Por Carlos Ayala

Durante toda la historia de la humanidad, los consejos de las personas mayores siempre han sido un faro de luz que guía a las sociedades. Suelen ser consejos cargados de experiencias vividas, con soluciones prácticas e innumerables casos de éxito, que van desde las situaciones más triviales, hasta la solución de los problemas más complejos que podemos vivir.

De esos grandes consejos tomaré uno, que he considerado de la mayor importancia para el futuro; primero, para las nuevas generaciones que están buscando oportunidades rápidas para progresar y, por supuesto, también para el futuro del noble oficio de la plomería en nuestro contexto mexicano.

Ese valioso consejo versa así: “Hijo, aunque estudies una carrera, siempre será bueno que aprendas un oficio”.

Esa especie de “opción” que brinda el razonamiento popular de forma casi profética se encuentra más vigente que nunca en nuestro país, debido a la escasa oferta de trabajo para la gran cantidad de egresados en los niveles de licenciatura, sumando también la entrada en el juego –dentro de un futuro ya no muy distante– de la automatización y el desarrollo de la inteligencia artificial, resultando en una suma de factores, que en consecuencia son generadores de desempleo, o en una baja sustancial en la competitividad de los salarios.

Y así, retomando a las fuentes de sabiduría popular: “Justo ahí donde se encuentra el problema, se crea la oportunidad”. Pues ante los cambios en la concentración demográfica que implica el desarrollo de algunas industrias, las ciudades consideradas polo se han convertido en fuente de demanda de servicios, iniciando con los servicios para las construcción y llegando hasta los servicios de mantenimiento especializado.

Ahí es donde contar con las habilidades necesarias en un oficio para un servicio esencial, como lo es nuestro querido oficio de plomeros, toma su importancia.

La industria de los servicios de plomería, como todos la hemos conocido por generaciones en nuestro país, es tradicionalmente artesanal; es decir, un oficio hecho con trabajo duro, poco método y conocimiento técnico o científico previo, limitándose sólo en aprender a hacerlo e ir a hacerlo.

Entonces, ¿qué tal le vendría inyectarle un poco de técnica y conocimiento al trabajo duro?, ¿y si conjuntamos esa idea con generar el estudio de carreras profesionales, que a su vez consistan en saber hacer?

No sé qué opinen ustedes, mis estimados lectores, pero yo sólo miro respuestas positivas a esas preguntas.

Como ya mencioné, al tratarse de un servicio esencial, el saber solucionar problemas relacionados con las instalaciones hidráulicas y sanitarias teniendo bases técnicas e incluso de operación administrativa, ofrecería tanto a los jóvenes egresados de una carrera de nivel técnico o superior afín como a la propia industria de la construcción nacional un panorama nunca antes imaginado de oportunidades.

A su vez, sería una forma de allanar el camino para que la sociedad mexicana encuentre en sus propias comunidades los beneficios de contar con profesionales capacitados en éste y los demás oficios; que garanticen un acceso equitativo al progreso de una vida moderna y con un ambiente cómodo y saludable.

Son tiempos para los jóvenes y tiempos para innovar. Por ello, en la Unión Nacional de Instaladores Hidrosanitarios (UNIHAC-APLOMEX) trabajamos en compartir esta visión, extendiendo la mano a todos los actores de la industria relacionados con las instalaciones hidráulicas y sanitarias para que juntos hagamos que este futuro hecho por plomeros profesionales sea posible.


Carlos Ayala

Carlos Ayala es Presidente de la Unión Nacional de Instaladores Hidrosanitarios, A.C. (UNIHAC) también conocida como Aplomex, organización enfocada en la reivindicación de la profesión de la plomería, en la promoción de las buenas prácticas y en la capacitación de alto nivel para sus asociados.

Contacto: [email protected]