El ingeniero Odón de Buen Rodríguez tuvo la fortuna (y el reto) de continuar el legado familiar de una manera peculiar: encaminando su carrera profesional hacia la eficiencia energética, en un país en el que poco (o nada) se había desarrollado. Durante casi dos décadas dirigiendo a la Conuee, logró darle forma a un concepto que actualmente es el eje que guía los esfuerzos mundiales.
Por Ángel Martínez / Imágenes: cortesía Odón de Buen
El pasado 18 de abril de 2023, el entonces director General de la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (Conuee), Odón de Buen Rodríguez, envió a la Secretaría de Energía y su titular, Rocío Nahle, su dimisión del cargo al frente de este organismo.
En la carta enviada se puede leer:
“Desde finales de 2018 las prioridades de la acción del gobierno cambiaron radicalmente respecto a las de los anteriores. En ese momento fui invitado a participar en una nueva Administración Federal y, en las nuevas condiciones y prioridades, y con pleno conocimiento de las mismas, acepté su invitación a acompañarla como Director General de la Conuee. Sin embargo, todo ciclo tiene su principio y fin y, al igual que las prioridades de las sociedades y de sus actores políticos, las de los individuos cambian con los años y con las circunstancias. Ese es ahora mi caso, por lo que he tomado la decisión de renunciar, con carácter de irrevocable y a partir del 1 de mayo de 2023, a la Dirección General de la Conuee”
Con la renuncia a su cargo, se cierra uno de los ciclos más prósperos para México en cuanto a eficiencia energética (si bien, en dos etapas, que contabilizan en total 18 años y medio): la concreción de 34 normas oficiales mexicanas (NOM), poner a México en el top 10 de los países con mayores programas de eficiencia energética, así como participar y representar a México en múltiples foros nacionales e internacionales, e, incluso, el que países como Cuba y Guatemala tomaran la experiencia nacional para replicar algunos programas.
Tuve conocimiento sobre el ingeniero Odón de Buen dos veces previas. En la primera, una compañera de profesión iba a tener una charla telefónica con él. Cuando la concluyó, me contó su experiencia: “sabes qué me preguntó”, me dijo, “¿Conoce usted del tema?”. “Sí, le contesté”, recordó. Era la primera entrevista que mi compañera hacía trabajando para el sector de energía.
La segunda vez lo vi al terminar un foro de energía renovable en Puebla. Con el nervio natural de la experiencia contada por mi compañera, alcancé a hacerle sólo un par de preguntas, que él contestó amablemente, cabe mencionar.
La tercera, aunque me hubiera gustado que fuera bajo otras circunstancias, es la siguiente entrevista que a manera de homenaje le hacemos al hombre que hizo posible el desarrollo de la eficiencia energética en México.
Especificar (E): ¿Quién es Odón de Buen, tanto en lo personal como en lo profesional?
Odón de Buen (OdB): Es la pregunta más difícil. Odón de Buen es una persona con suerte. Yo nací, de la parte paterna, en una familia con gran prestigio académico como profesionales, pero al mismo tiempo soy una persona que ha tenido un gran reto. La herencia que me dieron no fue en dinero, fue en prestigio, en una forma de actuar en el mundo, y eso requiere disciplina, disciplina que no tuve por mucho tiempo, pero que, a final de cuentas, lo que sí tuve fue la intención de romper los esquemas, inclusive de mi propia familia, sobre esa historia.
Las cosas han salido bien hasta ahora, me he podido ubicar como un profesionista en un tema muy particular, como lo es el de la eficiencia energética. He tenido la fortuna de que haya confianza en mi persona, hasta en el origen; al ser hijo de Odón de Buen, me abrieron las puertas en la Secretaría de Energía, eso fue hace casi 30 años.
Odón de Buen, con el tiempo, siendo hijo de un ingeniero de la industria eléctrica, se ubicó, primero, en el tema de energía renovable, para luego entrarle al tema de la eficiencia energética, con experiencias muy variadas, las cuales lo posicionan como un experto no sólo en México sino fuera de él.
“Soy una persona que ha tenido un gran reto. La herencia que me dieron no fue en dinero, fue en prestigio, en una forma de actuar en el mundo, y eso requiere disciplina, disciplina que no tuve por mucho tiempo, pero que, a final de cuentas, lo que sí tuve fue la intención de romper los esquemas, inclusive de mi propia familia, sobre esa historia”
Odón de Buen es un experto internacional en el tema de Eficiencia Energética con una perspectiva, además, única, porque en países en vías de desarrollo se han enfrentado retos y se han logrado resultados positivos.
