Por Pedro Paredes

Aunque sigue siendo algo novedoso para muchos, la construcción sustentable ya es una tendencia creciente en México con su enfoque en la reducción de emisiones, se ha convertido en una de las principales estrategias para revertir la crisis climática.

Instituciones financieras públicas y privadas fomentan su desarrollo y financian estos proyectos a tasas preferenciales, mientras que las políticas públicas buscan reforzar esta visión para el desarrollo inmobiliario. Todo se alinea para construir edificios que usen menos energía y agua empleen materiales de baja huella ecológica.

Un nuevo enfoque en esta forma de construir se centra no sólo en minimizar el impacto ambiental de los edificios, sino en generar beneficios económicos y sociales para las organizaciones que los construyen y habitan. Los proyectos están evolucionando para incorporar principios integrales en tres áreas clave:

  • Social
  • Económica
  • Ambiental

En este contexto, los criterios de sostenibilidad y Ambiental, Social y Gobernanza (ASG) se vuelven indispensables para alcanzar un futuro más próspero en los negocios y en la calidad de vida.

Actualmente, el análisis de riesgos ASG y los objetivos sostenibles basados en datos son tendencias globales. Estas tendencias plantean desafíos importantes en México, especialmente en lo que respecta a la gobernanza y la transparencia de las acciones ASG, los informes sustentables y el cálculo de la huella de carbono.

La clave del ASG es diseñar los indicadores adecuados y las políticas para medirlos. Aquí es donde entra en juego la gobernanza, refiriéndose a los procesos y estructuras a través de los cuales una organización toma decisiones y gestiona sus recursos.

Medir la huella de carbono implica identificar áreas de oportunidad, capacitar a las personas y sistematizar procesos y tareas para obtener resultados confiables.

La percepción de la construcción sustentable ha evolucionado de ser vista como un costo a una inversión rentable a largo plazo. La clave está en comprender los beneficios que conlleva, como la reducción de costos operativos. Las tecnologías eficientes, como sistemas de iluminación LED, controles automatizados y paneles solares, han demostrado reducir significativamente los costos operativos.

Un ejemplo es la planta Continental en Aguascalientes, donde la implementación de medidas de eficiencia energética y el uso de energías renovables redujeron más de 30% los costos energéticos anuales.

Los edificios sustentables tienden a mantener o incluso aumentar su valor con el tiempo, debido a su eficiencia y menor impacto ambiental. Esto se refleja en el mercado inmobiliario de ciudades como Ciudad de México, donde los edificios con certificaciones LEED y EDGE han reportado mayores tasas de ocupación y valorización en comparación con las construcciones tradicionales.

Los proyectos sustentables en México tienen acceso a financiamientos preferenciales y subsidios que facilita la adopción de prácticas verdes. Programas como el Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica incentivan desarrolladores a invertir en tecnologías sustentables, acelerando su adopción.

Torre Glorieta Insurgentes, en Ciudad de México, integró sistemas de captación de pluvial y reciclaje de aguas grises, permitiendo reducir el consumo de agua potable en 80%


La gestión eficiente del agua es crucial en regiones propensas a la escasez. Proyectos como Torre Glorieta Insurgentes, en Ciudad de México, han integrado sistemas de captación pluvial y reciclaje de aguas grises, reduciendo el consumo de agua potable en 80%. Estos ahorros no sólo disminuyen los costos de operación, sino que promueven proyectos resilientes y minimizan los riesgos futuros de escasez de agua.

La construcción sustentable también debe brindar espacios saludables. Implementar de materiales no tóxicos, ventilación adecuada y acceso a luz natural han demostrado mejorar el bienestar de los ocupantes. Certificaciones como WELL Building Standard se están adoptando en edificios de oficinas en México, reflejando un compromiso con la salud ocupacional. Una buena ventilación y una temperatura adecuada mejoran hasta 10% la productividad de los equipos de trabajo, incrementando la rentabilidad de las empresas.

El impacto social que busca mejorar la calidad de vida de las comunidades se ha convertido en una de las prioridades para el desarrollo sustentable. Los conjuntos de vivienda de interés social en México han incorporado principios de diseño universal para asegurar accesibilidad para personas con discapacidades, ancianos y otros grupos vulnerables. Un ejemplo es la inclusión de rampas, ascensores y espacios públicos seguros y accesibles en nuevos desarrollos habitacionales.

La construcción sustentable también implica la integración de la comunidad en el proceso de diseño y construcción. Proyectos como la remodelación del Parque Ecológico La Huasteca, en Monterrey, han involucrado a los residentes en la planificación y gestión del espacio, promoviendo el sentido de pertenencia y responsabilidad hacia el entorno construido y compartido.

La construcción sustentable en México está evolucionando rápidamente, integrando principios sociales, económicos y ambientales de manera equilibrada. Esta visión integral no sólo contribuye a la protección del medioambiente, sino que promueve una mejor calidad de vida y un crecimiento económico sostenible. A medida que la industria continúa avanzando, la adopción de prácticas sustentables se perfila como un componente esencial para el futuro de la construcción en el país.


Bibliografía recomendada

-Consejo Nacional de Vivienda Sustentable, “Impacto de la construcción verde en México”, 2023.

-Instituto Mexicano del Edificio Sustentable, “Tendencias en la certificación de edificios verdes”, 2022.

-Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, “Estrategias para la gestión sostenible del agua en la construcción”, 2023.


Mtro. Pedro Paredes

Es Senior Partner en Eosis.

Contacto: [email protected]