Con menos de 1 m2 de tecnología termosolar instalada por cada 1 mil habitantes, el mercado mexicano podría sextuplicar su tamaño en un horizonte de 10 años, estima Ricardo Figueira, Director de Termotecnología para Bosch México

Por Christopher García

En términos de energías renovables, cuando se habla del aprovechamiento solar, se suele pensar casi de inmediato en los paneles fotovoltaicos para la generación de energía eléctrica. Se trata de equipos que, durante los últimos años, han recibido un fuerte impulso, al ser una de las alternativas tecnológicamente viables para cubrir la creciente demanda energética de la población y reducir la dependencia de los combustibles fósiles para la obtención de electricidad. En México, por ejemplo, entre 2016 y 2020, la potencia instalada pasó de 270 a 3 mil MW.

Por otro lado, la energía termosolar, un poco menos mediatizada que la fotovoltaica, si bien ha mostrado un crecimiento constante durante los últimos años, muestra un gran potencial que sigue estando desaprovechado. De acuerdo con las cifras oficiales más recientes, el promedio de instalación de esta tecnología  en el país es de menos de 1 m2 por cada 1 mil habitantes, lo cual podría verse incluso como un desperdicio, si se considera que México es uno de los países más «bendecidos» en este aspecto, al recibir a diario una irradiación de 5.3 MW promedio por m2.

Este potencial se vuelve mucho más significativo cuando se consideran dos aspectos clave: primero, que la principal aplicación de la tecnología termosolar es el calentamiento de agua y, segundo, que más de 50 % del gas que se consume en un hogar se usa para este fin, de acuerdo con datos del IRENA.

A este respecto, Ricardo Figueira, Director de Termotecnología para Bosch México, explica a Especificar que instalar un calentador de agua termosolar, por sí sólo, puede brindar un ahorro de 70 % en el consumo de gas y de hasta 90 %, si se cuenta con un equipo de respaldo adecuado.

Bosch es una de las empresas con mayor trayectoria en la fabricación de equipos de calentamiento solar de agua. Su planta en Alemania cuenta con más de 60 años de existencia, y desde 2008 cuentan con fabricación también en el continente americano, con su planta en Brasil. Esta trayectoria, asegura Figueira, está marcada por los equipos de mayor desempeño del mercado y, sobre todo, los de mayor durabilidad. Aspecto no menor para este tipo de tecnologías, pues su vida útil es uno de los principales elementos por considerar al decidir adquirir uno.

Pero la tecnología, su uso correcto y la falta de aprovechamiento del potencial que existe en México tiene muchas aristas, sobre las cuales Figueira ahondó en charla con Especificar. A juicio del directivo de Bosch, los principales obstáculos para el crecimiento del mercado han sido la política de financiamiento del combustible, la falta de capacitación y la amplia presencia de productos de baja calidad que generan una mala reputación para la tecnología.

Todo esto, aunado a la falta de orientación adecuada para los usuarios al elegir el equipo para cubrir sus necesidades y el precio inicial de compra, que sigue siendo una razón de peso para el consumidor, son aspectos que la industria nacional está trabajando para impulsar un mercado más sólido y, sobre todo, más benéfico para los usuarios.

Especificar (E): ¿Cuál ha sido la penetración de la tecnología de Bosch en el mercado mexicano?

Ricardo Figueira (RF): Dentro de la tecnología solar térmica, existe una que predomina en el mercado mexicano, debido a que es más «económica», la cual es la que opera mediante tubos de vacío. Se trata de equipos que tienen un buen desempeño, hay que decirlo, pero el detalle es que su durabilidad es muy baja. Nosotros como Bosch no trabajamos ese segmento, porque está por debajo del estándar de Bosch en términos de vida útil; nosotros trabajamos el segmento de cubierta plana.

Si una familia promedio mexicana, de cuatro personas, instala un calentador solar de termosifón, de 150 litros, que es la solución más común, y antes tenía una tecnología de depósito a gas, estaría ahorrando el 70% de su consumo de gas


Este es un sistema que nosotros visualizamos para que tenga una durabilidad de 15 a 20 años, lo cual es fundamental al comprar este tipo de equipos, porque cuando compras algo que te permite ahorrar, porque te beneficias del Sol todos los días, se convierte en una decisión que se debe de tomar no tanto con base en el precio inicial, sino con base en el ahorro anual y en el número de años que dura el equipo.