E: ¿Cómo llega a la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía y bajo qué encomiendas comienza a actuar?
OdB: Yo llego a partir de las energías renovables. Siendo joven, tratando de definirme distinto de mi padre, me encontré con el tema de energías renovables, que me llevó a trabajar en la Universidad Nacional Autónoma de México con gente excepcional, como el doctor José Luis Fernández Zayas, quien fue mi director de tesis (mi tesis es sobre un tema de calentadores solares de agua), pero la necesidad me llevó a tener que buscar un trabajo con más ingresos.
En CFE entré al tema de ahorro de energía. Entré en 1985, estuve tres años en los que me tocó desarrollar unos análisis con relación al uso de energía en vivienda. Creo que sirvió para tener después el primer gran programa del lado de la demanda, del “otro lado” del medidor, sobre aislamiento térmico en viviendas en Mexicali.
Después, en 1988, me fui a Estados Unidos. Terminé trabajando en el Laboratorio Lawrence Berkeley, en California, en temas de Eficiencia Energética. En 1990, entré a una maestría en Energía y Recursos, donde mi tesis también trató de la eficiencia energética en vivienda en el norte de México.
Regresé a México y seguí colaborando paralelamente con el Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (Fide) y la entonces Conae, con temas de normas; con el Fide, en un proyecto de incentivos. También me tocó, estando en el Laboratorio, trabajar con la CFE y un grupo norteamericano en el diseño del programa de ILUMEX, que fue un programa muy exitoso de cambio a lámparas eficientes en Guadalajara y Monterrey. En México, a mi regreso, fui profesor en el posgrado de Ingeniería de la UNAM.
En la UNAM, un día me busca Fernando Bueno, a recomendación de Claudia Sheinbaum (quien era asesora de Bueno, quien a su vez era el secretario técnico de la Comisión Nacional para el Ahorro de Energía, Conae). Claudia me recomienda para desarrollar el Horario de Verano. Fernando Bueno me entrevista y me contrata para ser el coordinador del Horario de Verano, aunque, en menos de un mes, hay un conflicto entre el director de la CFE y el secretario de Energía, que se resuelve con que el Fide arranca el Horario de Verano. Yo me quedé, entonces, en la Conae, en una función de planeación. Más adelante, Fernando Bueno, quien era discípulo de Emilio Chuayffet, se va con éste a Gobernación.
En una reunión rara para mí, nos convocaron en la oficina de Ignacio Pichardo Pagaza, quien era el secretario de Energía en ese momento. Yo llevaba muy poco tiempo en la Conae y mi labor era hablar de manera muy general de lo que podía ser el ahorro de energía, pero resulta que en esa reunión Ignacio Pichardo reconoce la admiración hacia mi padre, y el hecho de haber colaborado con él. Me pareció extraordinario, aunque no alcanzaba a entender del todo lo que estaba pasando. Semanas después, el décimo día, del décimo mes, a las 10 de la mañana de 1995, me encarga la Conae por tres semanas.
Ese encargo duró siete años y medio, teniendo de jefes a Ignacio Pichardo, Jesús Reyes Heroles y Luis Téllez, en la administración de Ernesto Zedillo. Al cambio de Gobierno, con Vicente Fox, el secretario fue Ernesto Martens, a quien presenté mi renuncia al segundo año de esa administración.
Yo llego a la Conae por una historia propia de trabajo en el tema de Eficiencia Energética, pero también por esa ventana que me abrió mi padre, fallecido de años antes, y que era muy respetado por quien le tocó decidir quién se iba a encargar de la Conae.
Hubo algo de casualidad gracias a esa historia familiar, pero también méritos propios, que fueron los que me permitieron mantenerme en esa primera etapa de siete años y medio, y establecerme como uno de los expertos nacionales, con experiencia ejecutiva, en el desarrollo de proyectos en el tema de Eficiencia Energética.
E: Esta primera parte después tendría su continuación en 2013, ¿verdad?
