El área de Diseño juega un papel fundamentan en el mercado de soluciones para baño. Pero su éxito depende también de conceptos como usos y costumbres de los usuarios
Por Ángel Martínez / Imágenes, cortesía de Grupo Helvex
La oferta de elementos y accesorios para baño que existe actualmente en el mercado parece ser suficiente para atender los diferentes gustos y necesidades. Sin embargo, cuando algún usuario decide hacer una compra, ya sea de grifería, regadera o sanitario, pasa por un momento de incertidumbre sobre cuál opción elegir, algo que seguramente no pocas veces ha resuelto a “sol o águila”.
En este sentido, el área de Diseño tiene una misión trascendental: convencer. Pero para convencer al auditorio, es innegable que primero debe estar convencido uno mismo. María Eugenia Salas lleva 17 años dirigiendo el Área de Investigación y Desarrollo de Nuevos Productos en Helvex; es decir que lleva cerca de dos décadas proponiendo las líneas que se ofrecen en los puntos de venta de sus socios comerciales o a través de plataformas digitales. ¡Más de 1 mil productos!
Como líder de su área, sabe que el objetivo de su labor es integrar y coordinar diversos talentos que permitan aterrizarse en productos que a su vez, aun en diferentes espacios, procuren el bienestar de los usuarios: “Desde un producto, como puede ser una regadera en la playa o una regadera para hospital, debe cumplir con una función que satisfaga las expectativas de diferentes grupos de interés. Es importante la coordinación de estos talentos para desarrollar, analizar, investigar y aterrizar, y siempre estar ofreciendo una propuesta de valor al mercado”,considera.
Estética y funcionalidad en la propuesta de valor
¿Por qué es necesario referirse a la estética y funcionalidad de los productos? En su artículo “Estética, nuevo consumo”, el italiano Ampelio Bucci establece que cuando los atributos de la oferta comercial se dan por sentados en el consumidor (beneficios, prestigio, etcétera), los factores de decisión “se trasladan a aspectos estéticos”.
Asimismo, añade que “la innovación y la creatividad pueden ayudar a afrontar los más nuevos y complejos fenómenos del futuro, y no sólo en las cosas, en los productos, sino en las conexiones, las relaciones, las comunicaciones y redes de interacción”.
Para el escritor italiano, la responsabilidad del equipo de Diseño es crear una conexión real de empatía con el consumidor, una propuesta en la que el punto de vista sea éste: “Se propone la figura del director de diseño, para destacar la responsabilidad del proyecto, que se acerca más a la figura de un director de orquesta o director de cine, capaz de desarrollar una cultura empresarial y de relación con los usuarios, cada vez menos consumidores y más individuos, personas”.
María Eugenia Salas coincide con éste. Para ella, parte de su labor como equipo es volverse aliados en la generación de ideas; aliados en cumplir sueños a través del disfrute de la experiencia que va a dejar interactuar con cualquier producto: “Partimos de una idea, de entusiasmarnos de cómo se vería en un ambiente, de lo que estás pensando sobre ese ambiente (de relajación, de energía, si es un lugar para convivir). Nos volvemos ese gran aliado en el momento en el que se está conceptualizando la idea, y que esa idea se vuelva realidad, a través de una experiencia que ya te imaginaste”.
En este sentido, estética y funcionalidad son dos característica que si bien inherentes hay que saber equilibrar. Y aunque la representante de Helvex está consciente de ello, reconoce que la funcionalidad podría estar un paso adelante: “Nosotros tenemos que cumplir, al ser un producto que tú vas a utilizar. El tema de la funcionalidad es lo más importante; que al ocupar cualquier elemento de un baño (sea un sanitario, un lavabo o incluso hasta un gancho para toalla) éste se utilice de manera óptima, porque si un usuario no logra esta sencilla misión, puede entrar en conflicto con el producto, lo que a su vez refleja que no has cumplido con tu labor”.
Con otro ejemplo sencillo, como sería el utilizar un sanitario que a pesar de su estética no cumpla con su función, la representare reitera: “si tu funcionalidad no sirve, se acabó el diseño, porque no hay peor conflicto que el que no te cumpla con esa perspectiva de funcionalidad, que el sanitario no cumpla la función de desalojo; que las coladeras huelan mal… Simplemente no puede pasar. Tenemos que estar analizando dimensiones, usos y costumbres”.
