Dentro de la serie Voces Sloan, Myrna Gallardo, Gerente de Marketing para Sloan México, platicó con Carlos Fernández del Valle, de la firma de arquitectura Taller G, sobre lo que ha realizado en tres décadas con una arquitectura de vanguardia apoyada en la sustentabilidad 

Carlos Fernández del Valle ha sabido reflejar en el despacho Taller G, del cual es fundador, sus ideas innovadoras gracias a sus 30 años de experiencia en la arquitectura. Esto puede palparse en el éxito de sus proyectos en los ramos de vivienda, hotelería, oficinas y usos mixtos.

“Cada proyecto lo abordamos con una lluvia de ideas nueva”, explica Fernández del Valle, “así damos la mejor respuesta al cliente, al contexto, al presupuesto y al usuario, que es lo más importante; así abordamos cada proyecto de una manera distinta. Es tratar de entender el fondo de lo que quiere el cliente, la filosofía de lo que quieren expresar en su proyecto”.

Los pilares en los que se basa Taller G son innovación, vanguardia y sustentabilidad, para conseguir que cada proyecto sea único, apoyándose en materiales y mano de obra mexicana.

“La arquitectura en México ha ido evolucionando. Cuando arrancamos en los 90 la tendencia era más internacional, un esquema de visión global, y hoy en día hay una tendencia más hacia lo local, con temas de materiales locales y mano de obra que se puede tener en México. ¡Y qué bueno!”, comenta.

Fernández del Valle afirma que los temas de sustentabilidad están presentes en cada uno de los proyectos de Taller G, ya que a futuro son benéficos para los clientes en cada una de sus construcciones.

“Depende del tipo de proyecto o del cliente, pero tratamos de empujar estos temas, integrarlos de distintas maneras. Hay temas ligados al ahorro de agua y de energía, al confort de los espacios. Hay una cuestión técnica detrás de todo eso, que se ve con los consultores de iluminación, con los consultores de hidrosanitaria. Hay métodos de sistemas de puntos de LEED, para llegar a todo eso”, explica Fernández del Valle. 

El tema es hacerlo muy a consciencia, no nada más para tener el letrerito de LEED que salió en el edificio, sino que desde el inicio comentarlo con el cliente, para que estén conscientes de que todo eso trae beneficios a la larga para el proyecto, para el usuario, para la ciudad»

Arq. Carlos Fernández del Valle, fundador de Taller G

Y el tema es hacerlo muy a consciencia, añade, “no nada más para tener el letrerito de LEED que salió en el edificio, sino que desde el inicio comentarlo con el cliente, para que estén conscientes de que todo eso trae beneficios a la larga para el proyecto, para el usuario, para la ciudad. Que a veces cuesta un poco de trabajo porque creen que se encarece el proyecto, entonces a veces uno batalla con eso”.

Pese a la reticencia en ciertos proyectos, en Taller G continúan con el impulso a los proyectos sustentables, sobre todo porque los desarrollos de este tipo se están convirtiendo en la norma. Las exigencias ambientales actuales requieren que el sector de la edificación reduzca sus emisiones contaminantes, y el enfoque sustentable es el camino. 

Pero ya no es suficiente. La emergencia climática exige la búsqueda del Net-Zero, es decir, desarrollos que neutralizan su impacto sobre el ambiente, produciendo tanto como consumen. 

La ventilación natural es una constante en nuestros proyectos, siempre en nuestros edificios promovemos la interacción del interior con el exterior a través de jardines, de terrazas

Arq. Carlos Fernández del Valle, fundador de TallerG

“Es difìcil llegar a lo que llaman ahora como huellas de carbono cero, pero sí hay muchas cositas que se pueden ir haciendo, y también hay tendencias hacia allá, también depende de la evolución de la tecnología. Hay una frase de los norteamericanos que dice ‘a good design is a good business’, que un buen diseño es un buen negocio. Bien aterrizados, esos sistemas sustentables acaban siendo buenos para el proyecto y el desarrollador”, expresa Fernández del Valle.

La importancia del Wellness

Una parte que no puede faltar en la arquitectura actual está ligada al bienestar (wellness), un enfoque que busca que los usuarios de cada espacio se sientan cómodos dentro de los mismos, ya sea para trabajar, descansar o divertirse, algo que Fernández del Valle y su equipo en Taller G tienen como otro de sus objetivos al realizar cada proyecto.

“Tiene que ver mucho con el sentido común, y afortunadamente lo hemos implementado desde siempre”, comenta. “Tiene que ver mucho con la luz natural, al estar cerca de esta fuente se consume menos luz eléctrica y están también más cómodos. Hay también sistemas de fachadas muy sofisticados que dejan pasar mucha luz y no tanta transmisión de calor”, ejemplifica.

