Melissa Alatorre y Sol Sánchez, ejecutivas de Fleximatic y Edwards, respectivamente, reflexionan sobre la capacidad que tienen las empresas y quienes las conforman para ser un agente de cambio y mejorar las condiciones de las colaboradoras y madres trabajadoras
Por Dulce Negrete
Melissa Alatorre es originaria de Los Mochis, Sinaloa, pero vive en Guadalajara, Jalisco, una ciudad a la que considera su segundo hogar, pues ha sido el escenario de su vida personal y laboral los últimos 10 años. Luego de haber concluido sus estudios en mercadotecnia internacional y después de varias entrevistas laborales, fue fichada como Jefa de Mercadotecnia por Fleximatic, compañía mexicana con 40 años de historia, que diseña, fabrica, comercializa e importa productos de plomería, y que actualmente está dentro del top ten del giro ferretero nacional.
“Cuando me gradué, junté mis cosas y le dije a mis padres: ‘Me voy; debo buscarme la vida en otra ciudad’. Cuando recibí la notificación por parte de Fleximatic, ¡no lo podía creer! Era mi primer empleo y asumía una jefatura de mercadotecnia en un sector completamente desconocido. Soy una persona echada para delante, nunca he dicho no puedo; soy una mujer que resuelve. He ido creando el departamento, y la empresa y sus representantes han confiado en mí. Prometí resultados y continúo esforzándome en conseguirlos. Al principio éramos tres personas, ahora somos 13”, señala.
¿Y cómo resuelves?, le pregunto.
“Ajustando, pues cada año es un desafío. El sector ferretero está vivo. Por ejemplo, a partir de la pandemia, nos hemos adaptado a las nuevas formas de compra de nuestros clientes, ofertando mayor variedad de productos, mejorando la red de distribución, migrando a un programa de automatización, servicio al cliente y ventas digitales”.
Soy una persona echada para delante, nunca he dicho no puedo; soy una mujer que resuelve. He ido creando el departamento, y la empresa y sus representantes han confiado en mí. Prometí resultados y continúo esforzándome en conseguirlos.
Melissa Alatorre, Jefa de Mercadotecnia en Fleximatic
Añade: “Todo lo anterior ha permitido agilizar nuestra capacidad de respuesta, reducir costos de operación, optimizar nuestros inventarios y mejorar la experiencia de compra de nuestros clientes. Además, tanto mis actividades como las de mi equipo, las defino desde un liderazgo inclusivo; esto es, a través de un ambiente de trabajo donde hablamos, escuchamos, valoramos las diferencias, también fomentamos la equidad”, sentencia.
Desde 2020, la compañía mexicana institucionalizó el área digital para abrir canales directos de ventas y relación con sus consumidores. “Hemos llegado directamente al plomero; además, estamos interesados en darle cabida a proyectos creados o liderados por mujeres, como el de Plomeras en Acción. Procuro realizar evaluaciones mensuales de mi equipo, encaminando sus objetivos como miembros al ámbito financiero, obviamente, sin olvidar el modo de conseguirlos, el cual incluye aprendizaje, retroalimentación para una mejora y desarrollo personal, es decir, impulso personas y promuevo sus planes de carrera siempre”, declara Alatorre.
Mucho ruido y muchas nueces
Soledad Sánchez estudió arquitectura en la Universidad Autónoma de Nuevo León, de donde es originaria. Actualmente representa a Carrier Fire & Security, empresa global que abarca diversas marcas relacionadas con la protección contra incendio, pues fabrica dispositivos, paneles, software y accesorios de seguridad. Sol, como le gusta que la llamen, específicamente se desempeña como Gerente de cuentas para Edwards, empresa fabricante creada en 1872 enfocada exclusivamente en la seguridad humana y la protección contra incendio.
Sol considera que la diversidad es fundamental para desarrollar equipos de trabajo. Indica que las empresas tienen el potencial para ser agentes de cambio. ¿Qué piensa de cómo hacerse espacio? “Le has dado al clavo”, responde alegre, porque ese tema es realmente importante para ella.
Hay cada vez más empresas que comprenden que la diversidad y la equidad transforman positivamente sus sociedades corporativas. “En Edwards lo sabemos, lo entendemos y lo ejercemos. La diversidad dirige ideas, cataliza la competitividad y la evolución de un sistema de trabajo. Las mujeres y los hombres en las organizaciones queremos progresar, estamos dispuestos a capacitarnos continuamente en diferentes temas de liderazgo, negociación con nuestros sponsors o stakeholders, lo que pedimos es ser escuchados por aquellos que toman esa decisión”.
Ahora mismo, la célula que se ha creado en el equipo de trabajo de Sol alberga a personas en diferentes latitudes del continente americano, como Brasil, Estados Unidos, México, Colombia, Chile y Argentina todos conectados con la finalidad de colocar la marca que representan.
Para la ejecutiva de Edwards, sumar a más mujeres a puestos de mayor jerarquía implica medir e identificar su desempeño en los diferentes niveles para entender, por ejemplo, dónde podría perderse su talento; desarrollar protocolos para evitar la violencia, el acoso, así como saber qué hacer en caso de que ocurra y continuar levantando la mano, solicitando una oportunidad.