La Gerente de Investigación refiere que ambos conceptos van a depender sobre todo del contexto: “porque habrá productos que están pensados para ciertos públicos, en los que el diseño es muy importante; pero habrá otros espacios donde tiene que imperar la funcionalidad, porque a lo mejor los usuarios son niños, o empleados. Tiene que cumplir con ciertos materiales, con ciertas normativas, como es el gasto de agua; debemos economizar desalojos de agua, pero debe tener esta funcionalidad para hacer su labor diaria. La funcionalidad va de la mano y es parte de un buen diseño el que tú puedas desarrollarla. De otra manera se vuelve un arte-objeto y ese producto no es funcional”.
Agrega que: “El gran reto es poder conjugar estética, normativa y funcionalidad en un gran diseño. Cuando tienes un equipo experto, se sienta a trabajar al interior del producto, y después lo viste de tal manera para que funcione con burbujas, con aireación, con desempeño. El gran reto es que el diseño te evoque lo que tú estás pensando transmitir en temas funcionales”.
El gran reto es poder conjugar estética, normativa y funcionalidad en un gran diseño. El gran reto es que el diseño te evoque lo que tú estás pensando transmitir en temas funcionales”
Ma. Eugenia Salas, Gerente de Investigación y Desarrollo de Nuevos Productos en Helvex
La diferencia está en escuchar al mercado
En su columna sobre la estética en la especificación, el arquitecto Humberto Rivas asegura que la oferta de cualquier producto es el reflejo de la economía de un país. A través de una cita, asegura que “un país de sana economía, cuyos integrantes pueden permitirse seguir modas, tendrá un consumo más fluido que una economía deprimida, donde el consumo estará marcado por la necesidad y no por la voluntad”.
Con la Gerente de Investigación y Desarrollo de Nuevos Productos platicamos también sobre lo importante que es saber escuchar al mercado, en este caso al mexicano, tan particular en usos y costumbres en el área de soluciones para baño: “Yo creo que ahora, mucho más que en otros tiempos, hemos sido más conscientes del entorno; ahora nos fijamos en la interacción con estos elementos. Esa parte es muy relevante, la observación, porque de ahí surge la inspiración. Y la observación se puede dar por un elemento natural o por un elemento de interacción de los productos, cómo interactúan los usos y costumbres de los consumidores”, reflexiona.
En este sentido, resalta que, si bien en Helvex existe la libertar de propuesta, han entendido que es el usuario el que termina decidiendo la permanencia u obsolescencia de cualquier producto, sobre todo porque siempre el mercado te dará sorpresas: “Es importante preguntarle al mercado, porque los diseños disruptivos no son necesariamente siempre lo que se necesita. La idea es que seamos honestos y veamos qué es lo que le conviene al proyecto y al entorno inmediato. Algo combinable, atemporal y que funcione”.
Los diseños disruptivos no son necesariamente siempre lo que se necesita. La idea es que seamos honestos y veamos qué es lo que le conviene al proyecto y al entorno inmediato”
La capacidad de escuchar como diferenciador, resume la Gerente, es también lo que distingue a un buen diseñador de un mal diseñador. “Creo que en el momento del diseño de un producto, sobre todo funcional, si el usuario no termina entendiéndolo de manera intuitiva, el diseño no cumplió con su función”.
Ante ello, extiende que: “El diseñador debe tener la necesidad de escuchar a su mercado, de saber para qué lo está diseñado. Al fin y al acabo el diseñador está provocando una inspiración para un cierto tipo de mercado, para la comunidad. Me inspiro, desarrollo mi obra, lo aterrizo en algo físico, que se deberá entender universalmente”.
Asimismo, celebra el que el mercado mexicano no sólo sea consciente de lo que compra, sino que cada vez más se tome el tiempo para decidir sobre los elementos que estarán en sus espacios: “Yo creo que el mercado mexicano sí es consiente de la estética, a lo mejor no tiene los grandes conocimientos de interiorismo o de tendencia que hay para otro tipo de desarrollos, pero como persona, o consumidor, sí se da a la tarea y el tiempo de analizar, de evaluar y de tener esa propuesta integral de lo que están buscando.
”También veo esa apertura de inspiración, de ir al punto de distribución, para comprar y evaluar; para hacer una integración. Es un mercado que por tener tanta variedad no se conforma con algo sencillo, sino que tiene que combinar con el ambiente, o con la remodelación. Hacen una evaluación, hoy más que nunca, porque en la actualidad hay cientos de plataformas para ver proyectada tu idea. Yo creo que el mercado mexicano siempre ha estado atento a la decoración o al interiorismo, y siempre ha tenido esta ocupación de que su casa se vea linda y agradable”, finaliza.