Hace más de 15 años, César Ulises Treviño y el equipo de BEA lograban la certificación del primer edificio LEED Oro en Latinoamérica. Hoy están por sembrar una nueva semilla con la certificación del primer edificio NET ZERO

Por Ángel Martínez / imágenes: cortesía © Pich-Aguilera Architects 

Hace 15 años ningún desarrollador se hubiera tomado la molestia de escuchar a alguien cuyo propósito fuera ofrecer intangibles. “¿La eficiencia qué…?”, “¿La sustenta…qué?”, habría respondido el inversionista –como seguramente respondió– viendo por encima de sus gafas oscuras, al escuchar hablar sobre el USGBC o las certificaciones LEED.

En la actualidad, no obstante, César Ulises Treviño, director General de Bioconstrucción y Energía Alternativa (BEA), ve con satisfacción el que no sólo se hable de la sustentabilidad como un elemento esencial, sino que esté presentando una evolución en la que ya no sólo se trata de los ahorros que puede generar al exterior o al interior, sino en términos de confort, calidad y salud para sus ocupantes. 

El director General de BEA se refiere a esta nueva versión como la sustentabilidad 2.0, que se distinguiría, además de por promover los elementos mencionados, por lo que la edificación pueda “producir”. Se trata, de cierta manera, de una sustentabilidad activa, en el sentido de que es el edificio el que participa en la producción de ciertos insumos para obtener un bien mayor. 

Hablando en términos de energía, NET ZERO forma parte de la certificación Living Building Challenge (que promueve el International Living Future Institute de Estados Unidos), cuya ambiciosa apuesta es que la edificación pueda “regresar” la misma cantidad de energía que consume para lograr un balance cero o positivo al término de cierto periodo. Esto, mediante el autoabastecimiento por fuentes de energía limpias y la posibilidad de entregar los excedentes a la red general. 

NET ZERO forma parte de la certificación Living Building Challenge, cuya ambiciosa apuesta es que la edificación pueda «regresar» la misma cantidad de energía que consume para lograr un balance cero o positivo al término de cierto periodo

Es así como en Monterrey, el Consorcio Cero Energía lleva a cabo el proyecto OUM, un desarrollo comercial que desea ser el primero en contar con dicha certificación en México, y para cuyo propósito BEA forma parte. Como hace más de 15 años, su trabajo en la certificación del primer edificio LEED Oro en Latinoamérica diera paso a nuevas formas de edificar, su aporte al desarrollo de OUM sienta las bases para perseguir un nuevo paradigma en la edificación nacional.

Especificar (E): ¿Cuáles han sido los cambios que has notado en la conciencia del inversionista respecto a la sustentabilidad?

César Ulises Treviño (CUT): Ha sido un cambio notorio en los 15 años que llevamos trabajando sobre la consultoría en edificación sustentable y la certificación LEED. Hace una década, el argumento y la justificación de la sustentabilidad en el sector de la construcción no era de fácil compresión para los inversionistas. El cambio que ha sido más notorio en los años recientes es sobre los beneficios en la salud y en la productividad humana.
Ahora el enfoque va más hacia el beneficio que hay por los espacios sustentables; espacios construidos de una calidad de ambiente superior y que redundan en ciudadanos más saludables, más productivos, y que esto trae un beneficio económico importante. Entonces, si le queremos encontrar algún tipo de calificativo, la edificación sustentable 1.0 fue aquella en la que se veían los ahorros económicos: un mejor diseño y desempeño operativo; mientras que la edificación sustentable 2.0 es a la que se le agregaron los beneficios de salud y productividad humana.

E: ¿Qué responsabilidad representa ser pionero en diferentes certificaciones?

CUT: Ha sido una fortuna y una responsabilidad importante, en el sentido de seguir promoviendo mejores prácticas, de comunicar los casos de éxito en los que tuvimos la oportunidad de colaborar, porque definitivamente el mercado lo que requiere es certidumbre; proyectos exitosos donde se puedan sentar bases y confianzas para escalar estas prácticas.

Nosotros tomamos muy en serio el poder realizar proyectos emblemáticos en México y en Latinoamérica; y es nuestro deber seguir impulsándolos a través de comunicación; fomentar la educación para que tanto estudiantes como profesionistas puedan conocer mejor los elementos técnicos y las bondades y beneficios de estos proyectos, y de estas certificaciones de bajo impacto ambiental.

Es algo que nos mantiene muy ocupados. Confiamos y creemos que cuando se realiza un proyecto modelo debe darse un seguimiento, una continuidad para que por muchos años sigan compartiéndose esos resultados.