“Como ha dicho una colega mía, debemos gritar lo que estamos dispuestas a demostrar como profesionistas. Yo me emociono mucho cuando escucho a una presidenta, directora o CEO: me inspira a llegar a ser como ella. Para seguir haciendo ruido y cosechando éxito, debemos promover la educación, la formación y el desarrollo profesional empresarial de las mujeres; debemos abrir paso, si no lo hay”, propone Sánchez.
Yo me emociono mucho cuando escucho a una presidenta, directora o CEO: me inspira a llegar a ser como ella. Para seguir haciendo ruido y cosechando éxito, debemos promover la educación, la formación y el desarrollo profesional empresarial de las mujeres; debemos abrir paso, si no lo hay»
Soledad Sánchez, Representante de Carrier Fire & Security
Sol toma iniciativa y abandera causas con acciones concretas. Participa activamente en el Consejo Nacional de Protección Contra Incendios, una organización social que abarca a los mayores fabricantes de sistemas contra incendio con relaciones comerciales en México. Sol fue postulada para convertirse en Evaluadora en Diseño de Sistemas de Alarma, Detección de Incendio y Notificaciones de Emergencia (CEDACI).
¿Por qué es importante abanderar dicha causa? Sol me sonríe y me explica que el CEDACI evalúa las competencias, habilidades, destrezas, conocimientos y comportamientos de un diseñador de alarma y notificación; es una prueba que demuestra que sabe hacer su trabajo con la calidad que se requiere, que identifica y domina en gran medida la normativa, los códigos y estándares que rigen su expertise tanto nacionales como internacionales, además es capaz de aplicarla según su desempeño en el campo.
“Nosotros trabajamos para una industria que tiene la consigna de ser altamente sofisticada, donde la inventiva no se limita a los productos, también se expande a la manera como conducimos nuestras operaciones y estrategias de comercialización. Por lo tanto, nuestro compromiso, nuestra misión de salvar vidas y proteger propiedades se fusiona con el objetivo de asegurar la continuidad de los negocios. Estamos en constante evolución para cumplir con estas valiosas responsabilidades”, describe.
“A mí me gusta brillar, me gusta estar al centro de la conversación. Desde que ingresé a Edwards he tenido como propósito que mi trabajo haga eco, no sólo con la colocación de nuestros productos probados y listados por grandes compañías aseguradoras y laboratorios certificados en los grandes proyectos en México. Estoy aquí porque quiero que la encomienda de salvar vidas y proteger propiedades trascienda desde mi posición como mujer ejecutiva al formar parte de iniciativas como CEDACI, para que más mujeres sepan que aquí hay espacio para que hagan carrera”, comenta Sol.
Hace poco, recuerda, “fui a una presentación de la Society of Fire Protection Engineers (SFPE), en el marco de la SFPE Annual Conference & Expo en Washington DC. Recibí el premio CHAPTER EXCELLENCE GOLD, el cual destaca la contribución del capítulo México y sus miembros a la sociedad. Varias personas se acercaron a decirme: ‘.Gracias, estás gritando el nombre de México, estás diciendo que las mujeres están activas!’ ¿Sabes lo que eso significo para mí? Fue una emoción que aún recuerdo y se me enchina la piel”.
Maternidad laboral
“Soy nueva mamá, soy una mujer diferente a partir de la llegada de mi hijo. Ahora me doy cuenta del trabajo que hace falta para mejorar las condiciones de nosotras las madres trabajadoras en los sectores industriales y comerciales en México”, señala Melissa Alatorre.
Si bien su experiencia como mamá trabajadora ha sido buena, debido al apoyo que ha recibido por parte de sus familiares, así como de su equipo de trabajo y sus superiores en Fleximatic, “volver a la rutina después de dar a luz es muy duro. Te partes moralmente cuando ocurre el primer día, la primera semana, el primer mes…es muy difícil. Hoy veo a mis compañeras madres trabajadoras, ¡son admirables! Creo que en México tenemos una cuenta pendiente que resolver entre las sociedades corporativas y las mujeres madres trabajadoras”.
¿Cómo se conjugan, entonces, la vida laboral y la personal? “Como dice Melissa, yo también voy ajustando”, responde Sol entre risas. “Me organizo, puesto que así de desafiante es la vida de una madre trabajadora. Es una condición necesaria establecer rutinas y horarios, me sirve para mantenerme enfocada, productiva. Aunque a veces los planes cambian, saber que tengo un itinerario, unas metas al final de la semana tanto en lo laboral como en lo personal me dan mayor margen de maniobra cuando tengo que ajustar”.
De acuerdo con el Instituto Nacional de las Mujeres (INM), su participación en el mercado laboral disminuye conforme aumenta su número de hijos: 4 de cada 10 mujeres de 25 a 49 años que forman parte de hogares con hijas e hijos menores de tres años desempeñan una actividad económica en el mercado laboral (40.9%); cifra que es de 7 de cada 10 mujeres cuando éstas viven en hogares sin hijas o hijos (68.2%). En el caso de los hombres, tales diferencias son mínimas (97.9% y 94.3%, respectivamente).