OdB: Sí. Yo salgo de la Conae sin ganas de regresar al Gobierno, bajo un gobierno panista, y abro mi consultoría. Ahí también hubo tiempos buenos y tiempos malos. Era una empresa que daba consultoría, pero al mismo tiempo me contrataban para dar consultoría por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en otras partes de América Latina. Eso me permitió conocer y tener una perspectiva en el contexto de ese lado.
Es en la entrada del gobierno de Peña Nieto, en una plática con Pedro Joaquín Coldwell, en la que me termina convenciendo, y entré de nuevo a la Conuee. Ahí estuve 10 años y cuatro meses. En total, estuve casi 18 años a cargo de la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía.
E: Menciónenos qué logros obtuvo la Conuee dentro de su periodo de gestión.
OdB: Yo me referiría completito a las dos etapas. En la primera, hubo la misión del Horario de Verano, que era una misión política. ¿Cuál era mi mandato? A mí, sobre la Conae, prácticamente me dijeron “ahí te la encargo”.
Realmente, el tema de Eficiencia Energética no ha sido prioridad en todas las administraciones, sino más bien algo que se hacía porque tenía que hacerse. La Conuee, en este sentido, ha sufrido altas y bajas, con un presupuesto relativamente pequeño. Pero en ese momento, cuando yo entré por el Horario de Verano, éste tenía una importancia política. El Horario de Verano, en su momento, fue la principal medida de ahorro energético en México y tuvo su mérito.
El otro logro es quizá más importante porque es estructural; ese ya no lo podemos quitar, es el tema de las Normas Oficiales Mexicanas. A mí me tocó, en un principio, aunque ya había habido normas publicadas, trabajar en que existieran laboratorios de prueba; certificaciones; ampliar el número de normas, y al final de mi primera gestión con la Conae, tener algo que ya tuviese suficiente cuerpo, masa crítica, para que fuera algo de lo que ya no se dudara y no se desmantelara con un cambio de administración.
En la segunda etapa lo volvemos a tomar y lo avanzamos para tener al final de cuentas 34 NOM, la gran mayoría de ellas con un sistema de evaluación de la conformidad. Yo diría que el 95% con un sistema muy robusto, que asegura que estos productos o sistemas sean más eficientes.
Otro éxito durante mi gestión en la Conuee fue generar un programa orientado a la Administración Pública Federal. Cuando yo llego a la Conae, había un programa de auditorías energéticas desordenado. Logramos establecer un programa nacional, que sigue vivo, orientado a la Administración Pública Federal. Ese programa, cuando entré a la Conuee, lo ajustamos para tener un mejor funcionamiento y que, creo, sigue siendo exitoso. Inclusive, en estos últimos años, promovimos la metodología con gobiernos estatales.
El tercer éxito, ya en la etapa de la Conuee, fue la promoción de los Sistemas de Gestión de Energía, que es una una práctica internacional, además apoyada en una norma, la ISO 50001, en la cual, a través de mejorar las operaciones con una apropiación de quienes operan las instalaciones, se busca una eficiencia energética en un proceso de mejora continua. Hoy día es una práctica muy reconocida en México.
Tuvimos apoyo de la Cooperación Alemana. Supimos aprovechar la cooperación internacional para impulsar este tema con una participación muy activa de la industria. Inclusive PEMEX, con quien trabajamos desde la Conae, tiene ahora un área dedicada a los Sistemas de Gestión de Energía y está buscando certificarse por terceros en esta ISO.
Añadiría un triunfo más. Fue un programa que se había diseñado en tiempos de Calderón, que estaba orientado a mejorar el alumbrado público, con un incentivo que se daba al final del proceso, cuando ya estaba todo instalado. Este programa no había logrado proyectos, pero logramos establecernos en el mundo de los municipios como un facilitador en proyectos de eficiencia energética en alumbrados públicos. Se llegaron a apoyar cerca de 60 proyectos en municipios, que representan como 10 millones de habitantes, y lo hicimos con un equipo muy pequeñito, que estableció buena relación con las autoridades municipales. Desafortunadamente ese programa lo paró la actual administración y sólo se da asistencia técnica.
