Empatar la vida familiar con la laboral y ser exitosa en ambos frentes sigue siendo duro; pero puede lograrse bajo las condiciones adecuadas. Dos mujeres directivas relatan los retos, así como los hallazgos que les han permitido triunfar como madres y como líderes en sus respectivas industrias

Por Dulce María Negrete

Que el cuidado de la familia y el trabajo en el hogar recaen mayoritariamente sobre las mujeres es un hecho irrebatible. Pero también es un hecho que no tiene por qué ser así.

En esta primera edición del año, Paty Guzmán, gerente de Ventas para Bravo Aire; así como Pahola Flores, Coordinadora de la Zona Noreste para Global Mechanical, comparten cómo sortean los vaivenes de la vida laboral, el amor por sus familias y sus libertades personales.

Exponen que la brecha salarial entre hombres y mujeres sigue existiendo, igual que el desafío de ser madres trabajadoras. Para ambas entrevistadas, la cuota de género es una herramienta de apalancamiento ligada al deber ser y al poder hacer. Ambas, capitanas de sus centros de trabajo, señalan el respeto a la otra y al otro como elemento clave en la construcción de una industria futura, que, sin duda, incluye a más mujeres.

Transformando clientes en amigos

Patricia Guzmán Cabral —o simplemente Paty, como la conocen en la industria— es considerada una institución en el ramo de la climatización, debido a su capacidad para crear conexiones profundas y significativas con las personas que la rodean.

Andrea Álvarez, consultora en mercadotecnia, y quien ha colaborado con Guzmán durante años, señala que “para Paty, cada uno de sus clientes representa una oportunidad de construir relaciones genuinas basadas en la confianza y el respeto mutuo, asegurándose de que sus necesidades sean escuchadas y atendidas. Ella ha transformado vínculos comerciales en relaciones de largo plazo, muchas de las cuales han evolucionado en amistades sinceras. Es común escuchar a sus clientes hablar con admiración de su profesionalismo, también de su calidad humana”.

Paty estudió Administración de Empresas. Comenzó su carrera en el área de Ventas y Servicio al Cliente de empresas como York y Carrier, dos de las más grandes e importantes por volúmenes de venta y posicionamiento de marca en el ramo de aire acondicionado. Desde hace 25 años colabora en Bravo Aire, una de las más sólidas compañías distribuidoras de equipos Trane en Nuevo León.

Paty se considera una persona muy responsable y proactiva; en el ámbito laboral es muy estricta. “Considero que el respeto hacia al cliente y el servicio es vital e indispensable para mantenerlos activos. En Bravo Aire todos los departamentos están alineados a brindar un servicio 360 de alta calidad; a conocer al cliente, el tipo de negocio, el número de empleados, el tipo de obras que desarrolla. Para mí, el logro laboral más significativo ha sido convertir a mis clientes en amigos”.

Creo que la penetración de las mujeres en el mundo corporativo está sucediendo, comenta Paty Guzmán. “Cada vez hay más de nosotras tomando decisiones, manifestando ideas, creando soluciones. Tan solo en mi campo, más de 50% de nuestros clientes emplean a mujeres, no sólo en el área administrativa, sino en aquellas posiciones que están en contacto directo con la supervisión de obra, especificación, compras o ventas”.

Guzmán se considera feminista. “Me importa el desarrollo de otras mujeres. En mi equipo de trabajo, por ejemplo, hay más mujeres, quienes están convencidas de ganar su propio dinero mientras facilitan a través de estrategias pull y con engagement la calidad de vida de otras personas. Somos aplicadas, dedicadas, comprometidas. Siempre nos retroalimentamos. Además, –añade la directiva– nuestra meta para 2025, es crecer al doble”.


Aunque reconoce que la presencia femenina en las industrias se vuelve más tangible con el paso del tiempo, las empresas en particular tienen una serie de pendientes por atender para que esa integración sea más sencilla, tanto para quienes ya forman parte de los distintos sectores como para quienes se integren en el futuro. Uno de ellos es la flexibilidad con las madres trabajadoras.

