El resultado de la integración obligatoria de BIM en la industria podrá medirse una vez que arranque la fase de aplicación de la norma, entre 2022 y hasta 2026. Las alianzas que la SHCP tenga con los principales desarrolladores de plataformas BIM será clave para crear una cultura de eficiencia

Por Óscar Serrano

La implementación de la metodología Builiding Information Modeling (BIM) en los diferentes proyectos de obra pública será el eje rector de la industria durante 2020, luego de aprobación por decreto de la Estrategia para la Implementación del Modelado de Información de la Construcción (MIC), publicada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) a inicios de 2019. En ella se establece al BIM como método de trabajo obligatorio a partir de 2026, año en que concluye la etapa de implementación.

La llamada “Norma BIM” está diseñada para que en 2022 se lleve a cabo en los sectores de Comunicación y Transportes, Medio Ambiente y Recursos Naturales, Turismo, Salud y Educación Pública, de tal forma que para 2023 todos los sectores que ejecuten proyectos de infraestructura pública cuenten con una base de esta metodología, a fin de mejorar procesos, eficientar la planeación, reducir tiempos de entrega y, sobre todo, eliminar sobrecostos, al tiempo que fortalece la transparencia y la rendición de cuentas, gracias a una plataforma colaborativa.

Este año, la preparación de los profesionales de la construcción será fundamental, ya que es la última fase de implementación de la estrategia. Quienes desconozcan el uso de estas tecnologías verán más complicado participar en los proyectos de gobierno.

Lo anterior no es un reto menor. En una encuesta realizada por la Fundación de la Industria de la Construcción en 2017, se encontró que sólo 42 % de las empresas del sector usan y saben cómo aplicar BIM, pese a que 47 % de las empresas encuestadas reconoció que su uso será mucho mayor en los próximos años.

Esta situación representa una gran área de oportunidad. La integración de la construcción bajo parámetros de modelado preconstrucción es ya un caso de éxito a nivel mundial. Inglaterra, por ejemplo, ha sido uno de los principales promotores del uso de esta herramienta.

En Latinoamérica, Chile es uno de los países que más ha aprovechado las ventajas de esta herramienta en sus proyectos públicos. En 2016 creó el Plan BIM 2020, como parte del Plan Construye 2025, impulsado por la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO), que busca implementar mejoras a nivel de estandarización en la industria de la construcción. Dicho plan determinó que el flujo de trabajo es un proceso clave, en especial durante su primera etapa, ya que permite reducir considerablemente los costos, plazos y procesos de producción de los diferentes proyectos públicos.

En México, ante la importancia de eficientar costos y tiempos en los diferentes proyectos, el uso de la metodología BIM es cada vez mayor. Situación que no debe sorprender. En el modelo de trabajo tradicional los proyectos son concebidos de manera unitaria, pero los procesos y la gestión de datos están completamente desconectados; entonces, al requerirse cambios en el proyecto, se debe trabajar plano por plano cada ajuste.

En México, ante la importancia de eficientar costos y tiempos en los diferentes proyectos, el uso de la metodología BIM es cada vez mayor. Situación que no debe sorprender. En el modelo de trabajo tradicional los proyectos son concebidos de manera unitaria, pero los procesos y la gestión de datos están completamente desconectados; entonces, al requerirse cambios en el proyecto, se debe trabajar plano por plano cada ajuste.


Con el modelado BIM, en cambio, se actualizan todos los planos de una sola vez, de tal manera que todos los participantes saben en dónde y cuál fue el cambio que se realizó. Además, hace más eficiente la operación de la infraestructura y desde sus primeras implementaciones busca generar que todas las instituciones públicas que exijan BIM lo hagan de una manera consensuada y conocida por todos los actores involucrados.

La integración de una plataforma BIM en los proyectos constructivos ofrece diversos beneficios, que van más allá de sólo generar ahorro económico en la obra. Herramientas como ARCHICAD han impactado, entre otras áreas, en la fase de documentación, al reducir tiempos y estandarizar la representación de las plumas, simbología, capas y líneas del proyecto, lo que simplifica el proceso, a diferencia del trabajo en un modelo 2D, donde aún se necesita vincular la representación, lo que se traduce en una mayor inversión de tiempo.

Asimismo, la preconstrucción digital con herramientas BIM es la manera más completa para previsualizar proyectos en 3D, ya que contiene toda la información de cada uno de los elementos por construir, así como del material de construcción y la superficie, lo que permite una visualización cada vez más cercana la realidad, brindando información adicional en comparación con las tradicionales imágenes estáticas. Con el modelado BIM, los recorridos virtuales permiten una visión de 360 grados, que incluso pueden ser realizadas por personas que no necesariamente estén familiarizadas con el tema de la arquitectura o la ingeniería. De hecho, el desarrollo de aplicaciones digitales para dispositivos móviles permite que actualmente cualquier usuario viva la experiencia de un recorrido virtual.

En otras palabras, la implementación de innovaciones en materia de preconstrucción digital no es casual, dado que permite ahorros en tres fases principales: construcción, documentación y visualización (renderizado), al reducir hasta en 40 % los tiempos de entrega, y en 30 % el costo total de la obra, sin necesidad de integrar un mayor número de herramientas. Esto ofrece otro punto de ventaja frente al modelado tradicional 2D.

Para muchos arquitectos, implementar BIM en sus proyectos permite identificar cada uno de los elementos, medirlos y automatizar un presupuesto, lo cual se traduce en ahorro en varios frentes: económico, de tiempo y de recursos humanos.

La metodología ofrece un mayor control del proyecto y cada una de sus partes, que en una metodología tradicional no sería posible. Sobre todo, utilizar modelado BIM elimina la repetición de procesos, automatizando la documentación y gestión del proyecto, situación que permite invertir más tiempo en el diseño y la creación de proyectos de calidad, con menos errores, desviaciones y problemas en la etapa constructiva. 

Actualmente en México hay una sola norma que aborda el proceso de construcción con base en el modelado de información: la NMX-C-527-ONNCCE-2017. En el apartado “Ejecución para Proyectos”, establece las especificaciones para implementar el modelado de información a través de la elaboración y seguimiento de un plan de ejecución. Si bien es de carácter voluntario, esta normativa es aplicable a proyectos que implementen el modelado de información, ya sean de edificación o infraestructura, públicos o privados, y en cualquier etapa de su ciclo de vida.

El resultado de la integración obligatoria de BIM en el repunte de la industria podrá medirse una vez que arranque la fase de aplicación de la norma, entre 2022 y hasta 2026, por lo que las alianzas que la SHCP tenga con los principales desarrolladores de plataformas BIM será clave para crear una cultura de eficiencia, que va más allá del diseño de un plano o la proyección 2D de una obra en curso.


Óscar Serrano

Es Gerente de Producto para Graphisoft Latinoamérica.