La torre de Chapultepec Uno, que recién acabamos, es uno de los pocos rascacielos en los que tienes opción de que en cada piso sales a una terraza de 1.50 metros de ancho. A pesar de estar en el piso 40 o 50, estamos protegidos con una doble fachada y está abierta para que entre la ventilación natural. © Foto: Chapultepec Uno


“La ventilación natural es también una constante en nuestros proyectos. Siempre en nuestros edificios promovemos la interacción del interior con el exterior a través de jardines, de terrazas e, inclusive, del uso de los techos. Me acuerdo cuando hacíamos algunos edificios de oficinas, el desarrollador nos decía: ‘¿Por qué gastamos en terrazas? Eso no se vende’. Bueno: es lo mejor que le puedes dar a los usuarios. Total, se lograban hacer las terrazas y los primeros espacios que se rentaban eran los que tenían terrazas, a la gente le gustaba salir a las terrazas”, recuerda Fernández del Valle.

“La torre de Chapultepec Uno, que recién acabamos, es uno de los pocos rascacielos en los que tienes opción de que en cada piso sales a una terraza de 1.50 metros de ancho. A pesar de estar en el piso 40 o 50, estamos protegidos con una doble fachada y está abierta para que entre la ventilación natural”, describe.

“Ahí hay oficinas, hotel y vivienda. Abres tus puertas y tienes una terraza con ventilación natural, a diferencia de los edificios herméticos donde no puedes abrir la ventana y estás ahí con el aire acondicionado, y es desesperante”.

Hace 20 años, cuando desarrollamos el corporativo de 3M en Santa Fe, lo que hicimos fue manejar todos los privados pegados al núcleo. Obviamente les llegaba luz natural de la fachada, y todo el espacio de las oficinas abierto fue para la gente


Equidad en las oficinas

Entre las prioridades de Taller G está crear ambientes de trabajo donde los empleados puedan sentirse cómodos para realizar sus labores.

“En el tema de las oficinas las estructuras cada vez son más horizontales y menos piramidales, y fomentan el trabajo en equipo y que toda la gente se sienta bien atendida”, expresa Fernández del Valle. “Ha habido mucha evolución en ese tema de cómo se trabaja dentro de las oficinas”.

Recuerda que, cuando desarrollaron el edificio de 3M en Santa Fe, “fue en su momento medio escandaloso para los directivos, porque estaba el núcleo donde se encuentran los elevadores y luego estaba la planta libre con las ventanas, y típicamente todas las oficinas estaban en el perímetro, dando a las ventanas”, señala.

“Eso fue hace 20 años, y lo que hicimos fue manejar todos los privados pegados al núcleo. Obviamente les llegaba luz natural de la fachada, y todo el espacio de las oficinas abierto fue para la gente, entonces a los directivos y gerentes les decía: ‘Bueno, si quieres (pegado a la fachada) te doy oficina abierta, si quieres privado te toca de ese lado’. Hubo mucho rollo al principio, de broncas, pero lo acabaron todos asimilando. Pero tiene que ver con la equidad, de relaciones más horizontales donde todo el mundo tenga acceso a los mejores beneficios”.


Altura y productividad laboral

“El tema de la altura es muy importante también para la planeación de los espacios, porque te da una sensación de confort para vivir, trabajar y todas las actividades”, explica Carlos Fernández del Valle. “El aumento de la productividad en las oficinas se da cuando tienes buen diseño, espacios adecuados con buena altura, con buena luz y buen mobiliario.

“Los costos con los que todo el mundo se preocupa mucho, como la renta, el consumo de luz, el predial, los gastos fijos no son nada comparado, si incrementas la productividad con la gente, que esté contenta. El ambiente es mejor, la gente se quiere quedar en el trabajo más años”.


Y añade que, en los programas de oficinas y edificios de usos mixtos, cada vez se van implementando más temas de amenidades que se les puedan dar a los usuarios, como cafeterías, zonas de trabajo abiertas, de gimnasio. “Hay oficinas por ahí de tecnología que parecen como clubes, con barras de jugos y mil cosas: mesas de ping pong, de todo un poco”.

El mayor éxito para nosotros es cuando el usuario está fascinado con el proyecto, y lo ves en su oficina, vivienda, club o en un hotel y al usuario le ha servido para vivir mejor o trabajar mejor

Arq. Carlos Fernández del Valle

Fernández del Valle asegura que en cada proyecto realizado por Taller G lo más importante es tener la satisfacción total de sus clientes en cada edificación.

“El mayor éxito para nosotros es cuando el usuario está fascinado con el proyecto”, asegura el fundador de Taller G, “y lo ves en su oficina, vivienda, club o en un hotel y al usuario le ha servido para vivir mejor o trabajar mejor. Es cuando dices que ese es el mejor proyecto. Volumétricamente te puede gustar más uno u otro, porque todos son de distintos estilos, pero ver eso es increíble, lo que más gusto te puede dar”.