Ese es uno de los análisis que no es tan fácil transmitir si no tienes la oportunidad de platicar directamente con un cliente. Pero definitivamente, más que en cualquier otro producto, al adquirir un equipo termosolar debes pensar en términos de ahorro y durabilidad.

Muchas veces las personas se decantan por la solución más económica, que no deja de ser una buena opción, porque sí te ahorra mientras dura, pero sí tiene una vida útil mucho más corta, son equipos que duran menos de 5 años. Entonces, su durabilidad en comparación con un equipo de cubierta plana es de un tercio o menor.

Desde luego, el valor inicial de los equipos también es distinto, pero lo que debe de preocuparle a un usuario en una decisión de compra con un calentador de agua que opera con energía renovable es cuánto le va a ahorrar y cuánto le va a durar, versus cuánto le va a costar.

En cuanto a penetración, nosotros estimamos que el mercado de precio es predominante; la tecnología de tubos de vacío de baja presión es predominante. Es un mercado no regulado, no normado.

Bosch, junto con la industria que fabrica en México, impulsó muchísimo la normativa NOM-027-ENER/SCFI-2018 que entró en vigor a finales de 2019. Fue una norma que estuvo muchos años en el cajón, y que finalmente fue validada y entró en vigor en diciembre de 2019, pero se trata de una norma que sólo es aplicable a los calentadores de cubierta plana de alta presión, o a una tecnología que no es común en México, que es la de tubos de vacío de alta presión. Esta norma exige un estándar mínimo de seguridad y de calidad, que no cumplen los calentadores de tubos de vacío más comunes en el mercado, que son los de baja presión.

Lo que se decidió fue implementar la norma sin que esos sistemas quedaran cubiertos; esos quedan todavía, en cierto sentido, “clandestinos” en términos de normatividad, si bien no son ilegales.

Dicho de otro modo, en términos de penetración estamos hablando de que la tecnología está en un 70 / 30, donde el 70 lo representan los calentadores de tubos de vacío de baja presión y el 30, los de cubierta plana.

​​E: ¿Un calentador solar no puede funcionar por sí solo, cierto; requiere de un calentador convencional de respaldo?

RF: Sí, ése es un buen punto. México es un país muy bendecido en términos de radiación solar; aquí, en promedio, podemos decir que en el territorio caen cerca de 5 kW por metro cuadrado; en Alemania, en contraste, que están bastante más desfavorecidos en ese sentido, reciben 3.5 kW, pero tienen 5 veces más instalación de calentadores solares térmicos, y estamos hablando de un país de 80 millones de personas con una extensión territorial mucho menor que la de México. Digamos que ellos hacen un gran esfuerzo por aprovechar lo poquito que les llega, y nosotros aquí tenemos un gran potencial todavía por explotar.

No quiere decir que estamos en cero, ni que estamos en pañales; México, en metros cuadrados totales instalados de esta tecnología, es el noveno país del mundo; si lo pensamos en función de su extensión territorial o per capita, es el país número 40, pese a la bendición de tener 5.5 kW gratis, todos los días a todas horas.

​También es importante señalar que se debe tener el debido hábito de consumo. Cuando compras un calentador solar tienes que optimizar tus hábitos para sacarle el máximo provecho o para que el calentador de respaldo nunca tenga que encender. Uno de estos hábitos es no bañarte a primera hora del día; si lo haces al final del día es mejor, porque tuviste todo el día el agua ardiendo, entonces te sale sobrando. Si te bañas a primera hora, no es que no puedas, porque el calentador no pierde toda su temperatura durante la noche, pero el proceso de recuperación de esa temperatura no va a ser tan rápido como entrado el día, pues hay que recordar que el espacio de captación de la radiación solar es de 2 metros cuadrados y por la mañana no vas a tener esos 5.5 kW, porque el sol todavía está muy inclinado.

