La compañía que fundara don Álvaro Araiza Aguilar a inicios de la década de 1970, y que hoy dirige su hijo Álvaro Araiza, ha brindado desde siempre, más que tecnología, conocimiento. De ahí que el consejo que el actual director ofrece a sus hijos, quienes pronto tomarán las riendas del negocio: “Nunca dejes de aprender”

Por Christopher García / Fotos: cortesía Calentadores Nacionales

Cuando en México todavía era práctica común el uso de leña para calentar agua, don Álvaro Araiza Aguilar introdujo al país los primeros calentadores instantáneos. ¡Qué visión y qué desafío!

El futuro del agua caliente estaba en sus manos, pero había que “jugársela”, como suele decirse. Siendo México un país más dado al “bueno por conocido que malo por conocer”, traer al mercado una tecnología tan revolucionaria suena a una apuesta arriesgada. Aún en la actualidad es común ver frustradas iniciativas de integrar a la industria sistemas innovadores cuando se enfrentan con el rechazo o la desconfianza de usuarios que prefieren “no moverle”.

Pero como en esencia todo emprendedor es también un explorador, Don Álvaro Araiza decidió lanzarse a la aventura, buscando la “tierra prometida”.

No hace falta decir mucho para saber en qué resultó esa decisión.

A 50 años de haber comenzado el viaje, no estaríamos equivocados si dijéramos que el mercado de calentamiento de agua en México debe gran parte de su desarrollo a Calentadores Nacionales.

Y es que después del instantáneo, la empresa de Don Álvaro Araiza trajo a México el calentador de paso y el eléctrico; más tarde, el modulante; luego el calentador comercial como remplazo de la caldera de vapor, hasta situarlos en la década de 2020 como “indiscutibles líderes en tecnología de condensación”, como asegura su actual director, segunda generación de la empresa.

Así resumido, pareciera que todo fue colocar piedra sobre piedra para erigir la gran empresa que hoy es Calentadores Nacionales, pero nada más lejos de la verdad. Dice con razón Álvaro Araiza hijo que “no hay dinero fácil”. Y en este sector que prácticamente ellos han moldeado con los años, la confianza de sus clientes la siguen debiendo al conocimiento, que les permite seleccionar no la mejor tecnología, sino la ideal para cada usuario.

Especificar (E): ¿En qué contexto nació Calentadores Nacionales?

Álvaro Araiza (AA): Nació de la oportunidad. En un evento en donde a nuestro fundador, Don Alvaro Araiza Aguilar, que era comisionista de ventas para unos laboratorios de medicina veterinaria y atendía varios estados del occidente, le ofrecieron ampliar su portafolio de productos incorporando los calentadores instantáneos Ascot en su ruta comercial. Así fue como la familia Araiza entró en el negocio de los calentadores de agua a finales de la década de 1960.

Ya en 1973, Don Álvaro decide dejar de viajar para estar más tiempo en la ciudad con su familia y establece Calentadores Nacionales, que abre como una distribuidora mayorista y minorista de calentadores de agua o boilers.

En aquellos tiempos, la mayoría de las casas usaban boilers semiautomáticos, de los que debes ir a prender y esperar a que se caliente el agua y luego apagarlo, o los de leña y combustóleo. Así que la llegada de los calentadores automáticos al mercado aún era una novedad. Las marcas que distribuía en sus inicios, además de Ascot, eran Calorex, Pavel, Helvex, Cinsa, Magamex, Corona, HESA, Teledyne Laars, etc.


E: ¿Cómo está conformado el portafolio de soluciones de Calentadores Nacionales y cómo eligen a sus socios comerciales?

AA: Calentadores Nacionales nace como la única empresa en el país especializada en calentadores de agua y única en occidente en vender calentadores instantáneos, una novedad para su época en México, pero que ya llevaba muchos años en el mercado europeo; asimismo, también fuimos los primeros en vender los calentadores de paso y los eléctricos.

