La importancia del agua como un servicio básico para la salud y el bienestar en una urbe que tiene “gravísimas complicaciones” de inequidad en su distribución y de contaminación, fueron abordados en el Primer Encuentro de Estudiantes de Posgrado Problemas y alternativas en temas del agua.
En el foro organizado por la Red de Investigación en Agua de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Mireya González Quintero, estudiante del posgrado en Ciencias Económicas de la Casa abierta al tiempo, traza en su investigación el interés por saber si los habitantes de la Ciudad de México están dispuestos a pagar más por el servicio y así contribuir a la creación y mantenimiento de un fondo ambiental, cuyos recursos serían destinados a la conservación de las fuentes del bien.
“Mi trabajo plantea la disposición a aportar para conservar las fuentes hídricas, aspecto que considero importante porque en la metrópoli aquella que más se utiliza es de carácter subterráneo y proviene de acuíferos sobreexplotados”, comentó al participar en la Mesa 3. Gestión, gobernanza e institucionalidad, que estuvo moderada por la doctora Lilia Rodríguez Tapia, académica del Departamento de Economía de la Unidad Azcapotzalco.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) divide al país en 13 regiones hidrológicas para la administración del líquido, aunque es necesario un análisis desde factores diferentes, dado que la capital registra una sobreexplotación crónica del acuífero, fuentes lejanas y costosas, hundimientos, así como falta de medidas de adaptación al cambio climático.
Un diagnóstico del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) realizado en 2018 sostenía que se requerirían alrededor de 256 mil 630 millones de pesos para resolver las deficiencias en la calidad de los servicios y alcanzar la sustentabilidad e, incluso, estimó que de invertirse cinco mil 500 millones por año, tomaría 50 años alcanzar el objetivo.
Un diagnóstico del Sacmex realizado en 2018 sostenía que se requerirían alrededor de 256 mil 630 millones de pesos para resolver las deficiencias en la calidad de los servicios y alcanzar la sustentabilidad e, incluso, estimó que de invertirse cinco mil 500 millones por año, tomaría 50 años alcanzar el objetivo
Los primeros resultados de la investigación titulada La contaminación del Río Lerma y sus implicaciones como un problema público que Emilia Lara Walle, realiza en el doctorado en la Universidad de Toulouse II. Jean Jaures, Francia, se debe a que algunos espacios fueron aprovechados por habitantes que construyeron en terrenos que se encontraban bajo el agua, dando pie al crecimiento de colonias ribereñas en San Mateo Atenco, Estado de México.
“Persiste una lucha constante contra el río por ganar tierras, además de la llegada de la población para las industrias que se asentaron cerca de éste que, junto con un desecamiento que vino por el Sistema Lerma, causó una transformación territorial en la que la actividad lacustre, si bien no desapareció por completo, ha tenido una disminución significativa”.
Entonces, “todas las actividades que estaban antes ligadas al río y a las ciénegas que eran vistas como espacios de avicultura, siembra de temporal, donde se usaban chinampas para la agricultura y para la recolección de alimentos de temporada, casi ha desaparecido para dar paso a más colonias urbanas”, precisó Lara Walle, quien centra su investigación también en la localidad de Lerma de Villada en el Valle de Toluca.
José Raúl Reyes Ibarra, estudiante del doctorado en el Instituto de Investigaciones Doctor José Maria Luis Mora, en su trabajo Ciudadanía y la demanda del servicio del agua potable en Zacatecas, 1913-1927 busca visibilizar los problemas que implicaba en ese periodo la distribución del líquido en una entidad con asentamientos mineros.
Con su proyecto pudo percibir las dificultades implicadas en la distribución del recurso a las poblaciones, porque plantea el problema de calidad, que puede conllevar dilemas de salud graves, dada la situación de la distribución por canales y la transportación a través de los llamados “aguadores”.
La investigación de María Guadalupe Díaz Santos, del programa de Becas Posdoctorales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), parte de cuestionarse cómo integrar al enfoque social en la política pública de agua en la Ciudad de México para analizar la inequidad de la distribución en algunas delegaciones donde sólo la reciben por tandeo.
La doctora Delia Montero Contreras, integrante de la Red de Investigación en Agua y coordinadora de la actividad, precisó que en la Alcaldía Iztapalapa es donde más potabilizadoras hay en la Ciudad de México, por lo que una persona en promedio consume 590 litros del bien embotellado anualmente.