Para César Ulises Treviño y el equipo de BEA haber certificado el primer edificio LEED Oro en Latinoamérica hace más de 15 años y participar en la certificación del primer NET ZERO en México es una gran responsabilidad que les permite sentar bases y confianzas para escalar estas prácticas (en la imagen, César Ulises Treviño, centro, con el equipo de BEA CDMX)

E: ¿Qué es NET ZERO y cuáles son sus expectativas? 

CUT: El concepto de cero energía por algunos años ha sido estudiado y aplicado en el mercado de la construcción; recientemente, también con las innovaciones tecnológicas en sistemas de energías renovables a menor escala, así como en equipamiento y sistemas de alta eficiencia energética se ha vuelto un tema de mayor interés. No sólo en proyectos privados, sino también normativos, así como en otros países, que ya se está exigiendo una neutralidad en el consumo energético o en emisiones de carbono.

Este concepto lo estamos abordando como parte de la certificación Living Building Challenge. Ésta es una certificación que tiene requerimientos de exigencia muy altos en lo que se refiere a la protección del entorno, la selección de materiales y las disposiciones de diseño sustentable. Living Building Challenge, en su apartado de energía, exige como condición obligatoria que el proyecto candidato a esta certificación sea NET ZERO Energy, lo cual significa que la edificación debe tener la capacidad de, en una envolvente o una sumatoria anual, terminar cero entre la energía consumida y la energía generada in situ a través de energía limpia. Esto nos permite un intercambio con la red eléctrica para cuando tengamos excedentes poder venderla a los organismos gubernamentales y cuando tengamos una demanda incorporarnos a la red. Es algo interesante porque así se optimiza el consumo. No es que siempre seamos autónomos o independientes energéticamente, sino que de una manera más eficiente e inteligente podemos estar transaccionando la compra y venta de energía, según sea el requerimiento. Lo importante es que al año se termine en un balance cero o positivo.

Este planteamiento lo estamos llevando al aterrizaje en un edificio comercial de 5 mil metros rentables, que se está perfilando como el primer proyecto comercial de escala superior en el que se pretende obtener esta primera parte de la certificación en América Latina: OUM.

E: ¿Qué tan significativo es que se ubique en Monterrey, una ciudad que en términos de confort presenta mayores retos?

CUT: El consorcio tuvo la oportunidad de entrevistarse con varios desarrolladores, varios propietarios en diferentes locaciones del país, y efectivamente, se consideraron diversas sedes, como Mérida, Ciudad de México, Monterrey, Querétaro. Y sí, ha sido un ejercicio muy demandante para mantener las condiciones de confort que sugiere la certificación porque, dicho sea de paso, también contará con certificaciones WELL y LEED. En esa condición, la exigencia es muy grande, no hay margen para sacrificar confort o ahorro energético, por lo que tienen que darse prestaciones de alto nivel en lo que refiere a la calidad. ¿En qué se basa el gran reto de este proyecto? En convertirlo en un proyecto de muy bajo consumo energético. Nosotros hemos apostado llevarlo a cabo a través de métodos pasivos y una arquitectura bioclimática, además del diseño solar- pasivo. En tener un un proyecto de la mínima demanda y que sea optimizado. A través de nuestro caso de múltiples iteraciones energéticas, apostamos por la energía fotovoltaica y termosolar como principales fuentes de energía limpia en el sitio.

E: ¿Cuál ha sido el tiempo invertido?

CUT: La fase de diseño tomó ocho meses, y se proyectó desde hace un año y medio. Las primeras semanas fueron de coordinación, de tal suerte que tuviéramos representantes de los diferentes requerimientos para la certificación NET ZERO. Tenemos la responsabilidad de presentar el proyecto ante el Consejo Estadunidense de Edificación Sustentable (USGBC, por sus siglas en inglés), de la certificación WELL y LEED.

E: ¿Con el auge de las certificaciones, se supondría que NET-ZERO no tendría que recorrer el mismo camino que sus antecesoras?

CUT: Es verdad, tiene una pendiente menor. En la actualidad hay más receptividad. Realmente ya la cultura de la sustentabilidad ha permeado lo suficiente para presentar un interés básico. Podrás tomarla o no, pero ya tiene mayor visibilidad. Y lo vemos en que la distancia del conocimiento se ha cerrado. Por ejemplo, si mañana surge una acreditación, inmediatamente la asimilamos y vemos qué tanto podemos tropicalizarla y vamos por la búsqueda de ese primer proyecto emblemático, y el mismo día lo están haciendo en todos lados. Hay mayor sensibilidad y apertura, ahora lo que hay que librar son las barreras que surgen al reto de un posible sobrecosto con un retorno atractivo, y también con monetizar los intangibles.