En los circuitos de distribución de agua caliente para uso sanitario, es necesario asegurar que todos los tramos se mantengan a la temperatura correcta. La red de recirculación debe estar equilibrada para evitar distribuciones no uniformes de la temperatura, con tramos fríos donde pueda proliferar la legionela. 

Tradicionalmente, los circuitos hidráulicos se equilibran con válvulas de calibración manual. Con estos dispositivos estáticos, no es fácil equilibrar perfectamente los circuitos y se presentan límites de funcionamiento en caso de cierre parcial por actuación de las válvulas de regulación. El caudal en los circuitos abiertos no permanece en su valor nominal.

Por otro lado, los dispositivos dinámicos equilibran automáticamente el circuito hidráulico para asegurar el caudal de diseño en cada terminal. Aunque el circuito se cierre parcialmente por actuación de las válvulas de regulación, los caudales en los circuitos abiertos permanecen constantes en el valor nominal. De esta manera, el sistema garantiza siempre el mayor confort y el mayor ahorro de energía.

El regulador termostático, montado en cada ramal del circuito de recirculación, mantiene de forma automática la temperatura prefijada. Mediante un cartucho termostático interno, regula el caudal de fluido en función de la temperatura del agua entrante. Cuando la temperatura del agua se acerca al valor programado, el obturador reduce progresivamente el paso. Como consecuencia, el caudal de fluido impulsado por la bomba de recirculación se envía a las otras partes de la red, efectuando de forma automática un efectivo equilibrado térmico.

El equilibrado de circuitos de recirculación de agua tiene dos aspectos fundamentales. Por un lado, mantener la temperatura de consigna lo más cerca posible del punto de consumo, que es la función primaria de este tipo de circuitos, y por otro, mantener el agua en movimiento para efectos de salubridad, evitando la formación de biocapas que tienen un papel importantísimo en la degradación de la calidad del agua. Este último aspecto está adquiriendo una importancia creciente, ya que, en agua caliente, es complicado mantener el residual de desinfectante.

El equilibrado de circuitos de recirculación de agua tiene dos aspectos fundamentales. Por un lado, mantener la temperatura de consigna lo más cerca posible del punto de consumo, que es la función primaria de este tipo de circuitos, y por otro, mantener el agua en movimiento para efectos de salubridad, evitando la formación de biocapas que tienen un papel importantísimo en la degradación de la calidad del agua»

Para dar respuesta a estas solicitudes, Caleffi ofrece un rango de reguladores termostáticos que hacen un equilibrado en función de la temperatura. De hecho, esta filosofía de regulación se adapta muy bien a la dinámica intrínseca de los circuitos de recirculación.

Cuando no hay consumo, el caudal en circulación es bajo y cuando hay consumo el caudal se multiplica. Si se utilizan válvulas de equilibrado estático en estas condiciones, hay que compensar esta dinámica con un aumento de caudal, provocando que estos sistemas generen gastos energéticos significativos por cuenta de los grupos de bombeo, sin mencionar la dificultad de regulación y puesta en marcha con este tipo de válvulas.

Por otro lado, las válvulas de regulación termostática tienen un elemento interno que cierra el paso con el aumento de la temperatura.

Con esta característica, la válvula se adapta en todos los momentos a las condiciones de la instalación, desde el inicio. Sin embargo, no se cierra completamente si no hay demanda, para evitar el estancamiento de la circulación y para permitir que el modelo con el cartucho de desinfección pueda sentir el aumento de temperatura en fase de desinfección térmica y reabrir la válvula. 

Esta reapertura permite aumentar el caudal para efectos de mantenimiento de la temperatura más alta y típica de desinfección. Más temperatura, significa más pérdidas. Para compensarlas, hay que aumentar el caudal. Toda esta dinámica, una vez más, solo es posible mecánicamente gracias a estos elementos termostáticos internos.




Los modelos mecánicos son ideales para todas las instalaciones, especialmente para proyectos de reacondicionamiento. También existe la posibilidad de que el regulador cuente con un cartucho de desinfección actuable por mando electrotérmico. En este caso, es posible controlar remotamente el sistema en la fase de desinfección.


Hay una versión solo con regulación y sin cartucho de desinfección, que es apropiada para instalaciones de riesgo adicional, donde se recircula el agua siempre a alta temperatura. Es posible instalar el regulador en cualquier posición u orientación. Se recomienda la instalación de filtros apropiados para la limpieza de la instalación, así como de válvulas de retención para evitar flujos secundarios.

Todos los modelos tienen pozos para termómetros o sondas y el aislamiento térmico es opcional. El regulador termostático está fabricado con materiales certificados para el contacto con el agua potable, para el uso en los circuitos de distribución de agua destinada al consumo humano.

Para terminar dejo una reflexión sobre las instalaciones interiores. Desde la acometida hasta el grifo, toda esta sección constituye un punto crítico en lo que toca a la calidad del agua. La superficie de contacto de las tuberías por volumen de agua es mucho mayor que en las distribuciones publicas. Esto aunado a un elevado tiempo de residencia con consumo intermitente, potencia la formación de biocapas que degradan la calidad del agua. ¡Hay que mantenerla en movimiento como hacían los Romanos! ¡Hazlo con Caleffi!

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