En 2012 se reformó el artículo 4 Constitucional que, con un plazo cercano a 360, buscó aprobar una Ley General de Aguas donde la ciudadanía pudiera participar junto a los tres niveles de gobierno. Se ha propuesto que este recurso sea de fácil acceso, equitativo y sustentable para la población; sin embargo, investigadores, ciudadanos y defensores del vital líquido han abogado por erradicar las iniciativas que, usando como pretexto el derecho humano al agua, han querido privatizarla.
Se espera que en esta etapa de transición del nuevo gobierno 2018-2024, las propuestas y la Iniciativa Ciudadana sea aprobada y de esta manera se logre que se atiendan las problemáticas que en materia de recurso hídrico aquejan a la población mexicana. Para lograr este cometido, los pasados 17 y 18 de septiembre se convocó a la Reunión Nacional por el Buen Gobierno del Agua, donde académicos, doctores, titulares de instituciones y rectores conversaron sobre las estrategias a seguir, redefinir conceptos claves, sumar esfuerzos a través del diálogo y lograr en conjunto una nueva política hídrica ambiental en beneficio de todos.
El evento, con sede en la Rectoría General de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), contó con la participación del Dr. Eduardo Peñalosa Castro, rector general de la UAM; el Dr. Alberto Rodríguez Casas, director general del IPN; el Maestro David Fernández Dávalos, rector de la Universidad Iberoamericana; la Dra. Elena Álvarez-Buylla Roces, futura titular del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt); el Dr. Luciano Concheiro, futuro subsecretario de Educación Superior de la SEP; el M.I. Rafael Espinosa Méndez, secretario general del Sindicato Independiente de Trabajadores del Instituto Mexicano de Tecnologías del Agua; además del Dr. Pedro Moctezuma Barragán, coordinador del Programa de Investigación para la Sustentabilidad de la UAM.
Todos ellos ahondaron en los desafíos en el Marco Legal sobre políticas públicas para la protección del agua, la comunicación con instancias encargadas de cuencas hídricas, la sustentabilidad y las alternativas a los sistemas de agua actuales, así como el saneamiento en la ciudad. Hicieron hincapié en la importancia de revertir los daños ocasionados a ecosistemas, generar más agrupaciones e institutos que sumen esfuerzos y defiendan el recurso. Dicho esto se instó a los tomadores de decisiones, a los universitarios y a la población presente -en su mayoría del sector agrícola y de pueblos indígenas- a continuar con las propuestas y estrategias, “ya que todos somos responsables de generar un mejor país”.
El doctor José Raúl García Barrios, investigador del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, puntualizó sobre todo en hacer una unión entre las humanidades y ciencias sociales con las “ciencias de la complejidad”, ya que los problemas ambientales impactan en todos los sectores. Comentó, también, que la información hídrica debe estar al alcance de todo el pueblo mexicano y las organizaciones gubernamentales tienen que rendir cuentas y desclasificar la información, generando una mejor gestión y justicia de los derechos más importantes: el derecho a la vida y el derecho al agua.
Más adelante se abordó el tema de las concesionarias, donde se comentó que 70 % del agua se ha repartido entre 7 % de las empresas que se dedican a la producción de cerveza, por ejemplo, y que invierten en nuestro país: “La preocupación porque el recurso permanezca en manos de unos cuantos es grande y la crisis socioambiental e hídrica en el país afecta en su mayoría a grupos vulnerables y pueblos indígenas”, expresaron.
Las estrategias se enfocan en la investigación por parte de las instituciones educativas del país, mayor compromiso, producir nueva información orientada a políticas públicas, reorientar las concesiones para no privatizar el agua, la soberanía alimentaria y la destinación del líquido a sectores agrícolas, pueblos y comunidades. Se mencionaron también las propuestas, visión y objetivos que a lo largo de seis años ha perseguido la organización “Agua para Todos, Agua para la Vida”, fundada tras el primer Congreso de Sustentabilidad del Agua en México y la discusión en torno a la Ley General de Aguas.
Los exponentes centraron la atención en: la construcción de instancias para la gestión planificada de cuencas así como sus planes rectores; la fundamentación científica de la toma de decisiones para restaurar y optimizar el funcionamiento de cuencas y flujos subterráneos; la reorientación de concesiones y evitar el acaparamiento optando por una distribución equitativa; la evaluación de la situación actual y la erradicación de la contaminación por elementos tóxicos y contaminantes emergentes en función de los ejes “descarga cero” y “ Principio Precautorio”; la construcción de la Asamblea Nacional de Productores para la Soberanía Alimentaria recalcando el compromiso con los pueblos agrícolas; la generación de leyes que favorezcan los sistemas de agua y saneamiento en la ciudad y finalmente se visualizaron las propuestas en función de los derechos humanos y del acceso al agua.
El doctor Pedro Moctezuma Barragán, coordinador del Programa de Investigación para la Sustentabilidad de la UAM, expresó que los efectos ambientales que estamos viviendo son producto de modelos fallidos; el acaparamiento que se refleja en minería tóxica, zonas de estrés hídrico, monocultivos, químicos y la negativa a concesiones a pueblos que tienen derecho a utilizar el recurso. En este sentido, propuso propiciar métodos para evitar estos problemas apelando a la alfabetización hídrica, las ecotecnias, captación de aguas pluviales, filtros y baños secos a través de la colaboración comunitaria.
Para finalizar, comentó que “se están abriendo las compuertas en un tema que fue muy controlado y que ha generado mucho estrés humano, hídrico, ambiental, en la salud y en la economía de la gente. Y que, como afortunadamente este proceso ya va a cumplir siete años, la coordinadora nacional de Agua para Todos está en toda la disposición para fortalecer con propuestas y con acciones, las buenas acciones del próximo gobierno. Y vigilar y criticar puntualmente aquellos aspectos donde consideremos que se está siguiendo una tendencia que ha sido destructiva o que se están bloqueando propuestas de futuro que es importante adoptar”.
Al grito de “¡El agua no se vende, el agua se defiende!”, concluyó la reunión.