El mundo necesita multiplicar políticas, inversiones e innovación en la búsqueda de crecimiento económico sostenible, con soluciones frente a la escasez de recursos naturales y materias primas para suplir el consumo global, en el escenario de demandas de la transición verde, del cambio climático y de las cuestiones sociales.

El comprometimiento de la industria en la adopción de nuevos modelos de producir y consumir dentro de los límites planetarios, en cooperación con los gobiernos, el mercado financiero, la academia y la sociedad, marcó la inauguración del Foro Mundial de Economía Circular 2025 (WCEF2025, en su sigla en inglés), el pasado, 13 de mayo, en São Paulo.
 

“La economía circular es hoy más importante que nunca en el mundo, representando una oportunidad para los negocios, las comunidades y el planeta”, afirmó Kristo Lehtonen, director del Fondo de Innovación de Finlandia (Sitra), organización que realiza el WCEF junto a la Federación de las Industrias del Estado de São Paulo (Fiesp), Senai-SP, Confederación Nacional de la Industria (CNI) y Senai Nacional. 

Por primera vez el mayor evento del mundo sobre economía circular ocurrió en Latinoamérica, con énfasis en el potencial de las soluciones tropicales en el desarrollo de la economía circular y regenerativa, en que el papel del sector productivo es clave. Tratar con ineficiencias y desgaste, reducir desperdicios, mantener productos y materiales en uso por el mayor tiempo posible y proyectar soluciones que respeten las capacidades del planeta, según Lehtonen, forma parte del desafío global de la circularidad. 


El cambio climático y el agotamiento de recursos del mundo movilizan nuevos modelos económicos sostenibles con el uso eficiente de insumos y productos. Estas soluciones fueron debatidas en el WCEF 2025, el mayor evento global sobre el tema, en São Paulo


“En resumen, debemos hacer más con menos. En el mundo actual de incertidumbres, la circularidad –que comenzó como iniciativas de sostenibilidad para las empresas– ahora es una cuestión estratégica de competitividad y autonomía nacional”, enfatizó el director. 

Geraldo Alckmin, presidente de Brasil en ejercicio y ministro de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios, destacó que la política del gobierno federal “Nueva Industria Brasil”, lanzada en enero, “reconoce el poder de la economía circular como instrumento para el desarrollo sostenible y el bienestar social, al optimizar el uso de recursos, reducir desperdicios y crear nuevos modelos negocio”.  

Al ser sede del WCEF, el país fortalece el potencial de protagonismo en la economía circular. El mayor desafío es el comprometimiento del sistema financiero en el modelado de negocios circulares, de modo que el sector privado logre superar el escenario complejo de costos y tecnologías y acelerar la transición para la economía circular, en el análisis de Rafael Cervone, presidente del Centro de las Industrias del Estado de São Paulo (CIESP) y vicepresidente de FIESP. 

La organización participó en la creación de las normas internacionales ISO 59000, lanzada el año pasado. 

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