Mayra Rodríguez y Cassandra Ramírez comparten con Especificar sus experiencias como mujeres ingenieras y cómo cada una de ellas está haciendo carrera en su respectivo sector de especialidad

Por Dulce Negrete

Han pasado 44 años desde la primera vez que la consultora laboral Marilyn Loden emitió el concepto techo de cristal, el cual simboliza que, en el mundo laboral, las aspiraciones de una mujer suelen ser obstaculizadas por falta de equidad.

La realidad es que, en México, la mujer tiene mayor representatividad en el ámbito laboral, pero se le sigue exigiendo que cumpla otros roles establecidos, donde no hay cabida para el naufragio, ni para “morir en el intento”, porque dichos roles están cargados de prejuicios sobre sus capacidades.

Para una mujer, tener un trabajo remunerado implica una posibilidad sobre sí misma, sobre su autonomía económica para atender sus necesidades; incluso, contribuye a la atención de las de su familia.

La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) 2020 refleja que las mujeres tuvieron un incremento aproximado de cinco puntos porcentuales de participación en el ámbito laboral, al pasar de 40.1 % en 2005 a 44.9 % en 2020.

No obstante, sólo 3 de cada 10 profesionistas que eligieron carreras relacionadas con ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés), son mujeres. En 2021, solo 13.5 % de las profesionistas eran egresadas de carreras STEM.

En 2021, solo 13.5 % de las profesionistas eran egresadas de carreras STEM

Si bien estos campos de estudio son altamente valorados, debido a que se asocian con habilidades como solución de problemas complejos o pensamiento analítico y crítico, la brecha para incursionar en ellas inicia desde la infancia. Las mujeres egresadas de carreras STEM suelen ganar más y enfrentan una brecha salarial menor al 18%, en contraste con 22 % para profesionistas de otras áreas. Sin embargo, esta brecha se explica por el tipo de trabajos que elige cada sexo, pues la ENOE subraya que la ocupación principal para las mujeres está en las actividades de servicios y comercio, con 25.9 %, lo que significa que tienden a convertirse en oficinistas o dar clases, mientras que los hombres tienen mayor participación en el sector industrial, energético, agrónomo o minero.

Por lo tanto, superar el techo de cristal de las mujeres en el trabajo no solo es responsabilidad de gobiernos, empresas o instituciones educativas, sino de las propias mujeres.

Especificar charló con Mayra Rodríguez y Cassandra Ramírez, quienes comparten sus experiencias como mujeres ingenieras y cómo, tras haber elegido esa avenida educativa, cada una está haciendo carrera en el sector de aire acondicionado, ventilación y calefacción (HVAC) y de la seguridad contra incendios, respectivamente.

Con una sola mujer no es suficiente

La industria de la construcción es uno de los sectores principales de la economía mexicana, debido a que atrae inversión pública y privada en proyectos de infraestructura; además de que su naturaleza demanda insumos de otras industrias y sectores conexos. Posee tres grandes bloques: la edificación, referente a la construcción de bienes inmuebles; la ingeniería civil u obra pesada relativa a la construcción de infraestructura y urbanización; finalmente, los servicios especializados, que equivalen a trabajos de instalación o acabados de obra.

Mayra Rodríguez, es directora de Operaciones (DOP) de UEi Test Instruments México, compañía que diseña, fabrica y comercializa equipos de prueba portátiles para especialistas en HVAC. Desde la Perla Tapatía, la ingeniera industrial de profesión, explica que “si entendemos que la mejora continua consiste en analizar los procesos que se usan dentro de una organización o administración, para luego revisarlos y realizar adecuaciones hasta minimizar los errores de forma permanente, yo veo áreas de oportunidad. Sorprendentemente, me he encontrado con historias exitosas de mujeres haciendo carrera en el sector de la construcción, además de una creciente solidaridad entre nosotras. De manera que si una empresa, institución o gremio quiere tener una perspectiva de género, de inclusión, necesita tener varias voces femeninas a nivel estructural».