El uso de nuevas tecnologías siempre ha estado en el ADN de la compañía y los calentadores de agua nos llevaron al mercado del gas, después al tratamiento y suavización del agua, y ésta, a los equipos de bombeo. Así que, hoy día, nuestro portafolio de producto al mercado es: integradores de cuartos de máquinas para los segmentos residenciales, de hotelería e industria, que incluye equipos hidroneumáticos, bombeo y sistemas contra incendio; filtros y suavizadores de agua, y generación de agua caliente y líneas de retorno.

E: ¿Cómo han superado las crisis?

AA: ¡Que pregunta tan dura! Yo, durante toda mi juventud, crecí con la palabra crisis. Cada fin de sexenio, la inflación era brutal: subían los precios dos veces al mes; pero, siendo una empresa familiar, aprendimos a vivir y sortear todas las crisis económicas. La administración fue muy sólida, salvo la crisis del Covid: con ella perdimos a colaboradores clave, lo que nos obligó a replantearnos totalmente nuestra forma de trabajar; forzó la introducción de mis hijos a la compañía para cubrir los grandes huecos que se hicieron.

Pero, con mucho trabajo y esfuerzo, salimos fortalecidos como una mejor compañía. Lo que no nos mató, nos fortaleció. Nos obligó a realizar muchos cambios y salir de lo que podría ser una zona de confort en que estábamos y hoy somos una mucho mejor empresa que antes de la pandemia.

E: ¿En qué momento se dieron cuenta de que Calentadores Nacionales podía tener una proyección más allá del contexto local?

AA: Nuestra búsqueda de las tecnologías más avanzadas para el calentamiento de agua nos ha llevado a recorrer las más importantes expos en América, Europa y Asia, y con esto llegamos a los mejores socios comerciales con los que podemos contar.

Hoy día llevamos una estrecha relación con las mejores marcas del mundo, que nos han permitido ser en el mercado mexicano a la empresa #1 de nuestro medio: suministramos agua caliente con el más bajo costo de operación y el menor impacto ambiental.

E: ¿Cuánto han cambiado en estos 50 años?

AA: Podríamos dividir los cambios en dos partes. La primera como empresa, pasando de ser dos personas cuando mis papás fundaron la compañía, a ser hoy una mediana empresa con más de 50 colaboradores y dos compañías filiales.

El segundo cambio sería en lo tecnológico, ése que está en nuestro ADN. Nacimos en una época en la que no importaba el desperdicio de agua ni el costo de los combustibles o la contaminación; el tener agua caliente sin límite en el momento de abrir la regadera era lo máximo, no tener que levantarte media hora antes a prender el boiler. La época donde la única forma de comunicación era presencial o por teléfono y sólo te podías anunciar localmente a través de la sección amarilla… ¡Hoy, todo es tecnología! Pasamos, sin darnos cuenta, del teléfono al fax; después, el Internet nos puso el mundo entero en la mano a sólo un clic.

Pero los principales cambios los marcamos nosotros. Fuimos la primera compañía del medio en utilizar y realizar todas nuestras ingenierías en AutoCad, allá por finales de la década de 1980; en los inicios de la década de 1990, fuimos los primeros en utilizar la electrónica en los sistemas de bombeo de velocidad variable y pasamos de las calderas de vapor a los calentadores comerciales; fuimos los primeros en usar calentadores modulantes y, hoy, indiscutibles líderes en la tecnología de condensación.

El uso de nuevas tecnologías siempre ha estado en el ADN de la compañía y los calentadores de agua nos llevaron al mercado del gas, después al tratamiento y suavización del agua, y ésta, a los equipos de bombeo.

Las fábricas cada vez diseñan equipos más inteligentes, van aprendiendo de los hábitos de consumo y trabajan en su punto óptimo de operación para no tener desperdicios de energía. A ver dónde vamos a terminar con la inteligencia artificial.

E: ¿Qué retos han enfrentado conforme el mercado ha ido evolucionando?

