México puede tener costos hasta 64 % más bajos de producción de hidrógeno verde en comparación con otros países, pero necesitará un marco legal a la altura de las demandas mundiales
Por Juan Pablo Rodríguez
Ante un escenario que obliga a una transición energética global y la necesidad de reducir el volumen de emisión de gases de efecto invernadero (GEI), se vuelve fundamental incrementar el uso de energías renovables e integrarlas a los diferentes sectores.
El uso del hidrógeno es una solución, gracias a que este elemento químico almacena grandes cantidades de energía y puede transportarse de manera eficiente. Sus mayores usos son en la refinación de petróleo y en la industria de producción de amoniaco y fertilizantes; además, se utiliza en el transporte vehicular mediante celdas de combustible para generar electricidad. Una de las principales ventajas de este método es que al utilizar hidrógeno como combustible la única emisión producida es agua.
Para 2030, México tiene el compromiso de generar 35 % de su electricidad con energías limpias y el uso de hidrógeno verde como combustible sostenible es una opción ideal. En la actualidad, ya se construyen plantas productoras de hidrógeno verde en España y en Chile, mientras que Alemania, Corea del Sur, China, Francia, Estados Unidos y Canadá centran su atención en este elemento como fuente energética e incluso se exporta y utiliza para el transporte público, trenes, taxis, autobuses, aviones y barcos.
Europa está promoviendo iniciativas en toda la cadena de valor del hidrógeno como la fabricación de electrolizadores más competitivos, la construcción de una red de transporte, la instalación de hidrogeneras y estaciones de servicio que surten combustible a vehículos de hidrógeno para el transporte por carretera.
La implementación de hidrógeno verde implica diversos retos como el establecimiento de regulaciones específicas, creación de incentivos para la oferta y demanda, incrementar la penetración de energías renovables, así como el reducir costos de infraestructura, producción y transporte
La economía del hidrógeno trae grandes beneficios para la manufactura, la generación de negocios y empleos tanto a nivel local como internacional, mitiga el cambio climático y fortalece la economía del país.
Según un estudio realizado por H2 México con apoyo de PwC, los resultados indican que México podría invertir alrededor de 60 mil millones de dólares del 2025 al 2050 en producción de hidrógeno verde, generando 3 millones de empleos. Se estima que para 2050, la industria del hidrógeno verde podrá reducir 53 millones de toneladas de dióxido de carbono, lo que equivale a una reducción de 14 % comparado con el año base, 2019.
Una de las maneras de obtener hidrógeno es por medio de la electrólisis del agua, que consiste en la ruptura de la molécula del agua (H₂O) en oxígeno (O₂) e hidrógeno (H₂) por acción de una corriente eléctrica continua que se conecta mediante electrodos al agua.
Cuando la electrólisis se realiza con energía renovable, éste es el método más sostenible de producción. SUEZ – Water Technologies & Solutions es una de las compañía que apoya los beneficios que el hidrógeno verde ofrece y conoce la importancia que el elemento representa en la inminente transición energética que la economía mundial está obligada a ejecutar para lograr la neutralidad en carbono, combatir el cambio climático y continuar aplicando la economía circular.
Actualmente, la empresa cuenta con soluciones tecnológicas innovadoras que permiten seguir adelante en la descarbonización de la producción industrial y que ya las ha puesto en marcha, asegurando la disponibilidad de agua en especificación ya sea proveniente de agua de mar, superficial o residual para el relleno de las torres de electrolizadores y los sistemas de refrigeración.
Otra es la desmineralización del agua pretratada y el retorno del agua del proceso del electrolizador, ya sea a través de una o varias torres, o en toda la planta manteniendo la calidad del agua. Por último, la optimización y protección de los sistemas de refrigeración, aumentando su eficiencia y desempeño ambiental, reduciendo a cero la contaminación y otros contaminantes altamente nocivos como el fósforo.
La implementación de hidrógeno verde implica diversos retos como el establecimiento de regulaciones específicas, creación de incentivos para la oferta y demanda, incrementar la penetración de energías renovables, así como el reducir costos de infraestructura, producción y transporte, además establecer mecanismos para facilitar el cumplimiento de metas de descarbonización que ayuden a industrias como la petroquímica, generación de electricidad, hierro, acero, vidrio, química, cemento y movilidad a acelerar el uso del hidrógeno verde dentro de su matriz energética, con mayores reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero y afianzar la transición hacia una producción industrial sostenible.
Algunos estudios indican que México puede tener costos hasta 64 % más bajos de producción de hidrógeno verde en comparación con otros países y que representará 12 % del consumo de energía y 10 % de las reducciones de carbono. En pocas palabras, la economía del hidrógeno es la tendencia que regirá al mundo.