“La NOM-008, que fue de las primeras, tuvo una resistencia muy grande por parte de la AMERIC, en la parte de instaladores de sistemas de aire acondicionado. Nos tomó alrededor de siete años que hubiera una aceptación de AMERIC y de la comunidad de arquitectos, y la NOM se estableció. Pero la NOM-008 y la NOM-020 son normas que tienen que entrar en los reglamentos de construcción”
Creo que supimos aprovechar la Cooperación Internacional, aprovechar los recursos disponibles, sin que nos dieran dinero a la Conuee; simplemente era decir dónde nos interesaba que se movieran los recursos.
E: ¿Qué sector fue el más complicado de implementar programas y cómo lo resolvió?
OdB: El sector más complejo sigue siendo el sector de edificios. En México se construye como si todos viviéramos en la Ciudad de México.
La Conae y la Conuee tenían un mandato de empujar normas de envolventes en edificaciones residenciales y comerciales. La NOM-008, que fue de las primeras, tuvo una resistencia muy grande por parte de la Asociación Mexicana de Empresas del Ramo de Instalaciones para la Construcción A.C. (AMERIC), en la parte de instaladores de sistemas de aire acondicionado.
Nos tomó alrededor de siete años que hubiera una aceptación de AMERIC y de la comunidad de arquitectos, y la NOM se estableció. Pero la NOM-008 y la NOM-020 son normas que tienen que entrar en los reglamentos de construcción. La NOM-020 aparece por ahí de 2010. Tratamos de empujarla, pero nos enfrentamos con la resistencia de los desarrolladores de vivienda, y con mucha razón, porque el cumplir con la norma representaba un costo adicional.
En esos años, se buscó la participación de Hacienda para pagar ese costo que se requerían hacer y que ya no se hicieron. Es ahí donde hay cosas que hacer, en este caso trabajar con gobiernos municipales. Añadiría que lo que hemos vivido, estos últimos meses, del Cambio Climático y las altas temperaturas, simplemente refleja que los reglamentos de construcción, en México por lo menos, tienen que estar mejorando lo que se construye para que no nos cueste innecesariamente dinero, cuando es más económico desde el principio tener diseños que reduzcan las ganancias de calor, que hacen necesario el aire acondicionado.
En resumen, el tema más difícil fue el de la industria de la construcción en edificios comerciales y residenciales. Es un tema que está vivo, aunque a lo largo del tiempo se ha desarrollado una comunidad de profesionistas que ven esto como una oportunidad donde trabajar. Creo que este nuevo universo va ayudar a empujar esto a nivel de ciudades y municipios.
E: Desde su experiencia, ¿en la actualidad comprendemos el concepto de Eficiencia Energética? ¿Qué tanto hemos aprendido?
OdB: Es una pregunta filosófica que respondería así: la eficiencia energética per se no sirve para nada. La Eficiencia Energética, usar eficientemente la energía, tiene beneficios, ya que se puede tener el mismo nivel de servicios energéticos, como iluminación y confort, con un menor costo.
A nivel de Gobierno Federal, nos beneficia reduciendo el gasto en subsidios. En México, donde existe un subsidio alto al sector residencial, cada kilowatt ahorrado implica más de un peso de reducción en la factura de energía del usuario, mientras que al Gobierno Federal le ahorra una cantidad similar. En temas de alumbrado público, le ahorra al municipio. En los programas de la Conuee teníamos ahorros de hasta 40% en el consumo de energía para el alumbrado público.
También está el tema climático.
Reducir la cantidad de energía para los servicios que necesitamos, en un país que depende de combustibles fósiles, reduce nuestra huella de carbono. Aquí podría decir que uno de los logros de los que me alegró fue que el Instituto Nacional de Energía y Cambio Climático (INECC) reconoció, el año pasado, que la eficiencia energética contribuyó al 10% en la reducción de emisiones de todo el sector de energía, gracias principalmente a las NOM.
Con la eficiencia energética se beneficia la economía familiar, la economía de las empresas, la hacienda pública, la infraestructura; hay un beneficio para todos. Depende de cada gobierno qué importancia le dé a cada elemento. Esto puede variar de sexenio en sexenio, de país en país, de municipio en municipio.
Pero al final de cuentas, hay que tener casos de éxito, muestras de que es posible, porque, además, el problema del ahorro de energía es que no se ve; es decir, a los políticos les conviene ir a inaugurar un generador, o un sistema fotovoltaico, pero el ahorro de energía no es tan perceptible.
E: ¿La población común sabe qué es el ahorro energético..?
