Determinar las causas de un incendio exige del perito contra incendios conocimiento de diversas áreas y sistemas, además de la capacidad de analizar evidencia, muchas veces distorsionada por la propia acción del fuego
Por Dulce Negrete
Los incendios urbanos son fuegos no controlados de grandes proporciones, que ocurren en sitios caracterizados por tener una población numerosa y densa, dedicada a actividades del sector secundario y terciario de la economía, como la industria, el comercio y los servicios. Dichos incendios ocasionan lesiones, pérdidas de vidas humanas o daños materiales, los cuales pueden afectar la infraestructura de la ciudad para el suministro de servicios como agua, electricidad, transporte o telecomunicaciones.
El ingeniero Justo Adámez, director de Ashes Fire Consulting, señala que tras un incendio 80% de las edificaciones siniestradas pierden el 100% de su patrimonio y más de 45% nunca lo recupera, lo cual representa un paro a la continuidad de las operaciones, pérdida de empleos y la disminución de la competitividad de las unidades de negocio. Sólo en México, más de 77% de las empresas no cuenta con una póliza de Seguro que los proteja ante algún tipo de siniestro; en particular, las más vulnerables son las Pymes.
Dato
80% de las edificaciones pierde el total de su patrimonio tras un incendio y más de 45% nunca lo recupera
Según la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) y la Comisión Nacional de Seguros y Finanzas, desde 2021, entre 5 y 7% de las empresas aseguradas dejaron de pagar su póliza.
Jorge Antonio de la Cruz Pitalúa, ingeniero mecánico con especialidad en energéticos del IPN, Presidente del Comité Nacional de Peritos en Prevención e Investigación de Incendios (CONAPPII) y Director General de la empresa especializada en materia de gas L.P. y Gas Natural BARARI, comparte con la comunidad de Especificar, la razón de ser de un perito contra incendio en México, los logros obtenidos y las asignaciones pendientes para evitarlos.
La figura legal
El perito contra incendio es una figura legítima que posee la autoridad legal para elaborar un dictamen completo que evidencie las causas que pudieron ocasionar un incendio. Mediante este dictamen, el perito determina el valor económico de los daños que se han generado y sus responsabilidades.
De la Cruz señala que un perito debe tener una experiencia mínima de cinco años para poder identificar cuando una obra está constituida, o no, bajo la normativa nacional e internacional adecuada, así como la capacidad de delimitar si un incendio es circunstancial o provocado, e identificar las fuentes que lo pudieron ocasionar. Los investigadores contra incendios deben iniciar probando o descartando cada alegato o sospecha, reconstruyendo cada pieza del siniestro tanto a nivel intelectual como físico, tanto los eventos previos como los posteriores.
“Los investigadores contra incendios deben capacitarse permanentemente, tener colmillo, debido a que el fuego trasforma o distorsiona la evidencia; motivo por el que esta disciplina es una ciencia forense difícil de realizar, pues abarca conocimientos sobre química del fuego, termodinámica, termometría, dinámica del fuego o explosión, modelos de simulación por computadora, fotografía, manejo en las instalaciones eléctricas y de gas; comportamiento humano, análisis de laboratorio, análisis de fallas, legislación penal y civil, entro otras materias”, enlista el también académico.
Un perito debe tener una experiencia mínima de cinco años para poder identificar cuando una obra está constituida, o no, bajo la normativa nacional e internacional adecuada, así como la capacidad de delimitar si un incendio es circunstancial o provocado, e identificar las fuentes que lo pudieron ocasionar
De hecho, el entrevistado agrega que “es ideal que un perito contra incendio esté de principio a fin en un proyecto edilicio. Dicho de otra forma, la figura del perito contra incendio garantiza la revisión documental, óptica y fáctica de la obra que se realizará, luego al momento de la edificación, luego cuando va a comenzar operaciones y cuando el edificio está operando y requiere mantenimiento”.
Cabe señalar que, a nivel nacional el Colegio de Ingenieros Mecánicos y Electricistas (CIME), constituido de conformidad con la Ley de Profesiones, es el único facultado para promover, acreditar y emitir la superación profesional, científica y técnica de los ingenieros de especialidad como los peritos en protección contra incendios. Por esta razón, se fundó el Comité Nacional Permanente de Peritos en Prevención e Investigación de Incendios (CONAPPII), conformado por profesionales que en conjunto actúan como consultores para los diferentes niveles de gobierno de los tres poderes; también participan en la elaboración y revisión de Normas Obligatorias y estándares relacionados con la seguridad.
