“México sufre estrés hídrico debido a la gran cantidad de concesiones otorgadas, a que ya no llueve como antes, además de que el cambio climático ha causado estragos en la cultura del líquido, tanto rural como urbano”, afirmó el doctor Daniel Murillo Licea durante el Conversatorio Tan claro como el agua, organizado por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
El titular del Seminario Agua y Cultura del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) de la Ciudad de México propuso tener cuidado con conceptos como administración del bien, “que aparece desde fuera para tratar de incrustarse en la forma como se maneja en nuestro país, aunque no ha sido muy bueno según vemos en la historia de la Comisión Nacional del Agua, fundada en 1989 con el paradigma de la gestión integrada de recursos hídricos, que tiene a México en un verdadero desastre en la materia”.
Además, “cuando hablamos de las mediaciones y relaciones de los grupos colectivos, entramos al terreno de las pugnas por el bien con tantos elementos alrededor que lleva a conflictos multifactoriales”, porque no sólo es la afectación directa, sino que creará un conflicto social impresionante, como el que podría ocasionar la planta de amoniaco en la Bahía de Ohuira, en Sinaloa.
El egresado de la licenciatura y doctorado en Ciencias Sociales de la Unidad Xochimilco mencionó en su ponencia “Agua y cultura” que para evitar la escasez en las ciudades o cualquier ámbito lo primero es dejar de hablar de la cultura del recurso como se ha abordado institucionalmente.
En principio se tiene que reconocer de dónde viene. “Si le preguntas a niños de una escuela, sólo uno de cada diez sabrá contestar; entonces para avanzar hay que trabajar sobre el conocimiento en la materia y aprender que cultura y agua están relacionadas”.
Para evitar la escasez en las ciudades o cualquier ámbito lo primero es dejar de hablar de la cultura del recurso como se ha abordado institucionalmente. En principio se tiene que reconocer de dónde viene. Si le preguntas a niños de una escuela, sólo uno de cada diez sabrá contestar; entonces para avanzar hay que trabajar sobre el conocimiento en la materia y aprender que cultura y agua están relacionadas”
Dr. Daniel Murillo, titular del Seminario Agua y Cultura del CIESAS
El especialista, que colaboró en el Consejo Mexicano del Programa Hidrológico Internacional de la UNESCO de 2007 a 2018, recomendó consultar los trabajos de los doctores David Barkin Rappaport y Jorge Legorreta Gutiérrez sobre los ríos que llegan a la Ciudad de México y cómo podría solucionarse la escasez del bien.
Entonces “hay que releerlos y retomar las ideas de avanzada sobre la limpieza de esos cuerpos de agua y la crítica a la gestión integral de los recursos hídricos que vislumbran los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS), definidos por la Organización de las Naciones Unidas”, convino el doctor Javier Velázquez Moctezuma, Profesor Distinguido de la UAM, quien moderó la ponencia.
Murillo Licea calificó esas prácticas como “rapiña”, porque lo que están buscando algunas empresas es pagar mucho dinero a cambio de instalarse, cuando son de las peores contaminadoras.
Por otro lado, es equivocado que las autoridades interpreten que el pago a tiempo del recibo es cultura del agua, pues sólo son consumidores y la Ley de Aguas Nacional actual así lo determina.
“Invito a la academia a deconstruir los conceptos utilizados cuando se habla del vital líquido, más allá de la multi e interdisciplina, sino a través de la supradisciplina, ya que es un reto para quienes estamos involucrados en el tema de este recurso tan importante”, concluyó el investigador.
El Conversatorio Tan claro como el agua es organizado en conjunto por el Museo Gota de agua y la Oficina de Divulgación de la Ciencia y las Humanidades de la Unidad Iztapalapa de la Casa abierta al tiempo.