Por Juan Carlos Flores Merino
Quizá hayas escuchado o leído sobre que estamos viviendo en mundo VUCA, pero ¿qué diablos es VUCA?
Es un acrónimo definido en la década de 1990, por el Colegio de Guerra del Ejército de los Estados Unidos para describir las condiciones derivadas de la Guerra Fría (1947-1991) y que significa que el mundo es Volátil, Incierto (Uncertainty), Complejo y Ambiguo (por sus siglas en inglés). La nueva normalidad, incluso antes de la pandemia, tiene que ver con un mundo con condiciones basadas en los cuatro elementos de VUCA.
Lo cierto es que el ritmo de vida se pinta solo, con o sin pandemia; sin embargo, la Covid-19 puso en evidencia nuestras fragilidades y deficiencia como especie y sociedad; aceleró ciertos procesos y cambios que se venían gestando mucho antes del virus. Pero también nos empujó a descubrir muchas herramientas que tenemos dentro de nosotros y que, a algunos, los ha ayudado a despegar.
Generalmente, se nos ha invitado a salirnos de la caja (refiriéndonos a que dejemos de hacer lo mismo de siempre y que actuemos y pensemos desde otros puntos de vista, fuera de las reglas y parámetros tradicionales), pero ahora yo te propongo que antes de hacerlo, revisemos qué tenemos dentro de nuestra caja.
¿Qué podemos encontrar dentro de tu caja?
Una serie de características personales que seguramente, bien aprovechadas, te servirán para después, salir de tu caja, si así lo decides. Revisando la caja:
Experiencia. Indudablemente, todos tenemos una historia de vida que es la suma de vivencias, toma de decisiones y resultados muy variados, que nos llevaron justo al día de hoy. Todas ellas, las experiencias, trajeron algo muy importante: aprendizaje que determina el grado de madurez con el que contamos. El punto es que lo que nos pasa no se convierte en aprendizaje a menos que reflexionemos sobre lo vivido y tomemos la información que nos servirá para definir nuestros procesos de decisión de aquí en adelante.
Talentos. Quizá podríamos confundirlos con las fortalezas, por lo que podemos definirlos como aquellas capacidades o condiciones naturales o innatas que tenemos, y que nos ayudan a desempeñar alguna actividad con habilidad y efectividad. ¿Se te facilita hacer algo como tocar instrumentos, realizar algún deporte, manualidad, hacer cálculos mentales o identificar cosas que los demás no?, ¿y lo has explotado? Seguro que los talentos nos ayudan a desarrollar nuestras fortalezas. Si los identificas, practicas y los enfocas en objetivos específicos, seguramente lograrás tener una ventaja competitiva que te lleve a estar por encima de la mayoría de personas en diferentes aspectos. Y literalmente, me refiero por mayoría a millones de personas en el mundo.
Fortalezas. Una fortaleza es una fuerza física, mental, moral o espiritual, que nos llevan a lograr cosas a través de ellas y que probablemente tienen que ver con alguno de tus talentos. Seguramente, hay cosas por lo que la gente te busca o te llega a pedir ayuda. “Tú que eres muy bueno en….”, “a ti te sale muy bien….”, “tú que ya has podido ….”. Generalmente los últimos en darnos cuenta de esas fortalezas somos nosotros, principalmente porque como nos gusta o nos sale bien, lo consideramos como algo simple o, inclusive, que los demás también lo pueden hacer.
Contactos. Hay un par de teorías que dicen que toda la gente en el mundo está conectada por 5 o 6 personas que conocemos de manera directa. Lo cierto es que todos conocemos a alguien que nos puede conectar con personas que nos ayudarán, si nos enfocamos en ello, a algún proyecto, plan, negocio o área de oportunidad. Estos contactos ya los tenemos, pero solamente falta saber para qué. Si tú defines un objetivo basado en lo que quieres, seguramente “aparecerán” las personas correctas. No es magia, es claridad del objetivo.
La Covid-19 puso en evidencia nuestras fragilidades y deficiencia como especie y sociedad; aceleró ciertos procesos y cambios que se venían gestando mucho antes del virus. Pero también nos empujó a descubrir muchas herramientas que tenemos dentro de nosotros y que, a algunos, los ha ayudado a despegar”
Todo lo anterior está dentro de tu caja. Antes de salir, revisa lo que ya tienes. Lo más probable es que no te has dado cuenta de lo valioso de tu caja. Personas ordinarias como nosotros han logrado cosas extraordinarias porque se dieron cuenta de que lo qué son, saben y tienen, se puede potenciar con enfoque, trabajo, disciplina y, por supuesto, constancia.
Para trabajar con el mundo VUCA, se requiere otro VUCA. De acuerdo al “VUCA PRIME” que desarrolló Bob Johansen, miembro del Institute for the Future, dice que para contrarrestar el VUCA tradicional, se requiere una Visión que nos motive, el Entendimiento (que corresponde a la “U” de Understanding) y la mentalidad para saber qué podemos hacer con miras hacia esa visión; Claridad, para saber qué agrega valor buscando la simplicidad; y Agilidad, para poder movernos rápidamente con la velocidad de una lancha de carreras y no con la pesadez de un transatlántico.
Hablando de lanchas y barcos, recordemos que el primer vehículo autónomo de transporte que inventó el ser humano fue en la era paleolítica y era un tronco sobre el río. Hasta ahora, lo más moderno que hemos inventado para transportarnos a la velocidad de la luz es Internet. Quizá nuestra nave para el mundo VUCA sea digital, pero con todo, no dejemos de ser humanos.
Y reitero, ¡NO te salgas de la caja, hasta que sepas qué tienes en ella!