OdB: Algo que logramos hacer, que también fue un logro, fue apoyar al INEGI a tener encuestas en la vivienda para conocer no sólo qué equipos tienen, sino cómo los operan, cómo los compran, si reconocen la etiqueta amarilla de la Conuee. De acuerdo con las encuestas, la gente reconoce más la etiqueta de la Conuee que el sello FIDE, por ejemplo. Pero la gente sí está consciente, las encuestas reflejan que la gente sí está consciente del cuidado de la energía.
Creo que las más importantes labores de inducción que considero exitosas fueron las que llevaron a convencer a los grandes usuarios de energía, a PEMEX, a los municipios y a la Administración Pública Federal y Estatal a buscar y encontrar las grandes oportunidades que tienen de mejorar su eficiencia energética.
El hecho es que México tiene una posición destacable. En esta administración cayó al número 14, pero llegamos a ser el número 12 en una calificación de una ONG norteamericana como políticas públicas a la Eficiencia Energética, por encima de Brasil. En América Latina, hasta el momento, México es líder en acciones de Eficiencia Energética.
En la actualidad hay una gama amplia de programas, que diseñamos y arrancamos sin tener que ampliar presupuesto, aprovechando el apoyo internacional, que nos permitía hacer muchas cosas sin que hubiera un gasto público adicional. Eso le dio inercia hasta esta administración, que paró apoyo internacional, sin afectar, no obstante, el prestigio logrado por la Conuee.
E: ¿Cuál es el legado que le deja a la Conuee?
OdB: En primer lugar, casi todos los programas, desde la Administración Pública Federal; renovar el de municipios, que ya existía; la promoción de los Sistemas de Gestión de Energía.
Hay un bagaje muy amplio, que parte de una iniciativa personal, que se implementa a través de la Conuee y llega a tener influencia sobre los otros actores. En lo personal, he aprendido en las dos etapas que el ahorro de energía se promueve distinto, según el sujeto del programa. No es lo mismo hablar con una empresa privada grande que ir a platicar con una Pyme o un hotel. La forma de vender el ahorro de energía es distinto.
“Con la Eficiencia Energética se beneficia la economía familiar, la economía de las empresas, La hacienda pública, la infraestructura; hay un beneficio para todos. Depende de cada gobierno qué importancia le da a cada elemento”
En segundo lugar, es tener algo que ofrecer a los jefes, siempre tener algo que los hiciera sentir parte de la Conuee. Estamos hablando de un reporte a un secretario de Estado, tener los elementos que defiendan a la Conuee ante los cargos superiores, pero también ante la sociedad.
Por iniciativa mía, anualmente hacíamos nuestra evaluación de loshechos. Buscábamos, además, ya en esta segunda época, ponerle número a los ahorros que tenían que ver con los programas de la Conuee. Yo diría que hoy día la Conuee ahorra, cuando menos, 200 veces su presupuesto. Es una organización justificada plenamente por su rendimiento social, aunque no lo tengan claro las autoridades. Hemos tenido reconocimiento de la Agencia Internacional de Energía, nos han dado ese reconocimiento, inclusive ante nuestras propias autoridades y nos han promovido en el mundo para que se conozca nuestra historia.
E: ¿Se quedó con algún pendiente durante su gestión?
OdB: Hay un pendiente. Lo que refería a las edificaciones sobre las normas orientadas a las envolventes de los edificios es algo que pensé que iba a poder mover. Llegamos a tener apoyo de la Cooperación Danesa; nos metimos a Mexicali, a Tabasco, a la Ciudad de México, deseando que las normas pudieran integrarse en los reglamentos de construcción, pero no se logró. Eso está pendiente.
Hay algo también pendiente, que es, ¿hacia dónde va la Eficiencia Energética? Hoy en día se habla de ella, ya no tanto por cambio de equipos uno a uno; ahora se habla de mejora sistémica, de la integración de la tecnología de la información y comunicaciones a los edificios, a los sistemas de transporte y el alumbrado. Ahí hay un gran pendiente. Logramos hacer un programa piloto de la gestión en alumbrado público, hay un informe de proyecto, hay inclusive un guía para alcaldes, para que lo sepan ejecutar.
