HVAC hidrónico?
A continuación presentamos 5 mitos comunes que han estado circulando en la industria HVAC durante años.
Mito 1. Son una tecnología bastante nueva
Los sistemas hidrónicos HVAC han existido durante más tiempo de lo que la mayoría imagina. De acuerdo con ACHR News, “el sistema de calefacción a base de agua más antiguo del que se tiene registro sería el de un monasterio en Groenlandia que usaba agua termal para calentar los edificios a finales del siglo XIV”. Dicho de otro modo, si bien se dice que los sistemas HVAC hidrónicos no han recorrido un largo camino, sobre todo en fechas recientes, el concepto de usar agua caliente para brindar calefacción a un edificio es un proceso bastante antiguo.
Mito 2. La climatización radiante provoca condensación
La condensación puede presentarse cuando el aire caliente choca con superficies frías, or si existe demasiada humedad en un espacio. Por tanto, la climatización hidrónica “podría” causar condensación, pero no lo hará si se diseña de la manera correcta. Existen lineamientos para la edificación que recomiendan cómo controlar la humedad y la condensación al diseñar un sistema HVAC hidrónico. Estos lineamientos se pueden encontrar en el Estándar 160 de ASHRAE, Criterios para el análisis del diseño con control de humedad en la edificación. Como señala HealthyHeating, “la humedad es la raíz de todo lo que está bien y mal en el universo”. Si cuentas con los diseñadores e instaladores correctos, no tienes por qué preocuparte por la humedad en tu espacio.
Mito 3. Los sistemas HVAC hidrónicos son sumamente caros
Mucho de esto se debe a la eficiencia energética. Los sistemas HVAC hidrónicos “pueden” requerir mayores costos de instalación, debido al gasto inicial en equipo e instalación. No obstante, como el agua es un mejor medio de transferencia de calor que el aire, la calefacción hidrónica puede brindar una mayor eficiencia energética. Además, la temperatura del agua en un sistema de enfriamiento hidrónico sólo debe estar algunos grados por debajo de la temperatura interior deseada, lo que la convierte en una opción muy eficiente. Los costos del ciclo de vida pueden resultar significativamente menores que los de otras opciones, debido precisamente a la eficiencia de los sistemas hidrónicos.
Mito 4. Lo caliente tiende a elevarse
A todos nos han dicho una y otra vez que “lo caliente tiende a elevarse”, casi hasta el punto en el que las personas ya no se cuestionan al respecto. Entonces, lo caliente se eleva, ¿cierto? Sí, eso es ciento por ciento cierto. No obstante, no todo lo caliente se eleva. Energy Vanguard explica las leyes de la termodinámica y cómo el calor puede moverse en cualquier dirección que quiera, dependiendo de la situación. Las leyes de la termodinámica señalan que “el calor se desplaza desde el área de mayor temperatura hacia la de menor temperatura”. También establecen que “el aire caliente se eleva cuando está rodeado de aire frío, debido a que su densidad es menor…la densidad es el principal factor causante del movimiento”. Esto significa que puedes mover el calor exactamente hacia donde más lo necesitas usando sistemas hidrónicos.
Mito 5. Entre más grande la tubería, mayor grado de calefacción
En realidad, el tamaño de la tubería no está directamente relacionado con la cantidad de calor que puede transferirse a un espacio. De acuerdo con Healthy Heating, “el único impacto significativo que tiene el diámetro de la tubería en un sistema de calefacción hidrónico es en la hidráulica… o en la cantidad de presión diferencial que se requiere para mover el agua en el sistema”. El diferencial de temperatura es lo que genera el movimiento de temperatura. Por tanto, todo tiene que ver con la temperatura, no con el diámetro, cuando se trata de transferir calor a través de las tuberías.