La arquitecta y actual presidenta del Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México y de la Sociedad de Arquitectos Mexicanos (CAMSAM), Susana Miranda Ruiz, aseguró que uno de los puntos fundamentales dentro del Quinto Congreso, El Paradigma del Arquitecto Urbano, es incentivar a los jóvenes profesionales a tener una actitud extrovertida y participativa, para que ello devenga en un nuevo espíritu acorde con las necesidades de la nueva arquitectura nacional.

En el primer día de actividades del Congreso que se desarrolla en la sede del  Colegio de Arquitectos, destacó que las nuevas ciudades no son espacios que se determinen por sus gobernantes, sino que éstas ahora se construyen por una comunidad en la que todos participen: “Nosotros, como grupo creativo, podemos incidir en la comunidad, pero necesitamos tener esa voluntad de acción. Hemos tenido gratos resultados con arquitectos que se dedican a la construcción de viviendas populares, e incluso en la autoconstrucción, y queremos replicarlos”, externó.

En este sentido, la arquitecta instó a los jóvenes a redescubrir la función principal del profesional de esta área, la cual no es más que la de servir a la sociedad sin importar su nivel socioeconómico: “el nuevo arquitecto necesita esta ética profesional en la que recuerden que trabajan para y por la sociedad; si logramos vencer los imponderables sociales y políticos, podremos desarrollar una arquitectura sobresaliente. Necesitamos podernos comunicar”, aseguró.

El nuevo arquitecto necesita esta ética profesional en la que recuerden que trabajan para y por la sociedad; si logramos vencer los imponderables sociales y políticos, podremos desarrollar una arquitectura sobresaliente. Necesitamos podernos comunicar”

Recordó que el arquitecto, por su formación, es quien mejor conoce la vulnerabilidad de la Ciudad de México, y aseguró que esta capacidad debe ser aprovechada para crear mayor seguridad y una mejor protección al medioambiente.

Ahondó en que una de las primeras líneas de acción tomadas por el Colegio es la promoción de grupos de arquitectos locales, los cuales trabajarán de la mano con las nuevas alcaldías (o delegaciones), a fin de detectar los puntos vulnerables de cada zona de la Ciudad de México: “Uno de los primeros objetivos del Congreso es verificar cuánta voluntad hay para trabajar en equipo, porque lo que sigue es armar esos equipos ante cualquier percance”. En este sentido, estos grupos locales informarán a las alcaldías sobre los problemas inmediatos de la comunidad en la que cohabitan, a fin de encontrarles una solución en un tiempo menos prolongado. 

En temas de seguridad y resiliencia, la presidenta destacó que el arquitecto debe implementar medidas para no lamentar consecuencias ante desastres naturales, como el temblor que se presentó el 19 de septiembre del año pasado. “Resiliencia es volver al estado en el que nos encontrábamos antes de algún percance. Es esa capacidad de prevención. Pero, más que poder reorganizanos, tendríamos que ser mejores en nuestras capacidades ante cualquier situación, ya sea un sismo, una inundación, e incluso un incendio”, refirió. 

El enfoque participativo que tiene esta nueva modalidad del Congreso, se ve reflejado en algunas de las actividades que el Colegio llevó a cabo, como son el ciclo de debates para alumnos de la carrera; la premiación que se tuvo del concurso estudiantil, Vivienda Emergente 19S; o bien, las réplicas arquitectónicas que realizaron alumnos de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura del Instituto Politécnico Nacional, Unidad Tecamachalco, para conmemorar la Ruta de la Amistad, que se hizo en 1968 para celebrar los Juegos Olímpicos. Y que pueden observarse en el mismo Congreso.