
Un conjunto de contratistas de Estados Unidos y México se unió para donar tanto la instalación como el equipo de climatización que requería un campamento juvenil de verano en Piedras Negras
Por Christopher García / Imágenes: cortesía RLS
Alrededor de las 5 am del sábado 14 de septiembre de 2024, Zac DesJardins, contratista originario de Tennessee, abordaba su camioneta en plena oscuridad para dirigirse a México. El objetivo: la instalación de un sistema de climatización de cuatro vías para el campamento religioso Vida Nueva en Coahuila.
Al mismo tiempo, César Morales, contratista de la Ciudad de México, se encaminaba en un viaje similar hacia el norte del país, para encontrarse en Piedras Negras con DesJardins y un par de contratistas más.
A César lo acompañaban su esposa Azul y dos miembros de su equipo de trabajo, mientras que Zac recogería en el camino a Ben Poole y su asistente Efrén, ambos de HVAC Tactical, para en conjunto encargarse del proyecto en cuestión.
Cerca de 16 horas después, tras miles de kilómetros recorridos, los dos equipos se encontraron en las instalaciones del Colegio Antonio Medina Grona, organización a la que pertenece el complejo Vida Nueva. En este lugar, se sumaron cuatro personas, pertenecientes al equipo de mantenimiento y operaciones del Colegio, quienes apoyarían de igual manera en la instalación y aprenderían sobre la tecnología que estaba por instalarse.

La llegada de ambos grupos de contratistas al lugar para llevar a cabo el proyecto fue resultado de una iniciativa en la que Zac DesJardins había venido trabajando desde hace algunos años. Trade Grind es el nombre de la iniciativa y su objetivo, bastante simple: “el trabajo con propósito”.
Desjardins ha sido propietario de un negocio de instalación y servicio a equipos de climatización, aire acondicionado y calefacción, también en Tennessee, desde hace años, pero tenía en mente la creación de un proyecto que le permitiera retribuir a la sociedad a través de sus conocimientos en este tipo de soluciones. Así nació Trade Grind.
Mientras Zac buscaba la mejor manera de echar a andar su idea, el caso de Vida Nueva se le cruzó en el camino. Un amigo suyo le contó que su hermano estaba a cargo de las instalaciones de un ministerio juvenil en México, pero el lugar donde realizan los campamentos de verano no contaba con sistemas de climatización, lo cual resultaba un gran problema dado el calor sofocante que suele alcanzarse en verano en Piedras Negras, Coahuila. Un obstáculo adicional era que la organización no contaba con los recursos económicos para instalar el sistema que requerían.
Luego de escuchar la historia, DesJardins supo que el proyecto era perfecto para el lanzamiento de Trade Grind. Su plan inicial era encargarse él mismo del suministro del equipo y de todo el material necesario para la instalación. Pero conforme fue compartiendo su propósito con las marcas que habitualmente compra, cada una fue sumándose a la causa.
Las empresas RLS, GE Air & Water Solutions, Diversitech, Viper, Tru Tec Tools y Linesets, inc., contribuyeron cada una con equipo, productos y herramientas para hacer posible el proyecto, que le tomó aproximadamente dos días al equipo de trabajo ejecutar.
César Morales se sumó a la causa cuando escuchó que el proyecto finalmente se llevaría a cabo. Él y Zac se habían conocido durante la AHR Expo de Chicago y de inmediato notaron que compartían la visión de trabajar con propósito. El día previo a su viaje hacia Coahuila, Zac se lo dijo a César, quien de inmediato respondió: “Yo también voy”.