Lo que debe de preocuparle a un usuario en una decisión de compra con un calentador de agua que opera con energía renovable es cuánto le va a ahorrar y cuánto le va a durar, versus cuánto le va a costar. Ese es uno de los análisis que no es tan fácil transmitir si no tienes la oportunidad de platicar directamente con un cliente.

Ricardo Figueira, Director de Termotecnología para Bosch México

Dicho esto, si decidimos mantener el hábito de bañarnos a primera hora del día, es de suma importancia seleccionar un calentador de respaldo adecuado, que te agregue solamente lo que el calentador solar no pudo. Eso es importante subrayarlo: si el equipo de respaldo es mal elegido, el beneficio del solar se va a comprometer. Un calentador solar te ofrece un promedio de 70 % de cobertura en México. Por ejemplo, si una familia promedio mexicana, de cuatro personas, instala un calentador solar de termosifón, de 150 litros, que es la solución más común, y antes tenía una tecnología de depósito a gas, estaría ahorrando el 70% de su consumo de gas, en promedio. Habrá meses en que sea el ciento por ciento.

En Ciudad de México, por ejemplo, en primavera, durante los días más soleados, se tiene un rendimiento cercano al ciento por ciento, mientas que en lo meses de verano, que suele amanecer nublado, no es el mismo desempeño. No quiere decir que el sistema no sirva en estos meses, pues la tecnología está diseñada para captar radiación directa o difusa, es decir, la que se cuela a través de las nubes; obviamente no es el mismo desempeño, y aquí es donde es importante contar con un buen equipo de respaldo.

Entonces, decíamos que el ahorro en consumo de gas sería de 70 % al instalar un calentador solar. Pero si el equipo de respaldo que tengo es de depósito o de rápida recuperación, en los cuales la lógica es mecánica y almacenan el agua caliente dentro del equipo aunque no se esté consumiendo, y me vale si arriba está caliente, porque el sistema sólo sabe que el agua que guarda en su interior está caliente, entonces se está gastando en el funcionamiento de ese calentador de respaldo sin necesidad.

La solución ideal, entonces, es tener un calentador instantáneo de respaldo, el cual sólo produce al momento del consumo, para no mantener el agua caliente sin necesidad; pero también es importante, al elegir este equipo de respaldo, revisar que no sea mecánico, porque si lo es, se va a activar cada vez que detecte flujo de agua, pues no va a saber si la que está pasando está tibia, fría o caliente. Entonces, el calentador instantáneo de respaldo debe ser termostático, que mida la temperatura a la que está entrando el agua, a fin de que sólo agregue los grados de temperatura faltantes para llevar el agua a la temperatura seleccionada, ni menos ni más. Con una selección de equipo como ésta, podrías llevar tu ahorro del 70 al 90 %, y eso hace toda la diferencia.

Además, hay que enfatizar que un calentador termostático mide más que sólo la temperatura de entrada del agua, mide el caudal, y te permite decirle con mucha precisión qué quieres que haga. Los calentadores de agua termostáticos miden el Delta del agua, y si detectan al hacer esta medición que hay un grado de diferencia, se encienden para dar ese grado. En cambio, un calentador mecánico va a prender con toda la potencia a la que la perilla esté ajustada; si la colocaste al máximo, encenderá al máximo. Eso se puede convertir en un problema incluso para la instalación, porque si a los 90º que baja el agua del calentador solar, le agregas otros 25 o 30 con el calentador de respaldo, va a afectar tu tubería si no es metálica, además de los problemas de posibles quemaduras para el usuario.

E: ¿Por qué crees que no ha habido una mayor adopción de la tecnología en México?

RF: Hay varias razones. En mi óptica, nunca es una sola razón. Pero la principal razón que se anota es justamente la falta de normatividad, tanto de producto como de profesionales.

Durante muchos años hubo falta de especialistas, porque esto no deja de ser una venta técnica, es decir, no es para que alguien que nunca lo ha instalado, llegue y lo instale; tiene que estar capacitado y acreditado. Eso ha sido una gran limitante para una expansión mayor y más rápida.