AA: Nuestro mayor reto es a la vez nuestra mayor fortaleza: la utilización de las nuevas tecnologías. México no se destaca por ser un país que desarrolle tecnologías avanzadas, pero sí somos usuarios importantes. Nuestro negocio como integradores de cuartos de máquinas nos lleva a que uno de nuestros mayores retos sea seleccionar y probar las tecnologías que mejor se adapten a las condiciones del mercado mexicano, porque tenemos muy baja calidad de agua, variaciones en el suministro eléctrico, mala calidad del gas y, lo más importante, todas las alturas sobre el nivel del mar: la Ciudad de México está a 2 mil 300 metros sobre el nivel del mar (msnm); Guadalajara, a 1 mil 600; Monterrey, a 500. Esto provoca que todos los equipos se comporten de manera diferente, pero en estos 50 años hemos aprendido a tener el know-how para ser lo más asertivos en esta selección.

Tenemos nuestro propio centro de servicio, que nos permite de primera mano vivir lo que pasa con todos los equipos; tenemos un laboratorio propio para probar su funcionamiento, y una gran familia que se presta a que les ponga un nuevo calentador en sus casas y vivan con ellos, literal como pruebas de campo para retroalimentarnos de información. ¿Quieres conocer a Andres? Vive con el un mes (risas). Algo así aplica.

E: ¿Qué es lo más difícil de enfrentar a nivel personal para dirigir una empresa exitosa?

AA: La responsabilidad. Lo más difícil para mí es la responsabilidad moral en toda la extensión de la palabra: la responsabilidad ante nuestros clientes que confían en nuestros criterios de selección; el cumplirles nuestra promesa de que nunca se queden sin agua caliente; la responsabilidad de mantener la seguridad para todas las familias de nuestro gran equipo de colaboradores de una fuente laboral confiable y estable. Y nuestra responsabilidad con nuestros proveedores, porque nacimos y somos una compañía multimarca, utilizamos los mejores equipos y con todas tenemos una exquisita relación. Aunque, lo sé, todos serían felices si usáramos sólo su marca.


E: ¿Hay planes de ceder la dirección a las nuevas generaciones?

AA: Ya no son planes para nosotros. Estamos trabajando para que las nuevas generaciones sean quienes lleven todos los negocios en el mediano plazo. Gracias a Dios, los hijos están ya metidos a full en la operación y les gusta y han dado excelentes resultados trabajando en conjunto. Así que sí habrá tercera generación al frente de Calentadores Nacionales.

E: Los jóvenes directivos, ¿qué hacen bien y qué te gustaría que aprendieran de los iniciadores?

AA: Te puedo decir que hacen bien todo. A veces con resultados muy exitosos y otras veces no tanto, pero lo hacen y lo hacen aun con el miedo que da cuando eres joven sin experiencia, esa que sólo el tiempo y la experiencia te forjan.

Lo que me gustaría, que nunca se les olvide de los iniciadores de este negocio es que el dinero que ganamos es el resultado de un trabajo bien realizado, es una consecuencia de algo. No hay dinero fácil y nosotros vendemos conocimiento. Así que nunca dejen de aprender.

Estamos trabajando para que las nuevas generaciones sean quienes lleven todos los negocios en el mediano plazo. Gracias a Dios, los hijos están ya metidos a full en la operación y les gusta y han dado excelentes resultados trabajando en conjunto.

E: ¿Los negocios son como el tequila…?

AA: ¡Van derechos! Sólo en la responsabilidad y de los tratos que son como son, ¡derechos!

De ahí en más, los negocios son una montaña rusa y con más curvas que la carretera de Mil Cumbres. La gracia de todo administrador, CEO, Director o lo que aplique, es llevarlos siempre adelante con la flexibilidad del país en que vivimos, porque deben ser tan flexibles como el entorno lo demande y previsor como el mercado lo pida. Pero siempre hay que saber que, al final, es un negocio, y el negocio no se termina, solo cambian de mercado: Zapatos Canadá no se acabó porque la gente dejara de usar zapatos, Kodak no se acabó porque la gente dejara de tomar fotografías. Sólo no supieron leer las curvas de su carretera.