Cada verano, el consumo de electricidad en México aumenta 30 %, conforme los hogares y negocios encienden sus equipos de aire acondicionado, asegura el reporte Impacto Energético de la Climatización en México y Estrategias de Mitigación, desarrollado por investigadores del Lawrence Berkeley National Laboratory (LNBL), la U.C. Berkeley y el Instituto de Energías Renovables de la UNAM para a Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés).
De acuerdo con el estudio, esto representó una demanda de 22.6 TWh en 2015, equivalente a 9 % de la electricidad generada dicho año, que en términos económicos significó un gasto de 77 billones de pesos. Cuando menos la mitad de este monto es absorbido por los subsidios gubernamentales, sostiene el estudio, haciendo que la climatización sea un asunto de principal importancia para la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Los autores del reporte señalan que si bien el consumo eléctrico para fines de climatización en México ya es alto, se espera que crezca desproporcionadamente durante los próximos 15 a 35 años, lo que debe ser considerado en los planes energéticos del país y en las estrategias de implementación de la Ley de Transición Energética.
Cada verano, el consumo de electricidad en México aumenta 30 %, conforme los hogares y negocios encienden sus equipos de aire acondicionado, asegura el reporte Impacto Energético de la Climatización en México y Estrategias de Mitigación, desarrollado por investigadores del Lawrence Berkeley National Laboratory (LNBL), la U.C. Berkeley y el Instituto de Energías Renovables de la UNAM para a Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés).
Según el estudio, en 2015 la demanda eléctrica para climatización fue de 22.6 TWh, lo que significó un gasto total de 77 billones de pesos
De acuerdo con el estudio, esto representó una demanda de 22.6 TWh en 2015, equivalente a 9 % de la electricidad generada dicho año, que en términos económicos significó un gasto de 77 billones de pesos. Cuando menos la mitad de este monto es absorbido por los subsidios gubernamentales, sostiene el estudio, haciendo que la climatización sea un asunto de principal importancia para la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Los autores del reporte señalan que si bien el consumo eléctrico para fines de climatización en México ya es alto, se espera que crezca desproporcionadamente durante los próximos 15 a 35 años, lo que debe ser considerado en los planes energéticos del país y en las estrategias de implementación de la Ley de Transición Energética.
Los hallazgos del estudio fueron presentados durante la Cumbre sobre Necesidades y Oportunidades en la Investigación del Impacto Energético del Uso de la Climatización en México, que se llevó a cabo a mediados de febrero en la Casa de la Universidad de California en México.
Durante dos días, representantes de instituciones de gobierno (Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía; Secretaría de Energía; Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales), asociaciones nacionales (ASHRAE Capítulo Ciudad de México y Capítulo Monterrey; Asociación Nacional de Fabricantes de Aparatos Domésticos) organismos internacionales (USAID, LBNL, el American Heating and Refrigeration Institute) y de empresas fabricantes de equipos y componentes de aire acondicionado se agruparon en mesas de trabajo para discutir los problemas, las posibilidades, necesidades y los caminos que puede andar la industria del aire acondicionado nacional para mejorar sus niveles de eficiencia energética.
Entre distintos temas, se abordaron las Normas y Regulaciones para Equipos que es preciso desarrollar; los Programas No Regulatorios existentes, que permitirían fomentar la eficiencia en el uso de la energía, y las Tecnologías Alternativas de Enfriamiento, como una opción adicional para reducir la demanda de energía que actualmente exige el sector del aire acondicionado mexicano.
En entrevista con Especificar, Michael McNeil, PhD del LBNL y autor principal del estudio, señaló que la situación de México es sumamente compleja, pues el uso del aire acondicionado está aumentando en distintas regiones del país, principalmente aquellas donde el calor es más intenso en verano, como el Norte y Sureste, mientras que las medidas de mitigación no están teniendo el efecto suficiente.
No obstante, asegura, existen distintas estrategias que pueden ponerse en práctica y que se promueven desde hace algunos años para mitigar el consumo. Recordó el programa “Cambia tu viejo por uno nuevo”, implementado por el Fideicomiso para el Ahorro de Energía (Fide), que permitió el reemplazo de millones de refrigeradores domésticos de alto consumo de energía por equipos nuevos más eficientes. Señaló, también, las NOM-020-ENER-2011 y NOM-008-ENER-2001, implementadas por la Conuee, que se enfocan en la envolvente de los edificios y han permitido reducir las necesidades de climatización de distintos inmuebles de la administración pública y de empresas privadas.