En otras palabras, son fundamentales los flancos, porque las mujeres no sólo deben cubrir una cuota de representatividad en el Comité Ejecutivo o de Alta Dirección, puesto que una sola, aún con voz y voto, no basta para que sus decisiones se conviertan en acciones que permeen en el organigrama laboral. Ellas también deben aplicar en puestos a nivel de entrada, subgerenciales, gerenciales senior, y vicepresidencias.

“Al final no todas coincidimos en los mismos puntos de vista, no todas tenemos la misma experiencia, por eso el que varias mujeres estén en un lugar, en un momento dado es lo que abona. Afortunadamente, creo que la propia inercia de la vida sociopolítica la reclama en las organizaciones, de modo que éstas deben estar conscientes de cómo ofrecer un sendero seguro para que ellas apliquen a diferentes posiciones”.

Las varas unidas hacen la diferencia para tomar con seriedad los puestos de trabajo que hoy en día las mujeres desempeñan y aspiran a conseguir, a modo de ir disminuyendo la brecha salarial e incluso abordar en sus necesidades, por ejemplo, al maternar.

La ENOE subraya que la ocupación principal para las mujeres está en las actividades de servicios y comercio, con 25.9 %, lo que significa que tienden a convertirse en oficinistas o dar clases, mientras que los hombres tienen mayor participación en el sector industrial, energético, agrónomo o minero

Amable y sonriente, Mayra Rodríguez me explica que el reto que tiene por delante es lograr la transición de equipos análogos a digitales en el mercado, pues UEi Test Instruments se conformó de talento local hace cinco años; pero desde 1992 se unió a Grupo Kane, compañía de origen londinense y espíritu familiar. Este último aspecto es el eje sobre el que Rodríguez se mantiene cerca de los distribuidores, ya que son el eslabón para crecer la marca en México y otros países de Latinoamérica en los próximos cuatro años.

Anteriormente, para hacer el mantenimiento de aire acondicionado, se empleaba el manómetro con dos válvulas (azul y roja) para revisar, por ejemplo, el sobrecalentamiento. Éste se verificaba echando mano de tablas, así como de mangueras con diferentes cargas de gas refrigerante.

Ahora, con HUB8, el kit de sondas de refrigeración inalámbricas, se facilita el mantenimiento y la carga de los sistemas de aire acondicionado y refrigeración. La adición del medidor de vacío inalámbrico y la sonda del termómetro exterior integra cálculos de prueba de sobrecalentamiento, evacuación y aumento del objetivo en tiempo real en la aplicación que el técnico puede controlar desde su celular.

“Esto proporciona una carga más precisa, eficiente y rentable en el sistema, lo que permite ver todos sus parámetros de vacío, refrigeración y aire en la misma aplicación. Así que el desafío está en familiarizar HUB8 entre los distribuidores, que ellos crean en el producto, lo utilicen y luego transfieran su gusto y preferencia por éste a los clientes finales”, apunta Rodríguez.

De eso se trata la innovación, de llevar a término acciones distintas para poder llegar a diferentes mercados, a nuevos públicos y a más clientes.

Rodríguez añade, “mi liderazgo con mi equipo de trabajo se basa en tres pilares, en especial porque el área en la que estamos es de mucho conflicto o tensión; por eso creamos escenarios donde pido honestidad y respeto, luego trabajamos en la inteligencia emocional para que no nos tomemos a pecho las cuestiones del día a día, de modo que podamos resolver y solucionar con eficacia el problema que nuestros clientes tengan”.

Mi liderazgo se basa en tres pilares: honestidad y respeto e inteligencia emocional, de modo que podamos resolver y solucionar con eficacia el problema que nuestros clientes tengan”

Mayra Rodríguez, DOP para UEi Test Instruments México

Respecto a la toma de decisiones, la ingeniera agrega, “me enfoco en que todo el equipo pueda transmitir sus ideas de manera asertiva y efectiva para colocar los productos de UEi Test Instruments entre quienes buscan calidad y precisión tecnológica, optimizando su tiempo”.

