En noviembre pasado, el ingeniero Darío Ibargüengoitia, presidente de IBALCA Consultoría Ambiental, recurrió a la trama de un filme como apertura de una conferencia ofrecida ante un público multidisciplinario. En la película en cuestión, un edificio se ve envuelto en un incendio que resulta imposible sofocar, debido a que el único capacitado para operar el sistema contra incendio se encuentra ausente.
Por absurdo que parezca, esta trama cinematográfica ejemplifica con cierta similitud la situación del mercado nacional, ya que la cantidad de profesionales capacitados para diseñar e instalar sistemas de protección contra incendios es ínfima, al tiempo que se carece de organismos que validen su conocimiento y normativas que vigilen la instalación cabal de los equipos.
Horacio Fájer Cardona, director General de KDM Fire Systems, sostiene que entender cuál es el estado de la cuestión respecto al sector de sistemas contra incendio nacional significa, por principio, contemplar factores como la disponibilidad de información estructurada sobre la cantidad, frecuencia y tipo de eventos de incendio y explosión: «En México, en general, no se tiene una base de datos sobre este tema, ni por estado ni por ciudad. Sólo eventualmente algunos cuerpos de bomberos lo tienen de manera estructural y confiable, dado que los conatos de incendio y los mitigados por las empresas no se reportan, por lo que, en realidad, sólo se cuenta con información fragmentada de origen gubernamental y de las instituciones de seguros».
Por ello, asegura que con este contexto es difícil rastrear el estado actual y el impacto de las acciones normativas, pero, sobre todo, impactar en la conciencia y la cultura de seguridad en los usuarios. ·Se carece de leyes, reglamentos y normas congruentes, y no hay un cuerpo regulatorio ordenado y estructurado que reconozca los riesgos y las maneras de atenderlos. Cada municipio, por ejemplo, genera reglamentos bajo sus propios criterios y luego existen acciones a nivel federal, como la NOM-002, que no se entiende».
Por otra parte, reconoce que las NOM disponibles tienen un enfoque principalmente comercial para el sector de extintores, que una preocupación real por que cada extintor cumpla con la función esperada. «No se normó para asegurar al usuario sino para promover un mercado», acusa.
El resultado es que no existen ni profesionales certificados y reconocidos en México ni autoridades en la materia de contra incendio, por lo que no se reconoce una figura técnicamente validada para certificar la razón de los eventos de incendio y para generar un colegio reconocido que genere una normativa congruente. «Se necesita profesionalizar a nivel especialidad la seguridad contra incendio y de ahí derramar capacitación y certificaciones tanto para usuarios como diseñadores de soluciones; en esto estamos aún en pañales», lamenta.
Complejidades. Los desarrollos mixtos no se encuenran bien contemplados en la regulación, lo que deja sin resolver los riesgos que podrían generar las ocupaciones comerciales a los usuarios habitacionales
KDM Fire Systems es una empresa que ha jugado un papel relevante desde que era Kidde, y ahora también con la preocupación de generar un marco normativo en el país que llegue al usuario final, privilegiando proteger la vida y luego los activos. En entrevista, Fájer Cardona refiere con precisión las áreas de oportunidad que pueden aprovecharse para consolidar un sector bien estructurado, donde la cultura de la seguridad privilegie «salvaguardar la vida, luego los activos».
Especificar (E): ¿Cuál es la situación de los sectores industrial, comercial y casa habitación en el país a este respecto?
Horacio Fájer Cardona (HFC): A nivel industrial, se ha avanzado mucho en términos de regulación, en gran medida por la NOM-002-STPS de combate de incendios en centros de trabajo y otras específicas de cada sector. También, ha coadyuvado el hecho de que las empresas triple A utilicen seguros regidos por estándares internacionales, así como que sus diseños y especificaciones consideren están- dares normativos, como NFPA o ISO. Todo esto ha hecho que los ofertantes de espacio industrial y los usuarios converjan en una mejora sustantiva en cuanto a la atención de riesgo de incendio y explosión en las ocupaciones de tipo industrial; no obstante, aún falta mucho por hacer en la pequeña y mediana empresa.
Cada sector industrial presenta un nivel diferenciado de avance y es necesaria la correcta comunicación de acciones de prevención y análisis de riesgo entre los actores totales: el industrial y las autoridades competentes. No es lo mismo el sector energético, que el automotriz, que el farmacéutico o el de alimentos, aunque en general las empresas de capital extranjero tienden a cumplir con lo que se les requiere.
A nivel de uso comercial y mixtos, realmente se tiene muy poco entendimiento en nuestro país de cómo estructurar el análisis de riesgo de este tipo de situaciones; por ejemplo, un edificio de usos múltiples que tenga plaza comercial en condominio y departamentos habitacionales no está bien contemplado en ninguna regulación: o satisface las licencias particulares municipales y federales de operación comercial, o satisface a Protección Civil, o satisface a la NOM-002, pero no resuelve los riesgos que estas ocupaciones comerciales puedan generar en las ocupaciones habitacionales, estas lagunas que se resuelven en función de gastar menos y no de mitigar riesgos potenciales.
