Trabajar, prepararse, alzar la voz y creer en sí mismas son rasgos que comparten las dos entrevistadas de esta entrega, quienes avanzan firmes en sus respectivos sectores para lograr sus metas
Por Dulce Negrete
La promoción laboral debe dejar de verse como un tema en el que las mujeres tienen el ciento por ciento de la responsabilidad. Las organizaciones deben transformarse, ser capaces de crear y apuntalar programas paritarios que identifiquen y prioricen los atributos que importan en el desempeño laboral. Dudar de nosotras mismas y sentirnos inseguras ante las dudas de los demás nos frena, dadas las normas culturales y de socialización impuestas, pero aun con todo ello alcemos la voz. Preparémonos mientras vamos por la oportunidad que queremos.
Nos llena de alegría ver cómo edición tras edición en Mujeres que Transforman, ellas comparten cómo se abren paso en sus organizaciones alzando la voz, ganando espacio, preparándose como número uno para ser líderes. En esta cuarta entrega, Eurídice Ibarlucea, especialista en Vortex México de Victaulic, y Rosario Fraga, presidenta de la agrupación Plomeras en Acción, nos dejan claro que una mujer tiene poder de influencia, convocatoria y cambio.
Eurídice ha trabajado en el ramo contraincendios desde hace 16 años. A partir del 2015 se sumó a Victaulic Company, compañía fundada en 1919, reconocida por su tecnología para unir tuberías con acoples mecánicos ranurados empernados solo usando un sello de empaquetadura. Ibarlucea, arquitecta egresada del Instituto Politécnico Nacional destaca que el empeño por la innovación de la compañía ha sido fundamental para pertenecer y permanecer dentro. En febrero de 2023, fue nombrada como la especialista en ventas del sistema de supresión de incendios Vortex para la región de México.
Especificar (E): ¿Qué representa para ti trabajar en Victaulic Company?
Eurídice Ibarlucea (EI): Las mujeres deben tener más puestos dentro de una compañía, no solo por temas de género, sino porque una organización más diversa, con distintos puntos de vista, es más resiliente, está preparada para afrontar los desafíos del mercado y puede generar mayores rendimientos.
El trabajo es un negocio para tu empleador y debe serlo también para ti. Victaulic me acompaña en mi carrera profesional; crezco a la vez que la empresa. He podido desenvolverme en espacios en los que mi opinión e ideas han sido escuchadas.
E: ¿En qué consiste tu trabajo?
EI: Antes de la pandemia, parte de mi quehacer era visitar a clientes, presentarles el producto, conversar con ellos. Cuando llegó la pandemia, actué rápido, me preparé, mejore mis habilidades para comunicarme, para conquistar nuevos proyectos. Previo a la pandemia mi fuerte estaba en el sector hotelero y comercial. Ahora me he diversificado, he cerrado proyectos emblemáticos para el país en el sector industrial y de tecnología de la información.
Trabajo en remoto, reporto mis resultados directamente a la sede de Victaulic en Pensilvania, Estados Unidos; formo parte de un equipo de 9 personas y soy la única chica, y la única a cargo de Vortex en México.
Vortex es un sistema de extinción de incendios híbrido. Cuenta con un mecanismo de control de fuego que combina el uso de nitrógeno (gas inerte) con el flujo de un volumen mínimo de agua (pulverizada). Cuando el sistema se activa, hay una descarga de nitrógeno a velocidades supersónicas a baja presión; a su vez, es rociada por agua que, al entrar en contacto con el gas, se pulveriza formando una neblina fina suspendida con gotas de 10 micras. Por lo tanto, la proporción de oxígeno en el espacio cae frente a la de nitrógeno, con lo que se extingue el incendio de una manera eficiente. La neblina también absorbe el calor del incendio evitando una reignición.
Las mujeres deben tener más puestos dentro de una compañía, no solo por temas de género, sino porque una organización más diversa con distintos puntos de vista, es más resiliente, está preparada para afrontar los desafíos del mercado y puede generar mayores rendimientos
Eurídice Ibarlucea, especialista en Vortex para Victualic México
E: ¿Existe el techo de cristal para la mujeres en el mundo corporativo?
EI: Definitivamente. Batallamos para hacernos de un lugar y todos los días hay una batalla nueva que sortear. Sistemáticamente debemos trabajar en nuestros estigmas, en nuestra fortaleza para librar la falta de oportunidades. ¿Cómo? Preparándonos.