Esta visión de equipo la vincula con su experiencia en el ciclismo de ruta, uno de los deportes que ama. “Desde niña practico deportes individuales, hasta en el ciclismo, donde un día experimenté ir en grupo y cambió mi visión, porque cuando vas acompañada no aplicas la misma fuerza que cuando vas sola: tus compañeros te cubren del viento o tú los cubres a ellos, el viaje se vuelve más seguro, sobre todo si aprendes a coordinarte, si aprendes a ir con los demás».

El fuego, la señal del esfuerzo

Cassandra Ramírez es de Mexicali, Baja California. Estudió ingeniería mecánica y, como le pasó a Steven Spielberg al enamorarse del cine, en The Fabelmans, desde su primer acercamiento, ella eligió el diseño y el manejo de software como los medios que definirían su carrera.

Firme en su encomienda, incursionó en el área ejecutiva de la industria manufacturera para una fábrica de bujías. Posteriormente se probó en el sector de servicios para una consultora de eficiencia energética. Luego formó parte de la fila administrativa del gigante multinacional Honeywell, y hace cinco años descubrió el ramo de la protección contra incendios, a través de Global Mechanical, una de las empresas contratistas más sólidas dentro de dicho ramo en el territorio nacional.

La ingeniería de la protección contra incendios estudia el comportamiento de este fenómeno mediante eventos reales e investigaciones teórico-prácticas desde su inicio hasta su propagación, así como sus efectos para quienes lo padecen, lo cual conlleva el desarrollo de sistemas críticos de prevención. “Diseño sistemas de rociadores automáticos contra incendios, para proteger tanto edificios como vidas humanas”, confirma la especialista.

También explica que la ingeniería contra incendios es una profesión que ha florecido primordialmente en Estados Unidos, Canadá y países europeos; apenas en la década de 1980 comenzó a conocerse en Latinoamérica.

Aunque existen diversas certificaciones internacionales que avalan la expertise de un ingeniero en este menester, hasta 2014 se logró el reconocimiento oficial por parte del Consejo Nacional de Normalización y Certificación de Competencias Laborales (Conocer), el cual está referido en el estándar NMX-S-066-SCFI-2015, Sistemas de rociadores automáticos contra incendios. Diseño e instalación.

En recientes fechas, Cassandra obtuvo la Certificación en tecnologías de rociadores automáticos contra incendios (Cetraci), un mérito que ofrece valor agregado al titular y al mercado. Lo anterior significa para Ramirez un gran paso en su carrera, debido a que acredita su conocimiento y que cuenta con la competencia técnica para garantizar el correcto diseño y funcionamiento de los sistemas contra incendios.

El sector contra incendios ha sido un viaje de exploración. He hallado un tesoro, uno muy escondido y altamente especializado, en el que, igual que en la medicina, debo estar en pleno y constante aprendizaje”

Cassandra Ramírez, ingeniera en Protección Contra Incendios para Global Mechanical

La ingeniera en protección contra incendios también nos señala que obtuvo en diciembre del 2022 la certificación del National Institute for Certification in Engineering Technologies (NICET) nivel 1, una de las certificaciones con mayor prestigio internacional. “Las certificaciones te abren el panorama sobre lo que puedes y estarías dispuesta a hacer, además de que, en mi ámbito, te mantienen actualizado, atractivo laboralmente”.

Acelerar la inclusión desde la infancia

Los padres y hermanos de Cassandra Ramírez son profesores; sólo ella y uno de sus hermanos estudiaron carreras distintas.

“Recuerdo que en algún momento quería ser médico por el grado de compromiso y especificidad que implica la carrera, pero elegí la ingeniería, porque además de lo anterior, me gusta analizar y resolver problemas desde una perspectiva matemática. En mi generación éramos dos mujeres y en la carrera éramos seis. Obviamente todas se graduaron y todas han encontrado trabajo y ejercen”.

Ramírez comparte que cuando salió de la universidad se postuló a varios empleos, pero fue rechazada igual cantidad de ocasiones. Luego se enteró que ello se debió, en parte, a que es mujer.

