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Las ciudades esponja son una realidad que se edifica sobre un modelo que transforma las urbes en ecosistemas naturales para retener, filtrar e infiltrar el agua de lluvia por medio de soluciones basadas en la naturaleza. Ejemplo de ello son los parques inundables, los humedales urbanos, los pavimentos permeables y los techos verdes, cuyo concepto fue impulsado en China en 2012 y se ha implementado en al menos 16 metrópolis.
Nueva York se sumó a este concepto al convertir zonas industriales en parques inundables, como el Hunters Point Salt Park en Long Island. En México, el estado de Oaxaca cuenta con al menos 10 programas de captación de agua pluvial como parte del proyecto global de Ciudad Esponja.
En las grandes metrópolis y su urbanización, las lluvias convierten sus calles y avenidas en ríos con pendientes que corren a mucha velocidad, lo que genera grandes desastres, señaló Alejandro Alba Martínez, investigador del Departamento de Hidrobiología en la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana.
Con los bosquejos de la ciudad esponja, el agua se administra correcta y de forma paulatina, como la principal función. “Digamos que vas a hacer una intervención en la urbe para poder ralentizar el agua y que se pueda mantener dentro de ella a partir de soluciones basadas en la naturaleza”. En la Ciudad de México podría ser Xochimilco y sus chinampas.
Con los bosquejos de la ciudad esponja, el agua se administra correcta y de forma paulatina, como la principal función. “Digamos que vas a hacer una intervención en la urbe para poder ralentizar el agua y que se pueda mantener dentro de ella a partir de soluciones basadas en la naturaleza”. En la Ciudad de México podría ser Xochimilco y sus chinampas.
Para construir estos proyectos, una de las estrategias es generar humedales, que son ecosistemas naturales, cuyos suelos tienen una gran cantidad de materia orgánica y siempre están inundados, albergando vegetación y animales típicos del lugar.
“Pero al construirlo de manera artificial se requiere un aislante (geomembrana) con diferentes elementos filtrantes, como piedras, para fomentar la vida de microorganismos y controlar la contaminación”, precisó el doctor Alba Martínez.
En México, “estamos en una curva de aprendizaje que la academia debe esparcir para hacer realidad estos proyectos en todo el país”, refirió, Alba Martínez quien participó en el programa AguaCERO , transmitido por UAM Radio, 94.1 FM.