El proceso de gestión del agua está estrechamente vinculado a la energía, necesaria para extraer aguas subterráneas y bombearlas a través de tuberías, así como para tratar tanto las aguas subterráneas como las residuales. Sin embargo, poco sabemos realmente de cómo se maneja el agua actualmente.
- ¿Cuál es el método más caro para producir agua? Las plantas desalinizadoras que permiten obtener agua potable a partir del agua en los océanos; en el mundo hay más de 17 mil plantas de este tipo, las cuales producen más de 92 mil metros cúbicos para más de 300 mil personas, lo que representa el 4.2 % de la población mundial.
- ¿Qué ciudad en nuestro país tiene tuberías de más de 50 años? lamentablemente, el sistema de tuberías subterráneas de la Ciudad de México ya ha cumplido su vida útil, por lo que la transición del bombeo tradicional al bombeo inteligente supone un paso necesario para hacer frente a los desafíos de la gestión global del agua y las aguas residuales. Tanto establecimientos privados como públicos ya no pueden permitirse operaciones ineficientes, de alto costo y que requieren mucho mantenimiento.
De acuerdo con la Comisión Nacional de Agua, en México hay 2 mil 477 plantas de tratamiento de aguas residuales en operación; de igual forma hay más de 3 mil kilómetros de acueductos, que llevan agua a diversas ciudades y comunidades rurales del país, con una capacidad total de más de 112 metros cúbicos por segundo. - ¿El Internet de las Cosas se puede aplicar en este sector? Hoy en día, los sistemas de bombeo representan casi 20 % del uso de energía en el mundo. En instalaciones industriales, los motores pueden consumir entre 25 y 50 % del consumo total de la electricidad de una planta; sin embargo, es importante resaltar que una gestión inteligente de este recurso no renovable debe considerar todas las etapas y requiere de sistemas que proporcionen información útil para la toma de decisiones.
En este sentido, diversas de nuestras soluciones permiten aprovechar al máximo las ventajas del Internet de las Cosas, facilitando el tratamiento y suministro de agua de una forma segura y de manera ininterrumpida, con un uso menor de energía y un costo de operación más bajo, lo que puede permitir mayor resiliencia y respuesta a emergencias como inundaciones o fenómenos meteorológicos.
Tanto los servicios públicos de agua, como los proveedores de servicios y los gobiernos locales y nacionales tienen la responsabilidad de hacer frente a este desafío. Es necesario modernizar la infraestructura hidráulica con el fin de responder a la creciente demanda de eficiencia operativa, especialmente en las megaurbes que se están desarrollando en todo el planeta. Como consecuencia, el mercado está evolucionando para adaptarse a estas normas de eficiencia más restrictivas.