Comúnmente, hombres y mujeres empezamos a trabajar en nuestros veintes; sin embargo, nosotras estamos ligadas permanentemente a cubrir necesidades del día a día, según nuestra idiosincrasia y contexto. Aunque en esta etapa hombres y mujeres con frecuencia queremos independizarnos o unirnos a otra persona, llevar una casa o quizá tener hijos, para nosotras vincular lo anterior con nuestras carreras laborales no lleva el mismo ritmo que las de ellos.
Y está bien. Lo importante es llegar a la meta. Así que si nuestro margen de maniobra se recorta, una mujer, como líder, debe dejar que sus resultados hablen, aunque en ventas no es fácil (risas). Tampoco es como en las películas: si tú no te mueves nadie va a llegar a ver tu valor. Así que alza la voz, cacarea tus logros.
E: ¿Qué significa ser mujer?
EI: Para mí, ser mujer es un bendición, una ventaja competitiva, porque la historia de nuestra función en las sociedades comprueba nuestra empatía, nuestra templanza, nuestro coraje para superarnos a nosotras mismas.
Yo hoy tengo 41 años y he aprendido a dominar mi química, mi mente, mi fuerza física. Si bien cada quien vive de manera distinta el ser mujer, creo que a diferencia de aquellas voces que nos machacaron durante siglos haciéndonos competir alevosa y maliciosamente entre nosotras y con los hombres, hoy considero que nuestro éxito se consolida a mayor edad.
Ahora recuerdo que hubo una época en la que normalicé comportamientos que estaban fuera de lugar y no está bien. Lo ideal es que las mujeres transitemos por un camino disfrutable y tranquilo en casa, en la escuela, en el trabajo, en las calles, en lo público y en lo privado.
E: ¿Cuáles son tus aspiraciones en los próximos años?
EI: Espero que en unos años no sea tema la equidad de género, sino que sea la línea de salida desde donde se parta para desarrollarse como persona.
Por mi parte, seguiré preparándome, siendo consistente, buscando mi balance según la etapa de vida donde esté, haciendo de mi casa un refugio, manteniendo un sentido de realidad.
Hay que tener muy claro que es lo primero para ti, mucha claridad sobre lo que quieres lograr en cada etapa de la vida. Con eso en mente, tener la asertividad de ir diciendo que sí a aquellas oportunidades que mejor empatan e integran tu vida y tu trabajo.
En busca de un gremio
Rosario Fraga comenzó su carrera como plomera hace 12 años –la misma edad que tiene su hijo menor–, luego de que su esposo emprendiera la loca idea de fundar una empresa instaladora de calentadores en Tijuana, Baja California.
Chayito y Rogelio visitaron varios fabricantes. Todos coincidían en venderles productos con un valor mínimo de 100 mil pesos. ¿De dónde iban a sacar esa cantidad? Sabían que ahí había una oportunidad de negocio, así que creyeron que podían, consiguieron la inversión y comenzaron.
Después de un año de capacitaciones, entrenamientos, visitas a obras y un niño en brazos, sus hijas mayores debieron entrarle al quite y apoyar a su madre guiando al pequeño.
El camino no ha sido fácil. Se ha tenido que enfrentar a estereotipos y desafiar roles preestablecidos por décadas de una cultura empresarial predominantemente masculina. La lucha no ha sido solo externa; ha significado romper límites personales, descubrir ese potencial y perderle el miedo a la ambición, al tiempo que impulsa a otras mujeres.
E: ¿Qué es ser mujer para Chayito Fraga?
RF: Ser una mujer fuerte, valiente que no le tuvo miedo al éxito.
Era aprendiz, tenía que serlo para apoyar a Rogelio. Pase de ser ama de casa a memorizar todos los componentes de un calentador. Instalaba tubería CPVC y PVC; cortaba, pegaba, usaba cemento. Debía ser eficiente para acabar las tiras y tiras de casas a mi cargo. Para mí era como armar un rompecabezas. Más tarde aprendí a soldar, gracias a la paciencia de un hombre de 80 años que hasta ahora me sigue instruyendo.
E: ¿Contra qué demonios te has tenido que enfrentar para convertirte en plomera?