“Honestamente”, declara incrédula, “creo que siempre va a existir ese pensamiento en el imaginario colectivo acerca de nosotras, como seres frágiles de pensamiento, arrastradas por la emoción indomable e, incluso, más ignorantes que el hombre común, por lo cual somos percibidas como seres supeditados para resolver asuntos. Es un suceso cotidiano, revelador en los contextos más cercanos, ocurre de manera casi inconsciente; está adherido a las personas como sello de la casa”.

¿Qué hacer ante este hecho? La ingeniera certificada responde que hay que sublevarse, cultivarse, convidar el conocimiento y transferirlo sistemáticamente.

“Cuando me rechazaron, no me desesperé. Soy una persona resiliente. Acepté la situación, la reconocí y no quité el dedo del renglón”.

En México, la matrícula femenina en la educación básica representa el 49.2 % total, mientras que en la educación media y superior alcanza el 50 %. De acuerdo con la Secretaría de Educación Pública (SEP), ya se ha alcanzado la paridad de género en la educación, pero aún existen brechas en los niveles de aprovechamiento de las niñas y niños en las ciencias exactas y naturales.

Recientemente, Cassandra Ramírez obtuvo la Certificación Cetraci, un mérito que significa un gran paso en su carrera, debido a que acredita su conocimiento y que cuenta con la competencia técnica para garantizar el correcto diseño y funcionamiento de los sistemas contra incendios.

Según el portal web de Niñas STEM, promovido por la SEP y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la ansiedad en el aprendizaje de las matemáticas y los estereotipos de género afectan a las niñas desde temprana edad e impactan su desarrollo en dicha materia en todos los niveles. Años más tarde se refleja en la escasa participación de las mujeres en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.

Las niñas pierden interés en carreras STEM a medida que van creciendo. Por ello es fundamental desarrollar proyectos que involucren el contacto con otros profesionales, puesto que aumenta las posibilidades de experimentar, explorar y acercarse a éstas.

Ramirez añade que “la rama contra incendio es poco conocida en las facultades de ingeniería, pese a ser un escenario donde se puede desarrollar una gran carrera. Es importante que el ramillete de opciones o especialidades dentro de un área de conocimiento se fomente desde la infancia hasta la universidad, para que las personas en este rango de edad las identifiquen”.

Asevera también que es crucial que “el Estado, empresas, instituciones educativas y las propias mujeres, sobre todo si éstas ya se encuentran en el campo laboral acumulando experiencia, promuevan e impulsen información sobre las STEM; que a la par expongan cómo aproximarse a ellas, tener una guía para saber qué puede hacerse si se elige cualquiera. De igual manera, apoyarse de una líder y guía para que las personas que la elijan hagan una carrera que resulte exitosa para ellas”.

La OCDE advierte que para el año 2030, 80 % de los trabajos del mundo tendrá que ver con la ciencia, la ingeniería, las matemáticas y la tecnología. Para Cassandra Ramírez, es fundamental crear programas particulares para mujeres, integrando a aquellas personas con sesgos visibles e inconscientes, en especial si toman las decisiones sobre los ascensos en las compañías.

Según el portal web de Niñas STEM, promovido por la SEP y la OCDE, la ansiedad en el aprendizaje de las matemáticas y los estereotipos de género afectan a las niñas desde temprana edad e impactan su desarrollo en dicha materia en todos los niveles

“Un programa de carrera construido a partir de un plan de educación (idiomas, posgrados, entre otros), así como negociación, hablar en público, regulación o tendencias comerciales, más un eje de liderazgo que dedique a las mujeres habilidades blandas para liderar grandes equipos de trabajo”, propone la especialista.

“El sector contra incendios ha sido un viaje de exploración. He hallado un tesoro, uno muy escondido y altamente especializado, en el que, igual que en la medicina, debo estar en pleno y constante aprendizaje. Mi trabajo me reta continuamente a estudiarlo, a entenderlo, a generar una posición crítica, a producir estrategias para lograr relacionarme con los otros, máxime si estoy frente al cliente ante un proyecto en obra o de presupuesto, ya que a cada reunión a la que voy debo tener bien firmes mis conocimientos técnicos, puesto que debo fundamentar lo que estoy haciendo”.