México posee gran potencial para habilitar granjas eólicas en el Istmo de Tehuantepec y Baja California, pero hacen falta programas concretos que incentiven el uso de energías limpias para combatir el fenómeno de calentamiento de la Tierra, sostuvo el maestro José Luis Reyes en el ciclo de conferencias La ciencia en tu universo, que organiza la UAM.
La emisión de gases de efecto invernadero (GEI), recordó, se incrementó de manera significativa a partir de la Revolución Industrial por el aumento en el uso del carbón para operar las fábricas en Gran Bretaña. Frente al uso de otros combustibles fósiles que a la postre aumentaron la temperatura terrestre, lo cual arrastró efectos nocivos para la vida y el equilibrio ecológico, es imperante buscar fuentes renovables –solar, eólica, geotérmica, de la marea o la biomasa– para reducir la emisión de GEI.
La actividad industrial actual consume grandes cantidades de petróleo y carbón, que generan dióxido de carbono, lo que ha convertido a Estados Unidos, China y Gran Bretaña en tres de los principales emisores de contaminantes. En conjunto, emiten 50 por ciento de uno de los principales fluidos causantes del aumento de la temperatura media del planeta.
Los ciclos del carbono y del agua son vitales para mantener el balance del ecosistema; sin embargo, el aumento en la temperatura los ha roto o acelerado en ciertas regiones del planeta. En su conferencia Energías renovables y el cambio climático, dictada en la Unidad Azcapotzalco, explicó que “si bien al respirar los seres humanos generamos bióxido de carbono –uno de los principales causantes del efecto invernadero–, al morir lo devolvemos a la Tierra”.
En condiciones normales dicho proceso ha permitido que la temperatura terrestre oscile los 14 grados centígrados, condición que hizo posible el establecimiento de la vida. El 47 por ciento de la radiación solar que llega a la superficie es absorbida y remitida en forma de radiación infrarroja para mantener un equilibrio entre temperatura y energía recibida.
Pero desde 1980, el deshielo de los glaciares del Polo Norte ha ido anulando el efecto reflejante del círculo polar ártico, mientras que en el glaciar Kyetrack del Himalaya gran parte del hielo ahora es agua. “Si continúa el calentamiento en forma tan acelerada, es muy probable que la península de Yucatán sea cubierta por el mar”.