En ese sentido, desde 2013 ya hay una normativa y un Estándar de Competencias, el EC0325. Instalación de sistemas de calentadores solares de agua termosifónicos en vivienda sustentable, pero básicamente eso es algo en lo que Bosch ha trabajado, en conjunto con la industria local, la industria que fabrica en México: estándares para crear esa cartera profesional, esa calificación que durante muchos años limitó el crecimiento.

Durante muchos años sabemos también que la política de financiar todo el combustible, que cambió en 2017, hacía que los ahorros fueran más limitados en valor; en porcentaje seguían siendo los mismos, pero en valor percibido era menor. Después de la liberalización de la política energética en el anterior Gobierno, ha subido el precio de la energía a los ritmos del mercado, y eso ha hecho más evidentes los ahorros y lo fácil y rápido que es pagar un sistema de termosifón. Un sistema de termosifón se puede estar pagando en dos o tres años y antes no era así.

Aún así, el usuario residencial en México tiene mayor facilidad de pensar en retornos de inversión cuando hablamos de periodos menores a dos años; cuando hablamos de 2 a 3 años todavía lo acepta, pero no es tan rápido; si hablamos de más, no es tan fácil que penetre la tecnología. Esa es otra razón: el poder de compra.

Después de la liberalización de la política energética en el anterior gobierno, ha subido el precio de la energía a los ritmos del mercado, y eso ha hecho más evidentes los ahorros y lo fácil y rápido que es pagar un sistema de termosifón. Un sistema de termosifón se puede estar pagando en dos o tres años y antes no era así.


Pero literalmente, los principales obstáculos han sido: la política de financiamiento del combustible, la falta de capacitación y la amplia presencia de productos de baja calidad que generan una mala reputación para la tecnología.

Hoy por hoy ya hay normativas, aunque no regulan a todo el mercado. Ya hay estándares de competencia para instalación de equipos solares en vivienda, específicamente, y eso ya nos deja en un panorama distinto, aunque todavía hay un gran camino por recorrer, porque, por ejemplo, ya existe el estándar de competencias, pero hace falta masificar el número de instaladores que cuentan con acreditación para el estándar; ya existe una normativa, pero sólo aplica a los equipos de mayor calidad. Eso se está trabajando para construir, digamos, la segunda parte de la NOM-027, para que salga a reglamentar un estándar mínimo de calidad, de eficiencia y de seguridad para el usuario.

Esta normativa se iba a publicar originalmente en diciembre de 2018, pero la asociación de importadores de tubos de vacío creada en aquel entonces evitó su publicación y se retrasó un año. En 2019 se publica finalmente, pero con un campo de aplicación reducido. Lo que logramos con esa norma fue que las tecnologías de mayor durabilidad y mayor calidad están cumpliendo con requisitos mínimos. Hoy por hoy, las tecnologías de tubos de vacío de baja presión no están contempladas en ninguna normativa.

Pero te doy el ejemplo típico: la familia mexicana promedio, 4 personas, según el Inegi, está gastando alrededor de 800 pesos al mes en consumo de gas, si lo multiplicas por 12, te da 9600 pesos, y si le metes un ahorro de 70 %, que puede llegar a 90 si cuentas con un equipo de respaldo adecuado, te das cuenta de que el equipo se paga muy rápido.

E: ¿Tiene que ver también con el grado de interés que el usuario tiene para poder sacar el mayor provecho a su inversión?

RF: Sí, digamos que nosotros como fabricantes también tenemos un trabajo que hacer para poder llegar y dejar al usuario más informado antes de la decisión de compra, porque al fin y al cabo es una inversión, no es la compra de un microondas, que quizás tienes más potencia o menos, pero no hay tantas opciones. Aquí es una inversión: es decir, yo tenía agua caliente, pero ahora voy a invertir en algo que me hace ahorrar en el gas que gastaba o en la electricidad, si es un calentador eléctrico. Tiene que verse bajo la óptica de una inversión y, como cualquier inversión, hay que pensar en el retorno de inversión.

E: ¿Pensando en el usuario residencial, ya lleva a cabo más ese ejercicio de pensar en su retorno de inversión?

