Aplomex
Por Carlos Ayala
Al hablar del oficio de la plomería en México, se habla de un trabajo como cualquier otro, que cubre una necesidad complementaria dentro de la industria de la Construcción. En algunas ocasiones, se ve como una forma de ganarse la vida o, incluso, de una actividad lúdica, casi equivalente al “hobby” o al bricolaje, viéndose como la oportunidad de obtener un pequeño ingreso extra.
De lo que nunca se habla es de la plomería como el oficio técnico o profesional, en el cual se puede hacer carrera y cuya labor de brindar salud e higiene es esencial para el desarrollo de una sociedad moderna (una definición prácticamente desconocida para gran parte de los que despeñamos de una u otra forma este noble oficio).
Entre colegas, es bastante común encontrarse con la expresión “pues yo nada más trabajo, maestro, y ahí lo que vaya saliendo se va resolviendo”, cuando alguien les cuestiona acerca de capacitarse o especializarse para dar mayor valor a su labor y así aumentar de forma significativa sus ingresos.
De lo que nunca se habla es de la plomería como el oficio técnico o profesional, en el cual se puede hacer carrera y cuya labor de brindar salud e higiene es esencial para el desarrollo de una sociedad moderna
En cambio, quienes tratamos de encontrar otras perspectivas vemos esa expresión como una reacción natural dentro de un mercado de trabajo que históricamente ha visto al plomero mexicano al nivel de un (no menos honroso) conserje, pero con la diferencia del mantenimiento general, ya que para hacer operar correcta y eficientemente los sistemas hidráulicos y sanitarios son necesarios los conocimientos teóricos que otorguen una base técnica sólida, esa base que lleva a resolver los problemas de plomería de una forma más competitiva y rápida.
Por otro lado, existe también un alto dejo de formalidad por las carencias de cultura en el control administrativo, que bien llevado generaría un sentido al arduo trabajo que implica nuestra labor; sin embargo, y de forma muy común, el establecimiento de un sistema de administración y contable es considerado como un gasto más, implicando pérdidas económicas y dejando al oficio muy lejos de cualquier nivel competitivo.
En este marco, no está de más mencionar la gran oportunidad que se ha desaprovechado por largo tiempo al no generar o respaldar iniciativas que brinden certidumbre al oficio de la plomería, pues estamos faltos de un gran proyecto que integre una formación integral y escalonada, y que potenciaría el desarrollo general del sector, que poco a poco sería replicado para generar una mayor actividad económica, en pro de la propia industria.
Con estos factores, de tantos por mencionar, podemos entonces entender el porqué está tan normalizada la baja calidad de los servicios y las instalaciones de plomería, así como la gran cantidad de fallas que derivan en molestas garantías para clientes y proveedores. Pues es que, al final del día, los plomeros no valorados, en consecuencia, se han convertido en plomeros sin valor.
Es por eso que invitamos a todos los que participamos en esta gran cadena de valor a conocer UNIHAC-APLOMEX: “La asociación de los plomeros de México”, y colaborar juntos en alcanzar una auténtica profesionalización de los servicios de plomería a nivel nacional.