Las personas quieren confiar en el aire que respiran, tanto en el exterior como en el interior. A medida que las personas regresan a los sitios en donde trabajan, aprenden, juegan y compran, el rol de los sistemas de aire acondicionado y ventilación para contribuir a tener ambientes interiores más saludables los pone hoy más que nunca en el centro de atención. Al mismo tiempo, los dueños de edificios están tratando de determinar cómo reabrir sus centros de trabajo de una manera rentable y sustentable.
En cuanto a la calidad del aire, tu madre tenía razón, el aire fresco es inmejorable. Pero tomando en cuenta que la gente pasa mucho tiempo dentro, la pregunta que debería plantearse es ¿cómo podemos mejorar el aire interior que respiramos?
Hay una ciencia para el aire acondicionado y calidad del aire; y ésta tiene un enfoque holístico para determinar cuáles son las soluciones más óptimas.
Es importante darse cuenta de que no existe una solución única para todos los entornos. Los edificios deben verse y evaluarse de manera amplia, como una serie de sistemas y factores estructurales que trabajan juntos para crear el mejor entorno para un determinado espacio. Estas estructuras tienen diferentes variables dinámicas, como antigüedad, ocupación, uso, ubicación y otros rasgos únicos. Debido a que no hay dos exactamente iguales, las soluciones de calidad del aire no pueden ser tampoco iguales para todos.
Por otro lado, las bases para una calidad del aire interior limpio son claras: el aire fresco es tu amigo; la ventilación es clave; la filtración juega un papel importante.
Si bien puede parecer complejo, hay cuatro elementos clave para una calidad del aire interior más saludable que, cuando se consideran juntos, crean un ambiente interior óptimo:
- Diluir (incrementar ventilación con aire exterior)
- Extraer (asegurarse que la extracción del aire siga funcionando)
- Contener (controlar la humedad)
- Limpiar (usar de forma segura la tecnología de limpieza del aire según corresponda, utilizando diferentes opciones de filtración)
Antes de abrir oficinas, escuelas, restaurantes y gimnasios, los operadores de edificios deben considerar realizar una evaluación del aire interior por parte de un experto. Como herramienta, las evaluaciones ofrecen beneficios tanto a corto como a largo plazo, lo que ayuda a infundir confianza en los ocupantes y los administradores de las instalaciones, al tiempo que facilita el camino hacia una operación de edificios eficiente en los próximos años.
Adoptar un enfoque holístico para optimizar la calidad del aire interior de las escuelas puede brindar comodidad a los maestros, colaboradores y a los padres, y generar confianza para la reapertura. Colaborar con un experto que implemente un programa integral para mejorar la calidad de aire interior que nos asegure seguir todos los pasos apropiados para lograrlo en tiempo y dentro del presupuesto.
Existe evidencia de la Sociedad Americana de Ingenieros en Calefacción, Refrigeración y Aire acondicionado (ASHRAE, por sus siglas en inglés) y otras fuentes, de que las tecnologías HVAC pueden mitigar el riesgo de exposición a aerosoles infecciosos dentro de los inmuebles; sin embargo, la transmisión y mitigación de Covid-19 en edificios aún no se ha probado y confirmado.
Las soluciones especializadas de filtración de aire, como HEPA y otros filtros con clasificación MERV, pueden ser efectivas para reducir la propagación de patógenos cuando se aplican correctamente, especialmente en entornos de atención médica y hospitalaria donde se necesitan niveles muy altos de calidad del aire interior y control de infecciones. Si bien los filtros de alta eficiencia son una parte de una gama más amplia de soluciones, no existe un único remedio o enfoque que funcione para cada situación.