RF: Sí, es una tendencia que cada vez vemos más y más. La pandemia vino a acentuar este fenómeno. Además, la información disponible en línea es mucho más detallada, de mejor calidad, mucho más entendible; el cliente ganó esa costumbre de llegar al punto de venta mucho más informado, con más preguntas, y antes no era así. Lo cual es muy favorable.

Obviamente, en el sector comercial eso ya es mucho más fácil. La óptica del usuario comercial ya es de retorno de inversión. Lo que sí hemos visto es, por ejemplo, que no hay leyes federales, pero hay leyes estatales, como en Ciudad de México, que obligan a la instalación de este tipo de tecnologías en el comercio; por ejemplo, un hotel tiene que tener al menos 30 % de su demanda de agua caliente cubierta por tecnología solar térmica, y si tiene alberca, el calentamiento de agua para la alberca tiene que estar cubierto en 40% por solar térmico.

En vivienda de interés social en México también tienes la misma obligación de cubrir al menos 30% de la demanda del lugar mediante tecnología solar térmica, y esas ya son normas que cuando menos provocan que al comprar una casa, tienes asegurado de inicio ese beneficio.

Entonces, el uso en comercios es muy común, si bien el retorno de inversión en hoteles no suele ser tan inmediato, porque ya estamos hablando de sistemas con duración de 20 años o más, de sistemas forzados, calculados y dimensionados a las demandas específicas de un proyecto; pero hablamos de retornos de inversión de 5 años, donde al tener esa visión del retorno de inversión saben que se trata de una buena inversión. Vendemos muchísimos proyectos para hoteles, de hecho, aquí en Ciudad de México hemos tenido proyectos con fundaciones para beneficiar a la comunidad.

E: ¿Qué sector del mercado ha crecido más en el uso de la tecnología?

RF: El mercado de calentamiento solar ha venido creciendo a un buen ritmo durante los últimos años; obviamente, el año pasado fue un año atípico, la construcción se detuvo un poco, la instalación es más fácil cuando estás construyendo, pero el desarrollo ha sido, digamos, lento pero constante hacia la tecnología de colector plano, siendo que partimos de una base más fuerte de tecnología de tubos de vacío de baja presión.

Pero el desarrollo de los calentadores de placa plana es mayor que el tubos de vacío; lo que sí es un hecho es que ambos segmentos siguen creciendo todavía, sobre todo debido a que el precio del gas LP ha subido en los últimos 5 años más de 80%. Esto hace ver que el valor absoluto en pesos al cambiar de tecnología es cada vez mayor.

E: ¿Consideras que la normativa vigente beneficia al sector o al contrario?

RF: Está incompleta, en términos de producto. En términos de instalación, se han dado pasos buenos y que ayudan al sector; estamos profesionalizando al instalador en México.

En términos de producto, la normativa, al estar incompleta, al cubrir apenas una parte del mercado, deja desprotegido al consumidor, porque puede estar comprando productos “legales”, pero que no están cubriendo ninguna exigencia mínima de durabilidad, de seguridad. Obviamente, eso hace que el cliente pueda ser mareado por la diferencia de precios, y si no tiene la oportunidad de ser bien asesorado, puede ser confundido y tomar una mala decisión, lo cual va a desembocar en una mala experiencia, que también limita el crecimiento de la tecnología.

Hemos dado un paso; las reglas están incompletas, el mercado no está favorecido y el cliente tampoco lo está por el hecho de que una parte del mercado esté normada y la otra no. Genera un mercado desleal.

E: ¿Qué potencial de crecimiento le ves al sector de calentamiento solar?

RF: Es difícil decirlo. Es casi infinito por el potencial de energía que llega; nosotros podríamos tapizar a México (bromea) con colectores solares, que no es necesario, porque la eficiencia que tiene en dos metros es suficiente. El mercado tiene mucho por donde crecer; se puede triplicar, hasta sextuplicar, en un horizonte de 5 a 10 años. Esto depende mucho de dinámicas de normativa, de retornos de inversión, eso está muy asociado al costo de los energéticos, que cada vez están más caros, y depende mucho de la profesionalización del sector. En esos tres ejes se está trabajando.