“Cada uno de estos programas y de estas medidas ha tenido buenos resultados. El problema y la complejidad de la situación en México es que dichas medidas, en conjunto con otras muchas, como el etiquetado de equipos, el establecimiento de niveles mínimos de eficiencia, la conciencia sobre el uso del aire acondicionado, la educación de la sociedad sobre estas problemáticas, entre otras, deben implementarse al mismo tiempo para realmente lograr reducir el consumo de energía, que seguirá aumentando dramáticamente en los próximos años si las cosas permanecen como están”, explica McNeil.
Las emisiones contaminantes relacionadas con la climatización, tomando en cuenta el mix energético actual, podría alcanzar los 20 millones de toneladas métricas de CO2 para 2030. Por tanto, este sector debe considerarse de principal importancia para el país ante los compromisos asumidos bajo el Acuerdo de París.
Los hallazgos del estudio fueron presentados durante la Cumbre sobre Necesidades y Oportunidades en la Investigación del Impacto Energético del Uso de la Climatización en México, que se llevó a cabo a mediados de febrero en la Casa de la Universidad de California en México.
Durante dos días, representantes de instituciones de gobierno (Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía; Secretaría de Energía; Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales), asociaciones nacionales (ASHRAE Capítulo Ciudad de México y Capítulo Monterrey; Asociación Nacional de Fabricantes de Aparatos Domésticos) organismos internacionales (USAID, LBNL, el American Heating and Refrigeration Institute) y de empresas fabricantes de equipos y componentes de aire acondicionado se agruparon en mesas de trabajo para discutir los problemas, las posibilidades, necesidades y los caminos que puede andar la industria del aire acondicionado nacional para mejorar sus niveles de eficiencia energética.
Entre distintos temas, se abordaron las Normas y Regulaciones para Equipos que es preciso desarrollar; los Programas No Regulatorios existentes, que permitirían fomentar la eficiencia en el uso de la energía, y las Tecnologías Alternativas de Enfriamiento, como una opción adicional para reducir la demanda de energía que actualmente exige el sector del aire acondicionado mexicano.
En entrevista con Especificar, Michael McNeil, PhD del LBNL y autor principal del estudio, señaló que la situación de México es sumamente compleja, pues el uso del aire acondicionado está aumentando en distintas regiones del país, principalmente aquellas donde el calor es más intenso en verano, como el Norte y Sureste, mientras que las medidas de mitigación no están teniendo el efecto suficiente.
No obstante, asegura, existen distintas estrategias que pueden ponerse en práctica y que se promueven desde hace algunos años para mitigar el consumo. Recordó el programa “Cambia tu viejo por uno nuevo”, implementado por el Fideicomiso para el Ahorro de Energía (Fide), que permitió el reemplazo de millones de refrigeradores domésticos de alto consumo de energía por equipos nuevos más eficientes. Señaló, también, las NOM-020-ENER-2011 y NOM-008-ENER-2001, implementadas por la Conuee, que se enfocan en la envolvente de los edificios y han permitido reducir las necesidades de climatización de distintos inmuebles de la administración pública y de empresas privadas.
“Cada uno de estos programas y de estas medidas ha tenido buenos resultados. El problema y la complejidad de la situación en México es que dichas medidas, en conjunto con otras muchas, como el etiquetado de equipos, el establecimiento de niveles mínimos de eficiencia, la conciencia sobre el uso del aire acondicionado, la educación de la sociedad sobre estas problemáticas, entre otras, deben implementarse al mismo tiempo para realmente lograr reducir el consumo de energía, que seguirá aumentando dramáticamente en los próximos años si las cosas permanecen como están”, explica McNeil.
Las emisiones contaminantes relacionadas con la climatización, tomando en cuenta el mix energético actual, podría alcanzar los 20 millones de toneladas métricas de CO2 para 2030. Por tanto, este sector debe considerarse de principal importancia para el país ante los compromisos asumidos bajo el Acuerdo de París.