Con el cambio climático, el tema de los alimentos en refrigeración se vuelve más relevante. Si la temperatura ambiental es baja y en el proceso de refrigeración se le deja un nivel aún más frío, los alimentos se queman o; en caso contrario, si se le deja un nivel más alto, puede descomponerse.

Datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) indican que la producción de alimentos en los últimos años, pasó de 162 millones de toneladas a 282 millones de toneladas, lo que representa un crecimiento de 74 %.

Al mismo tiempo que el sector está produciendo más alimentos, también tienen que buscar la manera de hacerlos llegar en tiempo y forma a la mesa del consumidor. Productores en todo México hoy tienen que mover sus mercancías a otros lugares, más allá de su región de origen, incluso cruzar las fronteras, lo que ha extendido su negocio al entrar a nuevos mercados.

Aunque el consumidor pocas veces llega a encontrar algún alimento en mal estado, los productores, distribuidores y vendedores, saben que mucha de la cantidad que salió del centro de distribución se desperdició durante la cadena de frío. Para tener una idea, el reporte “Pérdidas y desperdicios de alimentos en México”, del Banco Mundial, considera que 20.4 millones de toneladas de alimentos –entre frutas, verduras y cárnicos- se desperdician cada año.

Según este reporte, alrededor del 72 % de la pérdida y desperdicio de alimentos se da en los primeros eslabones de la cadena productiva, desde la cosecha hasta su distribución. Entre los principales generadores de este desperdicio están los transportistas; ¿La razón?, la falta de infraestructura en el transporte refrigerado que ayude a prolongar la vida de los alimentos.

Esta situación, además de impactar en los ingresos de los productores, también afecta la sustentabilidad de los sistemas alimentarios, reduce su disponibilidad local y mundial y, desde luego, aumenta los precios para los consumidores.

Transporte refrigerado, clave para mantener la carga fresca

Ante el escenario que enfrenta el sector alimentario durante la cadena de frío, el transporte refrigerado se ha convertido en un factor clave para ayudar a frenar el desperdicio y la pérdida de alimentos. Según Thermo King, fabricante de sistemas de control de la temperatura para el transporte, al igual que los remolques estacionados y vacíos cuestan dinero, una refrigeración o una colocación incorrectas de los alimentos durante el transporte, se traducen en un costoso deterioro, el desperdicio de la carga y el descontento de los clientes.

“Es por esto que se debe contar con flotas refrigeradas equipadas con sistemas de gestión de la temperatura, que permitan un control adecuado de la temperatura, y así mantengan la calidad de los alimentos y prolonguen su conservación. Un elemento adicional que está mejorando la gestión del transporte, es la tecnología telemática, la cual permite una supervisión de la temperatura en tiempo real, ayudando a realizar el seguimiento de la carga”, señaló la empresa a través de un comunicado.

Asimismo, destacó algunas razones por la que contar con estas soluciones es crítico para cualquier negocio:

  • Calidad y conservación de los productos. Las temperaturas estables ayudan a minimizar el deterioro metabólico y microbiano de los alimentos, lo cual permite mantener su calidad y prolongar su conservación
  • Protección total de la carga. Las temperaturas controladas evitan una pérdida total de la carga. Si la temperatura de la carga sale de la gama de temperaturas aceptables durante un largo periodo de tiempo, corre el riesgo de que se deteriore la totalidad de la carga y de que el cliente rechace la entrega
  • Cumplimiento de las leyes sobre la seguridad de los alimentos. Actualmente, las normativas gubernamentales sobre la seguridad de los alimentos requieren que se documente que la temperatura de éstos se ha mantenido dentro de una gama determinada para evitar su deterioro
  • Demanda de los clientes. Muchos de los clientes actuales requieren informes que demuestren que se mantuvo un control adecuado de la temperatura de la carga durante el transporte
  • Reducción del impacto medioambiental de las operaciones. Una de las formas más rápidas y efectivas de mitigar la huella medioambiental de la empresa consiste en reducir la cantidad de combustible que consumen las unidades de control de la temperatura para el transporte

Finalmente, la empresa especialista asegura que al mantener un mayor control en el monitoreo tanto de la temperatura como del trayecto del transporte, se podrá contar con una entrega de confianza, una mayor protección en la carga y una flota mucho más eficiente. A su vez el rastreo permite monitorear de manera constante la transportación de alimento, lo que ayuda a aumentar la productividad de la flota y corroborar que las unidades sean utilizadas de acuerdo con las políticas de la compañía.