La recuperación de la economía mexicana, afectada por el Covid-19, está anclada al desempeño de las exportaciones al mercado de Estados Unidos, pues el consumo privado y del gobierno no han crecido, afirmó el doctor Juan Froilán Martínez Pérez, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en el Segundo Seminario Macroeconomía Financiera, La situación de la economía mexicana y efectos de la pandemia.
El profesor del Departamento de Economía de la Unidad Azcapotzalco resumió que la caída de la economía nacional no obedece únicamente a los efectos de la pandemia, sino que es también resultado de las medidas adoptadas al cerrar sectores económicos en los diferentes países, lo cual puso en evidencia los problemas estructurales del crédito y la debilidad manifestada en la concentración del ingreso en el decil diez de la población, lo cual reduce la demanda de bienes y servicios.
En México, “tenemos problemas fiscales con un esquema altamente regresivo, que no aplica tasas diferenciales a pobres y ricos, además de una evasión fiscal importante que evita canalizar recursos al presupuesto gubernamental. A esto se suma un sistema financiero frágil, que no financia las actividades de inversión”, describió.
En México, “tenemos problemas fiscales con un esquema altamente regresivo, que no aplica tasas diferenciales a pobres y ricos, además de una evasión fiscal importante que evita canalizar recursos al presupuesto gubernamental. A esto se suma un sistema financiero frágil, que no financia las actividades de inversión”
Dr. Juan Froilán Martínez, académico de la UAM
El nivel recaudatorio se ubica en 15 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), porcentaje menor respecto de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que oscila entre 30 y 35 por ciento.
“El ciclo económico de México está vinculado a la economía de Estados Unidos, particularmente las exportaciones manufactureras, que son las más dinámicas”, dijo en la conferencia La reactivación económica de México después del “lockdown” del 2020. Perspectivas desde el crédito.
Por su parte, los doctores Isaí Contreras Álvarez y Miguel Ángel Cruz Romero, académicos de la Universidad Politécnica Metropolitana de Hidalgo, coincidieron en que la crisis económica global de 2020 ha generado un intenso debate sobre las políticas económicas más adecuadas para paliar sus efectos sobre la economía mexicana, pues la propagación del Covid-19 ha generado efectos disruptivos sobre el sector real y financiero después de tres décadas de políticas neoliberales.
“El gasto público en México es austero, característica que se remonta a décadas anteriores, por lo que el presupuesto gubernamental es insuficiente para impulsar la demanda agregada y limita la recuperación de la economía”.
Recordaron que el economista británico John Maynard Keynes apuntó en su libro La teoría General del interés y el dinero que, ante las crisis económicas, es justificable la intervención del Estado, así como la importancia de la inversión en capital fijo y los determinantes de la demanda agregada.
En la conferencia El papel del Estado desarrollista y la política industrial en la economía mexicana postpandemia, ambos académicos explicaron que las crisis gemelas (bancaria y monetaria) recientes se registraron con la apertura de la economía en 1994, la ocasionada por los bonos Subprime entre 2008 y 2009, y la actual, que está vinculada con la crisis sanitaria por el Covid-19.
En México, “el crecimiento económico desde hace décadas ha sido insuficiente, pero se agravó por la emergencia sanitaria, en tanto que la inflación ha estado relativamente bajo control. Ahora la participación del gobierno con el gasto programable muestra una tendencia estable como proporción del PIB, pero se concentra en el gasto operativo y ha dejado de lado la inversión”.
La administración ha destinado recursos al gasto social de 12.4 por ciento del PIB, nivel que no se veía desde la apertura comercial del siglo pasado. Por los subsidios y transferencias se observa una recuperación del gasto social, pero una caída de la inversión en infraestructura que sólo alcanza 5.1 por ciento del PIB, si bien esta variable se está recuperando por los megaproyectos que impulsa el gobierno.
Es importante que el Estado funja como promotor del desarrollo económico a través de la inversión pública, creación de infraestructura, formación de capital fijo, regular el mercado financiero, reducir las brechas de desarrollo y la desigualdad en la distribución del ingreso
«La situación actual exige una transformación desarrollista, no dependiente del libre mercado, con una eficiencia del mecanismo de precios. Es importante que el Estado funja como promotor del desarrollo económico a través de la inversión pública, creación de infraestructura, formación de capital fijo, regular el mercado financiero, reducir las brechas de desarrollo y la desigualdad en la distribución del ingreso”, comentaron.
El doctor Guillermo Ejea Mendoza, profesor del Departamento de Economía de la Unidad Azcapotzalco, señaló que el consumo privado y del gobierno no han crecido, por lo que las exportaciones –única variable con comportamiento positivo en la última década– son las que han sostenido a la economía, aunque dependen de la demanda de Estados Unidos en el marco del Tratado comercial de América del Norte (T-MEC).
“Para salir de la trampa del estancamiento económico existe el debate teórico sobre el uso de la inversión pública, y ahí los neoisntitucionalistas señalan que se requieren nuevas instituciones para salir del estancamiento. Pero es posible recuperar ciertos elementos de las políticas keynesianas para mejorar el desempeño de la economía, y el gobierno debería fijarse como meta de crecimiento 4 por ciento a partir de año 2022”, concluyó el especialista.