“Cuando eres mamá –menciona Paty– empatar el trabajo remunerado con el cuidado de tus hijos no es una tarea sencilla: tiene repercusiones importantes en el crecimiento profesional, en el ingreso del hogar, en el desarrollo económico y social de una nación; acompañado por un dilema moral o una brecha de creencias al sentir que no sé es capaz, un pensamiento que te respira a todas horas; sobre todo, cuando tu trabajo te exige estar fuera mucho tiempo o viajar o que tu salario sea menor al de otros colegas”.

Atraer a más mujeres requiere intervenciones desde la educación inicial, como atender los sesgos de género, presentar modelos femeninos destacados e inspirables para ir, de a poco, cerrando la brecha de creencias. Dicho de otra manera, retener a las mujeres en cualquier campo laboral exige la implementación de prácticas y políticas laborales que respondan a sus necesidades de ellas para fomentar su permanencia.

El Banco Mundial apuntó en 2021 que si las mujeres participaran en el mercado laboral remunerado a la misma tasa que los hombres, el ingreso per cápita del país sería 22.0% más alto. En este aspecto, incrementar la participación de las mujeres en la economía y en cualquier sector productivo requiere del establecimiento de un Sistema de Cuidados.

Un Sistema de Cuidados delimita acciones que aseguren el derecho al cuidado de las infancias (y personas dependientes, como con discapacidad o adultos mayores), con la prestación de servicios de guarderías, escuelas de horario ampliado y centros de cuidado.

“Las relaciones a largo plazo con nuestros clientes han sido siempre nuestra forma de trabajo. Es por eso que no solo ponemos a su alcance soluciones premium a sus requerimientos de equipos de aire acondicionado, también les ofrecemos asesoría y soporte técnico, así como el programa de educación continua más completo de la industria”, señala Guzmán.

La integración de las mujeres no solo enriquece la innovación y productividad de las industrias, también impulsa el bienestar del país. “Ahora mismo, en Bravo Aire se ha avanzado en este asunto. Pero a nivel sociedad todavía hay un diferencial muy marcado entre el sueldo del hombre y la mujer”, señala Guzmán. Afortunadamente, añade, “irá incrementando el número de cargos donde habrá más directivas y más dueñas de empresas”.

La familia es primero

Originaria de Nuevo Laredo, Tamaulipas, Pahola Flores estudió Ingeniería Civil. En el inicio de su vida laboral incursionó en la construcción de obra. Recuerda que, a los 21 años, siendo estudiante, su primer trabajo consistió en trazar la topografía de una vasta extensión de tierra que se convertiría en un centro logístico.

“Para mí era fundamental hallar un trabajo pronto. Quería foguearme, quería salir a campo y entender cómo se manejaba un proyecto, con cuadrillas de personal, presupuestos, tiempos de entrega”. Flores canalizó este ímpetu promoviendo su naciente experiencia a través de recomendaciones entre sus compañeros, profesores, incluso vecinos. “Vivir en una ciudad pequeña, además de mis horas en obra, sirvieron para colocarme”.

Desde hace 15 años, Pahola Flores trabaja en Global Mechanical (GM), un grupo especializado en la implementación de sistemas mecánicos para uso industrial, comercial e institucional.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2022, las mujeres tienen mayor participación laboral en el mercado informal con un 54%, frente al 48% de los hombres. La actividad laboral informal tiene repercusiones importantes en la falta de seguridad social y ahorro obligatorio para el retiro, así como menores ingresos promedio

“Fui parte del equipo de ingenieros que instaló una red subterránea contra incendio en un parque industrial muy conocido de Nuevo Laredo. Luego me casé”, añade riendo. “Seguí trabajando, tuve hijos, y en 2014 apliqué para un puesto en el departamento de Diseño”. Flores inició como auxiliar de Diseño. “Ahora soy la Coordinadora de Proyectos para la zona noreste, que abarca Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas y Durango. Y me enorgullece ser parte del crecimiento de Global, como una de las firmas de ingeniería contra incendio más prestigiosas de México”.

Sorprendida e intrigada, le pido a Pahola, que paremos un momento.