Todos los caminos llevan a Roma
Al día siguiente de su llegada a Piedras Negras, el equipo conformado por una decena de especialistas en instalación e equipos de climatización de distintas latitudes de México y Estados Unidos, acudió al campamento de verano. Previo a su llegada, DesJardins había sostenido algunas llamadas con los encargados del lugar y recibido fotografías del espacio por intervenir, lo cual le permitió calcular las necesidades térmicas.
El proyecto incluyó la instalación de un sistema de climatización de cuatro vías sin ductos, en uno de los edificios más grandes del complejo. El edificio original era una especie de bodega, que fue transformada para adaptar cuatro habitaciones independientes.
El sistema, donado por la marca GE Air & Water Solutions, constó de una unidad condensadora exterior y cuatro unidades interiores de instalación en muro.
Si bien el campamento Vida Nueva cuenta con siete edificios en total, el espacio intervenido representa sólo la primera etapa del proyecto. El objetivo de DesJardins y Trade Grind es encargarse del resto de los edificios en el futuro cercano.
“En esta fase del proyecto, solamente nos enfocamos en uno de ellos, uno de los más grandes. Se trataba básicamente de lo que solía ser una tienda, un cuarto enorme y abierto. Los dueños del proyecto se encargaron de transformarlo en cuatro habitaciones independientes, y más tarde nosotros nos encargamos de instalar un sistema sin ductos de cuatro vías”, explica DesJardins.
Debido a que se trata de un sistema sin ductos, continúa, teníamos que usar conexiones abocinadas tanto para las unidades interiores como para las exteriores. “Para la instalación recurrimos a las conexiones prensadas de RLS, que permiten hacer el trabajo sin problema y con mucha más rapidez”. Estas conexiones también fueron donadas por RLS.
Durante el primer día de trabajo, tras descargar todos los materiales y las herramientas necesarias, el equipo se dedicó a marcar entradas y salidas de tuberías, a realizar las perforaciones pertinentes, instalar parte de las canalizaciones necesarias para extraer la condensación de las tuberías y colocar las cuatro unidades interiores.
Durante el segundo día, el equipo llevó a cabo el cableado de las unidades, la instalación de la unidad condensadora, el resto de la canalización para el desagüe de condensados y las primeras pruebas de operación. En total, la instalación de todo el sistema tomó alrededor de día y medio.

En el proceso, tanto Ben Poole como DesJardins se tomaron el tiempo para mostrar a César Morales y su equipo de trabajo cómo utilizar la herramienta de prensado y las conexiones de RLS, una tecnología que hasta el momento era nueva para ellos.
La cereza del pastel
Durante el tercer y último día del proyecto, los contratistas y sus equipos de trabajo regresaron al campamento para verificar que los equipos funcionaran adecuadamente y que no hubiera fugas en las charolas de condensados o cualquier desperfecto que derivara en malos funcionamientos.
De igual modo, se realizaron pruebas termográficas para constatar que los equipos estuvieran enfriando correctamente y se capacitó al equipo a cargo de la operación y mantenimiento de los equipos, sobre la manera adecuada de limpiarlos, realizar pruebas tras cierto tiempo o resolver problemas frecuentes.
Para DesJardins, Poole, Morales y el resto de personas que participaron en el proyecto, fue una experiencia sumamente enriquecedora, pues además de poder retribuir a la sociedad con un sistema que será benéfico para cientos de niños y jóvenes que participan en los campamentos de verano de la institución, fortalecieron los lazos entre contratistas de ambas naciones para futuros trabajos conjuntos.

Antes de partir, Zac tenía una última misión por cumplir: entregar a César un conjunto de herramientas que le solicitó para su negocio, las cuales no son fáciles de conseguir en México. DesJardins accedió sin dudar a obtener las herramientas que Morales le pidió como favor especial.
Lo que César no supo sino hasta el momento de la entrega fue que el equipo de Tru Tech Tools, a quienes DesJardins acudió para comprar las herramientas solicitadas por César, decidieron donar más de la mitad de lo que el contratista mexicano estaba buscando.

El resto de la lista corrió por cuenta del propio DesJardins, quien decidió obsequiárselas como agradecimiento por su contribución y dedicación al proyecto. Como detalle final, el equipo de RLS también envió al contratista mexicano un set completo de herramientas para conexiones prensadas, que incluye prensadora inalámbrica, mordazas intercambiables y accesorios.
“César y su esposa Azul me dijeron que querían ayudar tan pronto como supieron que veníamos a Piedras Negras a realizar el proyecto. Para ellos fue un viaje de más de 16 horas hasta el lugar y en ningún momento tuvieron inconveniente en realizarlo. Por esa razón quise sorprenderlos al entregarles las herramientas y decirles que no tenían que pagar un centavo por ellas”.