RF: He visto lo bueno lejos de ver lo malo, pero he tenido que hacer sacrificios. Crecí a mis hijas mayores, pero no pude disfrutar igual a mi hijo pequeño. Y aunque ahora ya no tengo la zozobra de sentir que los descuidaba porque llegaba exhausta, sólo quería bañarme y dormir, ver lo que conseguimos como familia me llena.
También debí esquivar conductas sexistas, acoso laboral porque no confiaban en mi profesionalismo como plomera; y se siente feo, porque tú sabes qué sabes y se te hace un nudo en la garganta ante la duda y te da coraje y te dan ganas de no regresar. Pero esos comportamientos no cederán, así que uno tampoco debe hacerlo.
Yo, como tantas mujeres, creí en algún punto de mi vida que iba a ser ama de casa nada más. Hoy me doy cuenta de que podemos llegar alto si somos las que se preparan para romperla en el puesto, sector, industria y país donde habitemos
Rosario Fraga, Líder de Plomeras en Acción
E: ¿Eres parte del gremio de plomeros en México?
RF: Luego de mantener desde el inicio una alianza con una empresa distribuidora para la instalación de ecotecologías, nos llegó una obra. Rogelio y yo, junto con el equipo que fuimos formando, la montamos. La empresa quedó satisfecha con nuestro trabajo, así que nos contrató para cuatro obras más.
Al principio donde me paraba había varones. Me sentía rara aunque lo superé; ellos, los plomeros, se emocionaban cada vez que me veían trabajar a la par.
Recuerdo que era mediodía en la obra, había absoluto silencio, todos se habían ido a comer, yo me quedé instalando. De pronto, no sé cómo, siento la mirada de alguien detrás de mí. Era una fila de plomeros viéndome impresionados de cómo ponía un calentador con tanta rapidez y precisión, puesto que ellos llegaban a tardarse hasta un día en instalarlo.
Pensé, ¿seré la única mujer que se dedica a ese menester? Me di a la tarea de buscar a través de redes sociales, preguntando a otros colegas; incluso fui parte de una asociación del gremio de plomería con la intención de ubicar a más mujeres plomeras. Tenía claro que ser mamá, llevar una casa, ser cabeza de familia era mucho trabajo; pero, por eso mismo, seguro ahí afuera había más mujeres como yo.
Fundé Plomeras en en Acción a través de redes sociales y luego de una sequía de varios meses empezaron a llegarme mensajes de mujeres plomeras. La mayoría tienen amplia experiencia, se dedican al oficio desde hace 20 años o más. Muchas de ellas viven en Ciudad de México; también hay de Sonora, Baja California, hasta de otros países, como Argentina o El Salvador.
E: ¿Qué representa para ti Plomeras en Acción?
RF: Quiero que haya trabajo para las mujeres plomeras.
Plomeras en Acción es un escaparate para que todas las mujeres que estamos en el gremio seamos reconocidas, elegidas porque nuestro trabajo demuestra que somos capaces de montar obras. Estoy empeñada en crear programas donde podamos capacitarnos para seguir profesionalizándonos en la plomería, mediante una certificación acreditada. Programas de desarrollo personal, networking, mentorías y eventos.
Yo, como tantas mujeres, creí en algún punto de mi vida que iba a ser ama de casa nada más. Hoy me doy cuenta de que podemos llegar alto si somos las que se preparan, para romperla en el puesto, área, sector, industria y país donde habitemos.
E: ¿Cuáles son tus aspiraciones en los próximos años?
RF: Mi tarea obligada es jalar a otras mujeres para que se sumen, no sólo a profesionalizarse en sus oficios o carreras, sino a profesionalizarse en puestos de liderazgo que diversifiquen los mercados. Creo que la equidad es un asunto de hombres y mujeres.
Como dice Ana Paula Nacif, Consejera en NDS Cognitive Labs “Cuando se logra un equilibrio de género en la fuerza de trabajo, significa que ninguno de los dos sexos representa ni menos del 40% ni más del 60%, las mujeres tienen mayor probabilidad de estar representadas en los puestos ejecutivos”.
Georgina Diez Barroso integrante del Comité de las 200, señala que “cuando hay mujeres en puestos de liderazgo, el aumento de utilidades oscila entre el 25% y 35%. Mujeres y hombres son distintos, razón por la que se compenetran increíblemente”.