—¡Guau! –exclamo–, ¿cuéntame cómo sorteas tu posición laboral, con tus obligaciones en casa?Inmediatamente, ella responde: “Reconozcamos que los niveles de estrés por el modo que tenemos de vivir ha aumentado en la fuerza laboral. A veces se antoja difícil encontrar una separación clara entre la vida personal y profesional. Sin embargo, es mi obligación como líder no ignorar la vida de las personas que colaboran en mi equipo, como tampoco la mía. Procuro escuchar activamente y desarrollar un profundo conocimiento de lo que vive cada uno. GM es una compañía que valora la diversidad de pensamiento, la calidad para resolver”, afirma.

Flores, quien desde 2022 es ingeniera con Certificación en Tecnologías de Rociadores Automáticos Contra Incendios (CETRACI), a través del CONOCER, se considera una mujer de retos y en continuo aprendizaje, porque aún hace falta más por conseguir.

Si bien hace instalaciones mecánicas, de aire comprimido y contra incendio, este año incursionará en alarma y detección. También, va por los últimos dos niveles de NICET (National Institute for Certification in Engineering Technologies), uno de los evaluadores en Norteamérica más reconocidos en sistemas húmedos contra incendio.

Para ella, el liderazgo que propicia que cada integrante sea reconocido, que se sienta motivado y tenga oportunidades de brillar por sí mismo, “sostiene. Permite que los colaboradores demuestren sus mejores capacidades técnicas, que mantengan una buena actitud, como ganas de aprender y de aportar. Debemos saber que podemos mantener el balance entre ser colaboradores y ayudar al negocio, asegurándonos siempre de que la compañía hace lo correcto”.

Pahola Flores comparte que ha observado desde su arranque laboral que las trayectorias de muchas mujeres inician con la misma intensidad que la de los hombres, hasta que se convierten en madres, y tienen que decidirse por trabajos “flexibles” y de menor ascenso salarial. Pero para la ejecutiva de GM, está muy claro: “Lo más importante para mí siempre es estar al lado de mis hijos”.


“GM ha sido considerada con mis obligaciones como madre de familia; por eso valoro y promuevo entre el equipo la confianza, la transparencia y la comunicación. Organizarme es elemental para cumplir con tiempos de entrega acá y con horarios allá, en mi casa. Si bien cuando empecé, lo hice en obra, cuando apliqué para la vacante en Diseño en 2014, mi razón fue no tener que viajar demasiado. Amo a mi familia, no quería estar lejos, son mi faro”.

“Yo creo que en la instalación y el mundo de la construcción es muy de hombres. Estés en el nivel en el que estés, siempre te toca demostrar de que estás hecha, demostrar tu capacidad técnica y experiencia, así que cree en lo que sabes, ya está ahí”, comenta la coordinadora en Global.

“La solución está en transformar el mercado laboral y el entorno social en espacios mucho más paritarios. Por ejemplo, desplazar creencias como aquellas que premian a quien dedica más horas a los trabajos, incluso fuera de horarios estrictamente laborales. La estructura económica premia a quien puede aspirar a trabajos más demandantes en tiempo y atención; a quien se queda para completar el reporte en la noche; a quien sale con colegas y amigos entre semana por una cerveza sin tener que preocuparse por quién acuesta a las niñas”, señala Claudia Goldin, premio Nobel de Economía en 2023.

Iniciativas como la cuota de género son un buen inicio. “Es una herramienta de apalancamiento. Pero, en definitiva, debe darse puestos a quienes los merezcan por capacidad, por oportunidad. En este momento, en Global somos más mujeres que hombres porque acá hay manera de desarrollarse, de hacer carrera”.

—¿Y qué más hace falta, Pahola?

—Bueno, para erradicar o disminuir, de perdida, esta resistencia en todos los niveles, es necesario empezar desde casa. Los chicos en casa deben saber que las mujeres no son sólo calladas y sumisas, y que alzar la voz tampoco nos vuelve sus enemigas. No sólo ellos salen a trabajar, nosotras también, y, ante todo, mereceremos respeto.

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