El hueco normativo
Lamentablemente, como advierte De la Cruz Pitalúa, la observancia del marco normativo no corre a la misma velocidad que los acontecimientos por incendio. En México, las instituciones gubernamentales no se dan abasto para corroborar que las normas de seguridad y específicamente las relacionadas con protección contra incendio se cumplan en la industria y el comercio.
Ahora mismo, sólo se cuenta con la NOM 002 de la Secretaría del Trabajo de carácter obligatorio; las demás normas son sólo de referencia o poseen un carácter voluntario para quien invierte en una unidad de negocio. “Sobre todo en las edificaciones públicas –advierte el ingeniero Pitalúa–, la aplicación de las normas queda a discreción de los reglamentos locales, los cuales necesitan examinarse para renovarse, ya que constantemente son rebasados por la tecnología utilizada en estas construcciones, ya sea desde el inicio o como parte de su vida edilicia. En consecuencia, se suman los modos en que las personas habitan un sitio; por ejemplo, trabajar desde casa, volviéndola una oficina”.
Esto obliga a que los ciudadanos, en los diferentes roles que desempeñan, estén a cargo de aplicar y ser parte de políticas dentro de una empresa que procure la seguridad de las personas en un edificio.
“Mientras el marco normativo mexicano no exija u obligue a acatar disposiciones de seguridad para detectar, notificar, confinar y suprimir un incendio, seguiremos habitando en escenarios proclives a un fuego fuera de control, asumiendo las consecuencia que ello implique, porque continuaremos haciendo lo mínimo requerido”, advierte De la Cruz.
A escala internacional, la norma NFPA 1033 explica claramente cuáles son los Job Performance Requirements (JPR) del investigador científico de incendios y explosiones. Estos requerimientos de desempeño de trabajo se describen en dicha norma como Tareas, a cada una de las cuales se le especifica un conjunto de conocimientos y habilidades requeridas, que se espera que el investigador desarrolle.
Gracias al grado de especificidad con que cuentan las JPR, se logra un marco técnico claro, que define quién puede ser considerado como investigador de incendios. Dicho de otro modo, permite establecer la formación con que debe contar esta figura, las cualificaciones que debe demostrar y la manera en que éstas han de evaluarse.
La exigencia de la aplicación de esta norma por parte de los sistemas judiciales y las policías latinoamericanas ha significado que sea un instrumento válido y reconocido al definir criterios sobre la aceptación de alguna hipótesis planteada, además de ser un instrumento utilizado por las compañías de seguros.
Requerimientos generales mínimos para el investigador de incendios
Empleo de todos los elementos del método científico, como el manejo del proceso analítico; evaluación completa de la seguridad del lugar sobre todas las escenas; mantener la comunicación necesaria con otros profesionales interesados y entidades; acatar todos los requerimientos legales y regulación aplicables al caso; comprender la organización y operación del equipo de investigación del sistema de comando de incidentes.
• Examen de la escena. Asegurar el área de incendio o explosión; conducir la inspección interior; interpretar y analizar los patrones de fuego; examinar y remover los escombros del incendio; reconstruir el área de origen; inspeccionar el desempeño de las instalaciones del inmueble; discriminar entre los efectos de las explosiones y otros tipos de daños.
• Documentación de la escena. Realizar croquis y esquemas de la escena; documentar fotográficamente la escena; tomar notas de investigación; recolectar evidencia para su preservación; utilizar procedimientos apropiados para el manejo de víctimas y personas fallecidas; localizar, colectar y embalar la evidencia; seleccionar evidencia para análisis; mantener la cadena de custodia; disponer de la evidencia.
• Entrevistar. Desarrollar un plan de entrevistas a testigos; conducir las entrevistas; evaluar la información de las entrevistas.
• Investigación postincidente. Recolectar informes y registros; evaluar archivos de investigación; coordinar con otros expertos; determinar la evidencia, la intención y oportunidad; formular una opinión concerniente al origen, causa o responsabilidad por incendio.
• Presentación. Elaborar un informe escrito; expresar las conclusiones de la investigación verbalmente; comparecer como testigo durante el proceso legal; llevar a cabo presentaciones de información pública.
La NFPA 1033 es utilizada como base técnica-pericial para el desarrollo de peritajes y metaperitajes, lo que significa que todos los informes son revisados con la misma rigurosidad, independientemente de la institución que sea, así que debe sustentarse lo expuesto dentro del método científico.
De la Cruz concluye que un perito contra incendio tiene dos razones de ser: la primera es evitar incendios, puesto que por ello debe permanecer de principio a fin en una obra u edificación; la segunda razón es procesar la información pertinente posterior a un incendio.
“La mayoría de los investigadores de incendios tenemos la facultad y la obligación de comparecer como testigos expertos en los estrados judiciales, así que es imperativo certificarnos constantemente”.