¿Qué piden las mujeres madres trabajadoras?
Alatorre sonríe y afirma “empatía, horarios flexibles, oferta econ.mica segura; reconocer que seguimos siendo parte de la empresa”.
Al apoyar la flexibilidad de las madres que trabajan se abre una puerta para apoyar la flexibilidad de todos, asegura, “porque si bien no todos tienen hijos, todos tienen una vida personal y prioridades, además del trabajo. Todos somos susceptibles a tener que cuidar o velar por la seguridad de alguien más en algún momento. Al respetar los límites de horario de una madre o de un padre que trabaja, se obliga también a respetar los límites de una persona sin hijos. Así que entonces podemos confirmar que el respaldo a otras mujeres siendo mujeres y siendo hombres es súper importante, no sílo por ‘humanidad’, sino porque abona a que nuestro género gane espacios ejecutivos y se modifiquen prácticas laborales que son obsoletas e incluso dañinas para todos”.
En una ocasión, Melissa Alatorre le preguntó a una colega que tiene hijos adolescentes cómo los había criado. Ella le respondió que cuando uno de ellos se enfermaba, le dejaba el medicamento en la mesa y le indicaba en una nota cada cuánto debía tomar tanto su temperatura como su medicamento. Ella, por su parte, entre reunión y reunión, entre presentación y presentación le llamaba para saber cómo estaba. “¿Imagínate el sentir como mamá?”, subraya.
El INM expresa que, del total de las madres ocupadas en el mercado laboral, 64% son trabajadoras subordinadas y remuneradas, 26.6% trabajan por cuenta propia, 6.6% no tiene remuneración y sólo 2.8% se desempeña como empleadora. Respecto al número de horas trabajadas, 37.8% labora menos de 35 horas semanales (jornada parcial), a diferencia de las mujeres sin hijos, en que 30.5% cubre una jornada laboral parcial. Además, 8 de cada 10 mujeres ocupadas con al menos un hijo (80.6%), carece de acceso a servicios de guardería.
“Yo hoy batallo porque no he hallado a una persona para poder confiarle a mi pequeño, y aunque él va a la guardería, cuando tiene algún evento y se recorre su salida, debo resolver. Es un vaivén de emociones. A veces las mujeres crecemos a nuestros hijos a costa de la mirada indiferente de los tomadores de decisión de una compañía, del gobierno y de los círculos que integran la sociedad”, señala Alatorre.
Añade que para poder mejorar las condiciones de las madres trabajadoras, las acciones dependen en gran medida de aquellas personas en puestos de poder, aquellas que definen las metas y garantías de una compañía.
“Es importante reconocer que las madres trabajadoras siguen siendo parte de la empresa y no excluirlas de las promociones laborales. Asimismo, crear un ambiente de trabajo mucho más justo o al menos no tóxico: no sólo es responsabilidad de los que están en la Presidencia o la alta Dirección, sino de aquellos que colaboran hombro a hombro cotidianamente”.
“La maternidad es un desafío inherente”, asegura Soledad Sánchez, “es una verdadera escuela que me ha impulsado a alcanzar mayores niveles de éxito, a desear superarme cada día. Anhelo que mi hija me vea no sólo existir, sino también prosperar, para que así ella tenga el mismo impulso para perseguir sus propios sueños y crecer como persona. Además, trabajo en un entrono que me brinda felicidad, donde valoran mi contribución y reconocen mis logros. A nivel personal, mi familia me respalda, me anima a seguir desarrollándome profesionalmente y me brinda la seguridad que necesito para avanzar con confianza”, celebra Sol.
Anhelo que mi hija me vea no sólo existir, sino también prosperar, para que así ella tenga el mismo impulso para perseguir sus propios sueños y crecer como persona
“Confío en que el logro y la satisfacción que experimento en mi vida laboral y personal puedan servir de modelo y estímulo para otras mujeres que enfrentan desafíos similares”, señala la ejecutiva de Edwards.
“Como madre trabajadora, entiendo la importancia de contar con políticas y apoyos que faciliten el equilibrio entre las responsabilidades familiares y profesionales. Es fundamental que todas las mujeres tengan acceso a oportunidades de crecimiento y desarrollo, tanto en el ámbito laboral como en el personal. Al hacerlo, no sólo fortaleceremos a las mujeres individualmente, sino que también enriqueceremos nuestras comunidades y sociedades en general.
Ser una madre trabajadora, concluye Alatorre, es un reto para quien decide, en el mejor de los casos, serlo. “Las mujeres y los hombres que deseen dar este paso deben informarse, deben estudiar para saber a qué se van a enfrentar, porque implicará un esfuerzo constante. Ser madre en el ámbito corporativo, ser esposa, ser una trabajadora es como llegar a ser un atleta de alto rendimiento: sabes que para conseguirlo tienes que desarrollar aptitudes, así que entrenas, te preparas hasta consumar logros, incluso conquistas récords; pierdes, aprendes y te ajustas permanentemente, pero para mantenerte en el ranking es sine qua non seguir adelante”.