Es muy probable que el nombre de Sir John Harrington no nos suene nada familiar. Mucho menos si consideramos que, además de ser un noble inglés perteneciente a la corte de Isabel I (1558-1603), “La Reina Virgen”, fue maestro de arte y un poeta satírico, a quien, verdad sea dicha, no se le recuerda por ninguno de sus poemas, pues tuvo en suerte compartir espacio y tiempo con William Shakespeare, Christopher Marlowe y otros íconos de la poesía inglesa.
No obstante, a este incomprendido de su tiempo se le debe un invento imprescindible para los hogares modernos: el inodoro.Si bien entre los historiadores sigue habiendo discrepancias sobre el lugar preciso donde se originó el primer inodoro, pues para algunos éste se habría desarrollado en la India hacia el año 3000 a.C y, para muchos otros, en la isla de Creta, dentro de la civilización minoica (3000 a.C. a 200 a. C), la cual, dicho sea De paso, incluso logró implementar sistemas de drenaje y, según algunas fuentes, un aditamento muy similar al fluxómetro que se utiliza hoy en día… de ellos sólo quedan vestigios.
Sería Sir John Harrington quien idearía durante el Renacimiento la estructura del sanitario moderno; es decir, la taza en un lugar apartado y con un sistema de vaciado para evacuar los desechos, todo lo cual describiría en su libro La metamorfosis de Ajax. Dicha estructura la habría diseñado por encargo de la propia reina Isabel I, su mecenas.
Sería Sir John Harrington quien idearía durante el Renacimiento la estructura del sanitario moderno; es decir, la taza en un lugar apartado y con un sistema de vaciado para evacuar los desechos, todo lo cual describiría en su libro La metamorfosis de Ajax. Dicha estructura la habría diseñado por encargo de la propia reina Isabel I, su mecenas.
Como todo hombre adelantado a su época, Harrington padeció el escarnio de sus contemporáneos, que vieron en su tecnología un artefacto ridículo e innecesario, pues a la época Isabelina no se le recuerda precisamente por sus hábitos de higiene. Este escarnio provocó, según los historiadores, que la reina Isabel le negara la patente de su invento. Su innovación vivió en el olvido hasta 1775, cuando Alexander Cummings patentó el sistema del Water Closet, mientras que en 1884 el hojalatero inglés Thomas Crapper le agregaría el sifón, con lo cual se definiría el WC.
Hoy, el invento de Sir John Harrington no sólo es indispensable, sino que ha evolucionado a niveles que su inventor no habría imaginado. En Japón, por ejemplo, hay un día dedicado al inodoro (10 de noviembre), además de que existe un museo enfocado solamente en describir su evolución. Por su parte, la ONU estableció el 19 de noviembre como el Día Mundial del Inodoro, si bien el enfoque de la celebración está encaminado a hacer conciencia sobre el acceso a las condiciones higiénicas que debe tener la población.