Comúnmente, la sociedad, las autoridades y los medios de comunicación centran su atención en operativos de rescate y auxilio debido a algún desastre natural como sismos o huracanes; sin embargo, los incendios urbanos ocurren con mayor frecuencia, igual que sus afectaciones, y aunque ocupan titulares en los medios no forman parte de la agenda pública en seguridad para saber cómo extinguirlos, mitigarlos e incluso evitarlos.
Jaime Gutiérrez Casas, Director General de Desarrollo para Latinoamérica y el Caribe de la NFPA comenta en entrevista para Especificar que “probablemente, cuando se activa algún dispositivo electrónico, se sabe de una noticia sobre incendios, a veces son tres, a veces son más de cinco, a veces se publican diario, ya sea porque se suscitó en un camión, en una tortillería, en un banco, en la industria o en un edificio”. Ocurren en cualquier lugar, en cualquier momento.
“Por eso, creo, –agrega el director General–, mientras no nos enfoquemos en generar observancia en el uso de normas y códigos, mientras no adoptemos una cultura de prevención medible y evaluable, mientras no añadamos este asunto a las políticas públicas en los reglamentos, normas y códigos del país, sólo simularemos. Hoy, los esfuerzos individuales de personas y organizaciones son aislados a los protocolos de seguridad y protección civil”.
Dicho de otra forma, cuando se trata de prevención y protección contra incendios, no debe escatimarse en la seguridad, no debe darse por sentada. Gutiérrez Casas, maestro en administración pública, señala que la NFPA considera un ecosistema de seguridad plenamente operativo, compuesto de ocho elementos clave que juegan un papel preponderante en la seguridad humana, seguridad contra incendios y seguridad eléctrica. “Cuando estos elementos trabajan en conjunto, vemos una influencia positiva en las mejores prácticas de seguridad. Cuando uno de los componentes falla, el sistema se desarticula y entonces ocurren las tragedias”.
En este sentido, Mike Brunzwell, vicepresidente de Desarrollo de Negocios para la NFPA manifiesta en exclusiva para este medio de comunicación, en su primera visita a México, que cuando de seguridad contra incendios se trata, las barreras culturales y políticas son dejadas de lado, ya que existe un propósito en común: el esfuerzo de reducir muertes, lesiones, pérdidas de propiedad y económicas.
“Nosotros en NFPA estamos orgullosos de la función que desarrollamos al respaldar la adopción de códigos y normas por consenso en diferentes países, a la par, nos ponemos a la orden para trabajar con otros que también forman parte de este sistema clave en lo que llamamos el ecosistema del fuego y la seguridad vital, que incluye al Gobierno, la iniciativa privada y la ciudadanía; puesto que sabemos que podemos tener máximo impacto, porque los elementos del ecosistema son interdependientes, si trabajan unidos, el sistema protege a todos; si algún elemento falla, el sistema puede colapsar y provocar una tragedia. Casi siempre podemos detectar la causa de los incidentes perjudiciales o las tragedias hacia la ruptura de alguno de los elementos”.
Una nueva asociación de protección contra incendios
Con 25 años en México, la NFPA considera al país como prioritario, pues busca construir alianzas en los diferentes niveles de gobierno, de igual manera, a través de un trabajo en conjunto con organizaciones aspira a construir un ambiente de negocios perdurable.
“Tenemos una larga historia de presencia en México, a través de un Capítulo, pero creemos que la mejor estrategia ahora es liberar a ese grupo para brindarles una mayor autonomía y que puedan expandirse con mayor soltura entre las diferentes industrias ¿Cómo?, estableciendo mediante la Asociación Mexicana Contra Incendios (AMCI) sus propias alianzas y creando sus propias reglas y su propio camino”, apunta Brunzwell.
El vicepresidente de Desarrollo de Negocios para NFPA también expresa que la AMCI será abanderada por NFPA. “Tendrá nuestro apoyo, pero será independiente a nosotros para incrementar su eficacia dentro del mercado, puesto que ellos tienen el vínculo con los actores de las diferentes industrias, escuchan lo que necesitan. Este tipo de aliados nos permiten entender dónde podemos resolver los problemas que existen en el mercado”.
Se concreta el Día Nacional de Protección contra Incendio
De acuerdo con la iniciativa del Día Nacional de Protección Contra Incendio, promovido por diversas asociaciones que integran la Confederación de Cámaras Nacionales (CONCAMIN), así como por NFPA, atraída por el diputado de la LXIV Legislatura del Congreso de la Unión, César Hernandez Pérez, del grupo parlamentario de Morena; en nuestro país, en los últimos 10 años, más de 6 mil personas fallecieron por exposición a fuego no controlado en construcción, por exponerse a igniciones de materiales altamente flamables, explosiones o por contacto con líquidos calientes. Los niños y los adultos mayores son los grupos más afectados. Además, el 80 % de las edificaciones que sufren algún incendio pierden el ciento por ciento de su patrimonio. Se calcula que las pérdidas económicas de los establecimientos y negocios rondan los 1 mil millones de pesos.
Por ello, en se aprobó en ambas cámaras el 8 de octubre como el Día Nacional de Protección Contra Incendio. Con bombo y platillo, celebra Gutiérrez, Directivo General de Desarrollo para Latinoamérica y el Caribe de NFPA este logro, ya que “la prevención contribuye a la reducción de riesgos, a cuidar el patrimonio, a salvar vidas, contribuye a los principios fundamentales como salud, seguridad y bienestar de la sociedad”.
Esta iniciativa también incentiva el desarrollo de campañas de sensibilización y concientización entre la población para generar el uso de tecnologías de detección, alarma, supresión y materiales retardantes al fuego en centros de trabajo, sitios de entretenimiento o lugares de concentración masiva. “Se abre una puerta para visibilizar, reflexionar y actuar ante el fenómeno de los incendios, para revalorar la seguridad humana. Porque de principio a fin, la protección contra incendios, un asunto de política pública”, concluye Gutiérrez.