La Fórmula E, más que una simple serie de carreras, se ha posicionado como un laboratorio de investigación y desarrollo para la movilidad del futuro, que lleva una combinación única de sostenibilidad, entretenimiento, tecnología e innovación, desde las pistas hasta las calles.
Con un rendimiento puramente eléctrico, este serial automovilístico toma cada día más fuerza en la búsqueda de vehículos amigables con el ambiente, que viajen cientos de kilómetros con cero emisiones y a costos más bajos, en comparación con los vehículos tradicionales. De acuerdo con Statista, portal de estadísticas para datos de mercado e información sobre los consumidores, hasta 2020 había aproximadamente 8.6 millones de vehículos eléctricos en uso en todo el mundo.
Si bien el ABB FIA Formula E World Championship arrancó en 2014, en estos pocos años de existencia ha mostrado avances significativos, no sólo en materia deportiva, sino en cuanto al desarrollo tecnológico, con baterías, cargadores, centros de carga, conexiones a la red y la habilitación digital, entre otras soluciones implementadas durante varias temporadas.
En la pista, los motores eléctricos de estos bólidos, que en su arranque producen 80 decibeles (dB), pueden alcanzar una velocidad de hasta 225 kilómetros por hora (km/h), 125 menos que los exponentes de la Fórmula 1, que cuentan con motores de combustión interna que generan emisiones de dióxido de carbono (CO2) y de otros gases contaminantes.
Cambios en el serial
A diferencia de la primera temporada en donde se utilizaban autos idénticos, en el campeonato de este año se permite a las nueve marcas automotrices participantes y 12 equipos desarrollar sus propios monoplazas, totalmente alimentados por generadores de combustible de glicerina –líquido que no es tóxico, que no produce emisiones y es 100% renovable–, con nuevos diseños hechos en carbono y aluminio, funcionalidades en su infraestructura y soluciones eficientes de propulsión.
Por ejemplo, la optimización de las baterías (hechas de cobalto y litio, principalmente), se han convertido en uno de los objetivos primordiales de la Fórmula E, pues de su desempeño exitoso dependerá su implementación en los modelos de calle. El rendimiento de las baterías es clave para que el piloto pueda alcanzar la meta en cada carrera, pues mientras compite en los estrechos circuitos urbanos de la Fórmula E, debe tener un ojo puesto en la gestión de la energía y tratar de ahorrar y recuperar tanta electricidad como sea posible.
Es decir, pilotando al máximo todo el tiempo, con los 200 kW (270 CV) que un monoplaza entrega actualmente en carrera (250 kW, 335 CV, en clasificación), podría colocarse en cabeza y distanciarse del resto de rivales, pero la energía de su batería se consumiría antes de cruzar la bandera a cuadros.
Aunque en un principio la carga de la batería de estos coches eléctricos duraba de 25 a 30 minutos, los modelos actuales son más rápidos y cuentan con una batería de 800 volts y 52 kWh de capacidad, diseñada y fabricada por McLaren Technologies, que alcanza para toda la carrera (de 45 minutos a una hora, aproximadamente), sin que los pilotos tengan que pasar por los pits para realizar un cambio de auto, como sucedía en las cuatro primeras temporadas.
Estas baterías se conectan al Enel X JuicePump80 FE, cargador diseñado específicamente para este campeonato, que tiene una capacidad de carga de 80 kW y es capaz de restablecer a carga plena un Fórmula E en alrededor de 75 minutos –aunque el tiempo exacto depende de la temperatura a la que se encuentre la batería–, tiempo suficiente para cargar un monoplaza completamente, por ejemplo, entre la clasificación y la carrera.
Después de años de evolución en lo que respecta a prestaciones, capacidades de batería y procesos de carga, los autos Gen3 –más livianos, rápidos y eficientes– contarán con una solución innovadora y segura de ABB para cargar dos autos de forma simultánea a través de unidades de carga portátiles, que permiten aumentar la potencia del motor y las prestaciones.
“Desde que ABB se unió como socio titular del Campeonato Fórmula E de la FIA en la Temporada 4, han trabajado estrechamente con nosotros para desarrollar la serie como campo de pruebas para el desarrollo de tecnología desde la pista de carrera a la carretera que promueve nuestro propósito fundamental de acelerar la adopción de vehículos eléctricos para contrarrestar el cambio climático. Esperamos ver lo que podemos lograr juntos a través de nuestra asociación a largo plazo”, aseguró Alejandro Agag, fundador y Presidente de la ABB FIA Fórmula E.
Fuera de la pista, este campeonato completamente eléctrico también avanza con la implementación de tecnologías líderes, como el sistema de alimentación ininterrumpida (SAI) de ABB, que se aloja en las instalaciones de televisión de la serie de carreras para garantizar que siga llegando energía a las emisoras en caso de fallo de la red eléctrica en algún circuito de carreras, asegurando así que las transmisiones en directo de la competencia nunca se suspendan.
Aunque el serial 100% eléctrico regresa a México para disputar las fechas 8 y 9 del campeonato 20/21, los próximos 19 y 20 de junio en el Autódromo Internacional Miguel E. Abed de Puebla, aún faltan muchas carreras, en las ciudades más innovadoras del mundo, que ayudarán a definir el futuro de la movilidad en un mundo más limpio.