En el sector habitacional es en donde falta más cultura, normativa y verificación de cumplimiento; iniciando por entender los riesgos domésticos, lo que implican y cómo prevenir o mitigarlos. Cada año hay miles de accidentes por árboles de navidad, luces o mitigación del frío, pero no logramos promover el uso de detectores de monóxido de carbono y gas. Educación y cultura, vinculado con programas de uso de estas herramientas, podrían generar una reducción importante de accidentes; esta educación debería iniciar en la casa y la escuela de manera que se inculque y se forme una conciencia de atención a los riesgos potenciales y se conozca la manera de resolverlos. Aún mucho camino por andar, siendo responsabilidad compartida de los actores de la industria ver por esto.
E: ¿En cuál de estas tres áreas es en la que mayor participación tienen y cuál tiene mayor precaución a la hora de realizar un proyecto?
HFC: Participamos fuertemente tanto en el sector energético e industrial y algo más en el comercial, pero casi siempre con empresas llamadas triple A o de capital extranjero. La industria extranjera normalmente usa criterios de ingeniería de riesgos mucho más internacionales y apegado a normas de ese tipo, entendiendo la inversión y el costo-beneficio que hacen. Más que ser por tipo de industria de sector: industrial o comercial, es por el origen del capital y las reglas de gestión de riesgos por lo que invierten o no en seguridad contra incendio.
E: En el panorama nacional, ¿cuál es la tasa de incendios y qué tanto puede reducir su estadística un óptimo sistema?
HFC: En México, no existe manera de tener información confiable sobre este tema, la asociación de seguros AMIS cuenta con información, pero sólo es respecto de las empresas que cuentan con póliza de seguro: ahí se menciona que de 2010 a 2013, en el país se registraron 7 mil 250 incendios, los cuales habían significado 489 millones de dólares.
El ingeniero Horacio Fájer señala que las NOM disponibles tienen un enfoque principalmente comercial para el sector de extintores, que una preocupación real por que cada extintor cumpla con la función esperada. No se normó para asegurar al usuario sino para promover un mercado
Podríamos decir que el esfuerzo hecho por los asegurados de contar con sistemas fijos ha resultado en menos accidentes, pero en realidad no sabemos cuántos implementaron qué medida y cuántos es por pura suerte. La tendencia parece decirnos que sí ha mejorado, siempre que el número de asegurados se mantuviera al menos constante o aumentara, dato que al menos nosotros no tenemos, así que tampoco es concluyente.
Los datos de la NFPA y de otras fuentes en Estados Unidos manifiestan, contundentemente, que la instalación de sistemas fijos de seguridad contra incendio reduce significativamente la pérdida de vidas y el impacto en los activos. A nivel industrial, una nave con rociadores automáticos compra tiempo de evacuación al mismo tiempo que reduce daños. Casi 90 % de las veces el conato es mitigado satisfactoriamente, siempre que el diseño se corresponda con el riesgo y la instalación se haga por profesionales.
Por otro lado, las diferentes industrias tienen diversos procesos con sus respectivos niveles de riesgo. Una turbina de generación eléctrica a gas lleva una solución específica, cuya parte de alarma también salva la vida de las personas en la mayoría de los eventos. En plataformas petroleras hay evidencia de comprar el suficiente tiempo de evacuación siempre que los sistemas de gas y fuego estén ciento por ciento operativos. La verdad es que no hay duda de la eficacia de estas soluciones; es difícil generalizar un porcentaje. La clave para que funcionen es diseñar bien, normativamente, instalar muy bien y mantener la solución en el tiempo.
E: ¿Cuáles son los mayores requisitos que se les piden a la hora de proyectar un servicio?
HFC: Respecto al diseño de las soluciones lo que se pide es identificar los riesgos de la operación o del proyecto en cuestión, diseñar las soluciones funcionales correctas y cumplir con la normativa aplicable a cada riesgo identificado, verificarlo con la aseguradora específica, una vez que se acuerda la ingeniería para construcción. Los requisitos son entregar en tiempo, presupuesto y especificación cada proyecto. Cuando se tienen múltiples proyectos de gran tamaño, la capacidad financiera se convierte en un tema muy relevante para satisfacer todas las condiciones mencionadas.
E: ¿Cuál consideran que es el principal objetivo por parte de los inversionistas: la salvación de bienes o la seguridad física?
HFC: Quiero pensar siempre, como lo tenemos claro los miembros de NFPA, que lo primero es salvaguardar la vida y luego los activos. Nuestra misión así lo demanda y hasta ahora nuestros clientes coinciden con nosotros en este punto.
E: ¿Cuáles son las tecnologías que más les solicitan y por qué?
