Por Ángeles Mendieta Alonso
La infraestructura es un pilar indispensable para el desarrollo económico. Carreteras, puertos, aeropuertos y ferrocarriles, proporcionan conectividad y facilitan la transportación de mercancías o materias primas. Las redes de telecomunicaciones son un requisito básico para participar en el comercio. El suministro de energía eléctrica y combustibles son necesarios para que la industria pueda operar. Por su parte, la infraestructura hidráulica contribuye fuertemente en el desarrollo económico.
El contar con agua potable, servicios de alcantarillado, tratamiento de aguas residuales o conservación de fuentes de agua, beneficia la operación de la industria manufacturera y de transformación. La minería, las actividades agropecuarias, los servicios de turismo y la generación de energía eléctrica, son algunos sectores económicos que en alguna medida dependen de los recursos hídricos.
A nivel mundial, 70 % del agua se consume en el sector agrícola mientras que, en nuestro país, el uso agrícola demanda 76 de cada 100 litros de agua que se consumen, y es a través de infraestructura de presas derivadoras, presas de almacenamiento, plantas de bombeo, pozos, canales, drenes y caminos, que se irrigan 6.5 millones de hectáreas, de las cuales, poco más de la mitad se ubican en 86 distritos de riego, y el restante en más de 40 mil unidades de riego.
El desarrollo de infraestructura para atender las necesidades del campo es de particular relevancia y en este aspecto, los principales objetivos son impulsar la tecnificación del riego; asegurar que se extraigan únicamente los volúmenes concesionados; fomentar la reconversión productiva y tecnológica del sector que incremente la eficiencia de conducción y distribución.
Actualmente, en este rubro, la Comisión Nacional del Agua desarrolla diversas obras con inversiones que únicamente para este 2021, rebasan los 3 mil millones de pesos. Entre los proyectos más relevantes se encuentra la presa de almacenamiento Santa María, en Sinaloa, para aprovechar los escurrimientos del Río Baluarte y sus afluentes e incorporar 24 mil 250 hectáreas al riego, además de entregar el agua para uso urbano y generar energía eléctrica.
También, en el estado de Sinaloa, se construye la Zona de riego de la presa Picachos, proyecto que integrará al riego 19 mil 200 hectáreas y modernizará otras 3 mil 300 hectáreas. Además de la construcción de canales entubados, red de drenaje y drenes, se llevarán a cabo adecuaciones a la presa derivadora Siqueiros, sobre elevando el muro vertedor y ampliando tres conductos de salida. En Nayarit, se avanza con la construcción del Canal Centenario, que tendrá una longitud de 58 km y gasto de diseño de 60 m3/s para el riego de 43 mil 105 hectáreas.
Como bien se sabe, toda infraestructura se encuentra sometida al deterioro mecánico, físico, químico o biológico. Su vida útil depende de la calidad de la obra, de la apropiada operación y especialmente, del adecuado y oportuno mantenimiento que se le proporcione.
A nivel mundial, 70 % del agua se consume en el sector agrícola mientras que, en nuestro país, el uso agrícola demanda 76 de cada 100 litros de agua que se consumen”
Ángeles Mendieta Alonso, Directora de Gestión de Cartera de Proyectos en Conagua
Es por ello que este 2021 se destinaron 315 millones de pesos en programas de mantenimiento y rehabilitación en todo el país, de entre los cuales sobresalen la rehabilitación de la Presa Endhó, en Tepetitlán, Hidalgo; la rehabilitación de la presa Derivadora Amado Nervo “Jileño”, en Tepic, Nayarit; la rehabilitación y modernización de presas y estructuras de cabeza: 44 presas derivadoras, 78 presas de almacenamiento y 5 plantas de bombeo en varios estados de la República Mexicana.
Mejorar la operación de los Distritos de Riego (DR) y de los Distritos de Temporal Tecnificado (DTT) es de suma importancia para la producción agrícola y el uso sustentable del recurso hídrico, de ahí que con un presupuesto disponible de 347 millones de pesos, este año se llevan a cabo acciones de rehabilitación y modernización en los DR en la Cuenca Aguas del Valle de México, así como en los DTT 025, Río Verde, Campeche; 020, Margaritas-Pijijiapan y 027, Frailesca, Chiapas; 017, Región Lagunera, Coahuila-Durango; Ajacuba, Hidalgo; 026, Valle de Ucum, Quintana Roo; 018, Colonias Yaquis Cuenca Noroeste; 002, Zanapa-Tonalá, Tabasco; 003 Tesechoacan y 007, en Veracruz y, los DTT 024 y 008 en Yucatán.
La agricultura es fundamental en materia de seguridad alimentaria y considerando la escasez de agua en algunas regiones del país, y los excedentes en otras, es primordial el aprovechamiento sostenible del recurso.
El sector hidroagrícola enfrenta múltiples retos, algunos de ellos radican en evitar el deterioro de la infraestructura existente a través del mantenimiento, rehabilitación y conservación; otros con la ampliación de las fronteras de superficies de riego tecnificadas o con la modernización de infraestructura para incrementar la eficiencia en la producción de alimentos y reducir el consumo de agua por hectárea, conservando en todo momento el equilibrio ambiental.