En un contexto donde la digitalización avanza a pasos agigantados, la arquitectura no sólo se trata de diseñar estructuras impresionantes, sino de asegurarse de la protección de información crítica que da vida a esos proyectos. Frente a este escenario es que la ciberseguridad se ha convertido en una necesidad imperativa para la industria de la arquitectura y construcción.
La creciente dependencia de software avanzado y tecnologías de diseño asistido por computadora (CAD) han abierto nuevas puertas para la innovación en arquitectura, logrando que los edificios inteligentes, equipados con sistemas de automatización, controlen desde la climatización hasta la seguridad.
De acuerdo con el informe de Mordor Intelligence, el mercado global de edificios inteligentes se valoró en 79.58 mil millones de dólares en 2020 y se espera que alcance los 253.28 mil millones de dólares para 2026.
Sin duda, el aumento de dispositivos IoT (Internet of Things) en los edificios modernos aumenta la superficie de ataque para los ciberdelincuentes, pues cada sensor de movimiento, cámara de seguridad y termostato inteligente puede convertirse en un punto de acceso para hackeos si no se protegen adecuadamente. Un estudio de IBM reveló que el costo promedio de una brecha de seguridad en 2021 fue de 4.24 millones de dólares.
En 2013, por ejemplo, el rascacielos Target, en Minneapolis, fue víctima de un ataque cibernético que comprometió la información de 40 millones de tarjetas de crédito, debido a una vulnerabilidad en su sistema de HVAC (calefacción, ventilación y aire acondicionado).
En 2013, por ejemplo, el rascacielos Target, en Minneapolis, fue víctima de un ataque cibernético que comprometió la información de 40 millones de tarjetas de crédito, debido a una vulnerabilidad en su sistema de HVAC (calefacción, ventilación y aire acondicionado)
Sin duda, la digitalización de procesos en la arquitectura continuará evolucionando y, con ella, las tácticas de los ciberdelincuentes. Por lo tanto, es esencial que las firmas arquitectónicas mantengan una postura vigilante y adaptable frente a las amenazas emergentes.
La implementación de tecnologías emergentes como el blockchain para asegurar contratos y transacciones y el uso de inteligencia artificial para detectar anomalías en los sistemas son pasos hacia un futuro más seguro.
“La ciberseguridad va más allá de la tecnología, pues abarca las innumerables interrelaciones entre personas, procesos y gobernanza. Y dado que BIM es, en sí, una compleja interacción entre gobernanza, personas, procesos y tecnología es importante que garanticemos que existen procesos de ciberseguridad en cada proyecto arquitectónico”, señala el arquitecto Eduardo Jiménez Solano, de Grupo Arqual.
El compromiso con la ciberseguridad en arquitectura no sólo atiende una problemática actual, sino que establece un estándar de confianza y profesionalismo para futuros clientes y colaboradores, pues al construir defensas digitales tan sólidas como las estructuras que diseñan, los arquitectos pueden asegurarse de que su visión y creatividad estén protegidas en el panorama digital cada vez más complejo.