HFC: Lo más común en sistemas son los de detección y alarma, que buscan la evacuación y el paro de operaciones de riesgo; es una solución sugerida o solicitada por la NOM-002-STPS-2012 y relativamente económica para todo tipo de industria y comercio (no contamos los extintores porque son equipo obligatorio por licencia de operación en todas las municipalidades). Luego los rociadores automáticos de agua que, en hoteles, centros comerciales y naves industriales, son prácticamente un seguro de preservación de vida y propiedad. Después tenemos los sistemas de supresión con agentes limpios (FM-200 o Novec o Argón) en el caso de centros de datos y telecomunicaciones, gases que no dañan la vida y preservan los activos. Las aplicaciones a riesgos especiales como los sistemas de bióxido de carbono a baja presión se usan para turbinas de generación eléctrica, turbocompresores y otras turbo-máquinas aplicadas a diferentes procesos. Finalmente, aplicaciones sofisticadas de espumas y sistemas para mitigar riesgo de explosión, como el que se da en harineras, cementeras y manejo de polvos metálicos, como integradores de soluciones, quizá somos de los pocos que entendemos la mayoría de los riesgos y el sistema adecuado para mitigarlo.
E: ¿Qué normas y estándares de calidad rigen al sector, y qué tan actualizados están?, ¿podría decir que cumplen con las demandas actuales por parte de los usuarios e inversionistas?
HFC: En México hay poca normativa oficial: la NOM-002-STPS-2012 para centros de trabajo y varias aplicables a sectores o a procesos específicos, como por ejemplo las aplicables a Pemex y CFE en sus normas de referencia, todas en revisión.
Las empresas norteamericanas y extranjeras buscan que sus proyectos y sistemas satisfagan la NFPA, que es una estructura ordenada y muy completa de guías normativas para infinidad de edificaciones y procesos
Las empresas norteamericanas y extranjeras buscan que sus proyectos y sistemas satisfagan la NFPA, que es una estructura ordenada y muy completa de guías normativas para infinidad de edificaciones y procesos. ISO cuenta con su set semejante. Ambas incluyen desde el análisis de riesgo, el diseño y aplicación correcta de soluciones, su correcta instalación y puesta en marcha, así como su mantenimiento (también las guías de Global Risk y Factory Mutual son utilizadas como guías normativas en este segmento). Estos cuerpos normativos satisfacen la mayoría de los riesgos identificados en edificios y procesos.
E: En casos como el de la explosión en el mercado de cohetes de Tultepec, ¿qué tanto faltó y qué tanto se hubiera prevenido una tragedia como ésta con un óptimo sistema de contra incendio?
HFC: No puede haber una respuesta lineal, es decir, no hay una causa única por la que esto sucedió; las múltiples causas deben atenderse para evitar este tipo de tragedias. La pólvora y los metales que colorean la pirotecnia están catalogados como substancias más peligrosas, razón por la que se requiere un permiso del Ejército para su manipulación. En este caso, el hecho de que sea un medio de vida, histórico de muchas personas, generó una especie de permiso masivo, sin atender al riesgo real de las substancias. No se aplicaron normas internacionales, ni tampoco se estudió de manera integral siquiera para decidir si había que cerrar este tipo de lugares y generar medios de subsistencia diferentes a la población afectada.
La alternativa es generar verdaderos polvorines bajo normas y controles internacionales generando un fideicomiso que pague en el tiempo la inversión en ello. No es una respuesta fácil, pero estoy seguro de que algunos elementos hemos brindado en esta: es una suma de sistemas, armonizados con normas especiales e involucramiento de las autoridades y usuarios, todos con voluntad de generar la mejor solución. La única manera de evitar una vez más esto es buscando esta suma de soluciones.
E: Frente a otros países, ¿cómo se percibe el sector de la seguridad contra incendio, cuáles son sus ventajas y cuáles sus desventajas?
HFC: Según el MicroMarket monitor, en un estudio de 2014, el mercado mexicano de contra incendio tenía un tamaño, a valores de esa época, cercano a 1.1 billones de dólares, con un CAGR de 10 % por los próximos cinco años, siendo los segmentos de mayor dinámica el sector energía, manufactura y comercial. Se espera que se siga un proceso de mayor regulación y normalización, lo que hará que crezca el mercado; pero también se espera que la corrupción genere un mercado distorsionado que no capitalice ciento por ciento las tecnologías disponibles y los medios puestos, como el centro de tecnología de Honeywell.
Está en los actores del mercado procurar que esta oportunidad de gestionar la cultura de seguridad, mediante reglas claras y tecnologías de primer nivel, se amalgamen en una suerte de solución para beneficio de usuarios finales y dueños de activos.
La tecnología podría usarse después para gestionar los datos que ella misma genere y mejorar las soluciones, su mantenimiento o alternativas de comunicación con otras áreas de las operaciones de las empresas, en este nuevo momento del Internet de las Cosas.