Es un pendiente el cómo evoluciona la Conuee ante este cambio tecnológico en temas que, además, rebasan sus facultades; saber cómo se hace colaboración con ellos. El área de Transporte también es un área con gran potencial, pero las facultades para actuar están muy dispersas, no de la Conuee, sino en varias secretarías de Estado y niveles de Gobierno. Como Conuee éramos consejeros, pero sin la posibilidad de tener una mayor influencia en la toma de decisiones y empujar una política pública integral sobre esto.
E: ¿Qué significa que su nombre esté ligado en la historia de México al tema de la Eficiencia Energética?
OdB: Me hace sentir bien. Parte de mi filosofía alrededor del tema es que sí requiere divulgación, y aquí voy a la primera pregunta. El personaje más famoso de mi familia fue un oceanógrafo español, que ahora es muy homenajeado en España. Era un hombre divulgador. Buena parte de su historia está escrita; era un hombre que educaba.
Como hablamos del legado, es parte de un legado que tengo y que forma parte de una formación de familia en donde se reconoce la importancia de dejar por escrito los hechos, que no se queden en la cabeza, que puedan ser útiles a través de esta comunicación.
Precisamente, una de las cosas cosas que estoy haciendo en las redes sociales es poder recuperar no solamente el documento, sino tratar de recuperar las narrativas alrededor de lo que fue cada experiencia, y que se capture hoy en día, porque identifico una carencia de líderes en estos temas, y esto requiere de muchos líderes.
No siento que se hayan desarrollado suficientes líderes que tengan la capacidad de empujar, a alto nivel y con visión de largo plazo, el tema de la Eficiencia Energética. Yo he tenido la suerte de tener continuidad. En la Conuee, el Maestro Israel Jáuregui, quien tomó mi lugar como responsable de la Comisión, fue mi alumno en la maestría y ha operado, con éxito, programas muy grandes. Yo estoy seguro de que él podrá llevar adelante este cambio generacional, pero hay pocos con su conocimiento y experiencia y necesitamos más. Es necesario, entonces, cuando menos tener estos documentos y que sean referencia.
E: ¿A qué se dedica ahora Odón de buen?
OdB: Mi salida, que de alguna manera ya la esperaba, lo tenía como un escenario, aunque no lo esperaba de una manera tan abrupta. Digamos que ocurrió no en mis tiempos, sino en los tiempos de una política nacional. Es un proceso de reacomodo, de dónde está uno en su vida, de dónde estoy en mi salud.
Lo que sí pienso es que estoy en una condición en la que, en lo que yo pueda opinar, lo que yo pueda decir, tiene mucho peso. En este sentido, pienso que hay un poder que no puedo soltar, que lo debo cuidar, pero sin desgastarme.
«Sigo buscando que esta posición que tiene México en eficiencia energética en el mundo se mantenga viva y siga avanzado, pero ya desde la perspectiva de un experto, de un veterano»
Ing. Odón de Buen Rodríguez
Mis hijos viven fuera de México y me gustaría verlos cuando menos dos veces al año. Me gustaría tener tiempo para pasarla con mis hijos, viajar e ir a los lugares que reflejen una historia local; poder viajar sin tener que preocuparme, porque antes no podía tomarme más de una semana de descanso. No cargarme de cosas, pero no dejar de estar aquí.
E: ¿Existiría una tercera etapa para Odón de Buen en la Conuee?
OdB: Duele pensar en esa posibilidad. Sería mejor encargarme de Odón de Buen y no de la Conuee. Creo que Odón, como personaje, puede contribuir y ayudar a la Conuee.
He decidido tomar distancia de la Conuee, pero ayudar en lo que se pueda, más cuando hay posibilidad de que la conviertan en un área más de la Sener. Sigo aceptando, entre las distintas comunidades alrededor de la Conuee, a dar mi perspectiva sobre mis temas, y sigo buscando que esta posición que tiene México en eficiencia energética en el mundo se mantenga viva y siga avanzado, pero ya desde la perspectiva de un experto, de un veterano.
Algo que me preocupa, y en lo que voy a seguir activo, es la crisis climática. Algo que me mueve, desde la posición de mi experiencia, es empujar los temas de eficiencia para tener un futuro menos aterrador de lo que se manifiesta en estos tiempos. Creo que estamos ante una situación cada vez más complicada, que requiere pensar y buscar de las experiencias que tenemos para que no tengamos un desastre como resultado de este cambio acelerado del clima. Esa es mi obsesión en los años que me quedan por aquí.