Por Esteban Guáqueta

Durante varias décadas hemos escuchado que la escasez de agua será el siguiente gran desafío de la humanidad. Actualmente, nos encontramos más cerca de ese escenario y pudimos verlo con algunas situaciones en México y en otras partes del mundo. Recordemos el caso reciente de Nuevo León y, hace algunos años, el de Sudáfrica.

Decisiones importantes ya se tomaron, normas fueron aprobadas y tecnologías fueron desarrolladas e implementadas. El gran reto se encuentra en incrementar la penetración y la expansión del alcance de los métodos y las innovaciones a las distintas cadenas productivas y de suministro. Si la información no llega a los interesados, el cambio puede complicarse.

El discurso que habla sobre reducir el consumo de agua y queda únicamente en una acción para favorecer al medio ambiente está en el pasado. En el siglo XXI, ser sustentables tiene impacto más allá de la responsabilidad social empresarial, pues actualmente representa ventajas operativas y beneficios económicos, además de la construcción de buena reputación.

La industria es clave para proteger los recursos hídricos del mundo, pues es el componente fundamental en operaciones comerciales; por ello, tener tecnologías innovadoras para que los productores reduzcan, reutilicen y reciclen el agua es vital para alcanzar los objetivos de reducción de su consumo. En este sentido, lo primero es establecer objetivos que se dirijan a cuidar nuestro recurso más valioso. Demos un poco de dimensión al reto que se enfrenta.

A escala nacional, México cuenta con una disponibilidad de 3 mil 620 m3 por persona al año, por lo que no se encuentra en una situación generalizada de escasez de agua (se considera escasez cuando el nivel de agua cae debajo de 1 mil m3 por persona al año) ni experimentará esta realidad hacia el año 2050, de acuerdo con el estudio Aguas en México, ¿escasez o mala gestión, del Instituto Mexicano para la Competitividad, A.C. Sin embargo, las regiones que corresponden a la península de Baja California, el Río Bravo, las Cuencas Centrales del Norte y la zona del Valle de México sí observan una situación de escasez.

Si tomamos en cuenta que, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 5% del agua disponible en el país se destina a la industria; 76% se utiliza en la agricultura; 14%, en el abastecimiento público, y 5%, en las termoeléctricas podremos notar que, si bien el sector industrial no es el que más consume, sí es de los que mayor tecnología posee y el que puede contribuir estrechamente con los rubros restantes.

Aunque son muchos los grandes retos que enfrenta la industria a escalas nacional y regional, es posible señalar que uno de los principales es entender y conocer su huella hídrica, para, a partir de ello, mediante soluciones y tecnología, detonar acciones contundentes que generen ahorro, eficiencia e impactos positivos en sus finanzas.

Aunque son muchos los grandes retos que enfrenta la industria a escalas nacional y regional, es posible señalar que uno de los principales es entender y conocer su huella hídrica, para, a partir de ello, mediante soluciones y tecnología, detonar acciones contundentes que generen ahorro, eficiencia e impactos positivos en sus finanzas

Cabe señalar, de igual manera, que las empresas desconocen cómo establecer métricas transparentes y efectivas, o no cuentan con un experto que les ayude a conseguirlas.

Ello es de enorme valor, ya que una verdadera transformación hacia una operación sustentable incrementa y mejora su perspectiva ante los inversionistas y la industria en general, sin mencionar que facilita también un mayor atractivo por parte de los consumidores finales que trasciende a sus colaboradores y asociados.

En resumen, la gestión integral del agua y su tratamiento es necesaria para satisfacer la demanda creciente de recursos hídricos, no sólo para fines públicos o agrícolas, sino también para procesos industriales.


Esteban Guáqueta

Ingeniero Químico por la Universidad Nacional de Colombia. Cuenta con más de 20 años de experiencia en Ecolab. Durante su carrera profesional ha sido responsable de la planificación de productos de Ecolab y sus filiales, mediante la gestión del ciclo de vida de las soluciones y considerando estrategias corporativas. Ha desarrollado estrategias en conjunto con los equipos de Investigación & Desarrollo, Cadena de Suministro y Adquisiciones. Desempeña su labor para 24 mercados en América Latina y lidera equipos de Producto, Comunicación y Seguridad de productos que dan servicio a los sectores de negocio de la división Industrial de Ecolab.