El mayor índice de contagios por el coronavirus Covid-19 en México podría alcanzarse a mediados de mayo próximo y marcaría el punto de inflexión de la curva, por lo que el sistema nacional de salud debe estar preparado para afrontar ese escenario, advirtieron los doctores Roberto Gutiérrez Rodríguez y Marco Antonio Pérez, investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
A partir de ese nivel de la pandemia, que habría acumulado alrededor de 55,836 enfermos, la tasa de crecimiento evolucionaría con un promedio descendente, por lo que “para el día 200 –a mediados de agosto y 6.6 meses después de la primera transmisión, el pasado 28 de febrero– el número total ascendería a 151,774 y, después de ese punto, si las condiciones de sanidad y el medioambiente internacional lo permiten, dejaría de haber infectados, iniciando la Fase Cuatro”.
Los datos son parte del ensayo Modelando la difusión del Covid-19 en México, en el que Gutiérrez Rodríguez, jefe del Departamento de Economía de la Unidad Iztapalapa, y Pérez Méndez, doctor en Estudios Sociales por la UAM, presentan un modelo sobre la posible trayectoria de una curva sigmoidea de tipo Gompertz referida en exclusiva a los afectados.
El análisis estadístico se llevó a cabo a partir de los registros de los nosocomios públicos y privados del país sobre personas que han adquirido el Covid-19, consolidados por la Secretaría de Salud entre el 28 de febrero y el 8 de abril.
“La principal preocupación es que los hospitales se saturen cuando lleguemos a la etapa de crecimiento elevado de la dispersión, que está próxima, de acuerdo con el modelo, que permite conocer cuántos individuos van a contraer el padecimiento en el corto y el mediano plazos para que las instituciones preparen suficientes espacios de atención”, dijo el doctor Gutiérrez Rodríguez.
La principal preocupación es que los hospitales se saturen cuando lleguemos a la etapa de crecimiento elevado de la dispersión, que está próxima, de acuerdo con el modelo, que permite conocer cuántos individuos van a contraer el padecimiento en el corto y el mediano plazos para que las instituciones preparen suficientes espacios de atención”
Roberto Gutiérrez Rodríguez, jefe del Departamento de Economía de la UAM Iztapalapa
Si se utilizara el factor de expansión del Modelo Centinela –diseñado por la Secretaría de Salud en el contexto de la influenza de 2006– para conocer la suma verdadera sería necesario multiplicar el número oficial reportado por un escalar con valor de 8.3367. Y “si el total es válido para todas las entidades del país, las cantidades reales hasta el pasado 8 de abril no serían de 3 mil 181, sino de 26 mil 519, pero usar dicha cifra modificaría todos los cálculos, por ejemplo, perdería sentido la tasa de letalidad –personas fallecidas sobre contagiadas– ya que bajaría de 5.47 a 0.66 por ciento y la lógica sería que, si los enfermos fueran multiplicados por un escalar, lo mismo se hiciera con los fallecidos, con lo cual se obtendría una pauta consistente con lo reportado hasta ahora por la dependencia federal”.
En números aproximados difundidos por el sector, 80 por ciento de la población se contagia sin desarrollar el padecimiento; 15 por ciento desarrolla síntomas y enferma; 5 por ciento requiere hospitalización y, de este último porcentaje, 3 por ciento fallece, puntualizó el académico.
En esas condiciones, el límite de infectados en el mundo sería de 380 millones y de fallecidos de un millón 140 mil; en Estados Unidos de 18 millones 250 mil y 547 mil 500, respectivamente, y en México de 6 millones 300 mil y 189 mil, en el mismo orden.
De acuerdo con la Secretaría de Salud, del total de infectados (3,181) sólo 30 por ciento ha sido internado y el resto quedó aislado en su domicilio, aunque lejos de ser una tasa fija ha ido en aumento y se prevé que lo siga haciendo.
En el desarrollo del modelo se analizó el comportamiento del virus, en especial el patrón de expansión, que cae en el campo de las curvas sigmoides, es decir, en forma de S, utilizando econometría para valorar los parámetros, no sólo la velocidad de transmisión, sino también el desplazamiento de la curva, manifestó el doctor Pérez Méndez.
“A partir de los datos históricos estimamos los valores de los parámetros y los aplicamos a la fórmula matemática del modelo Gompertz, observando que la trayectoria proyectada por el modelo era consistente con los resultados de otras naciones que vivieron el problema antes que nosotros, en especial asiáticas y europeas, así que, en la medida en que las autoridades proporcionen datos estadísticos fidedignos, podremos hacer cálculos que ayuden a salvar vidas”.
Aunque la tasa de crecimiento del número de infectados por Covid-19 es alta, todavía no alcanza el nivel exponencial que muchos observadores habían pronosticado, un fenómeno que tampoco se ha visto en otros países y esto podría provocar un alargamiento del ciclo completo de la pandemia, pero contribuye a que no se sature el complejo hospitalario.
Aunque la tasa de crecimiento del número de infectados por Covid-19 es alta, todavía no alcanza el nivel exponencial que muchos observadores habían pronosticado, un fenómeno que tampoco se ha visto en otros países y esto podría provocar un alargamiento del ciclo completo de la pandemia, pero contribuye a que no se sature el complejo hospitalario.
Un crecimiento más acelerado se ha registrado en materia de fallecimientos, que pasaron de tres el 22 de marzo a 174 el 8 de abril, una tasa promedio diario de 10.4 por ciento.
Los doctores en Estudios Sociales por la UAM reconocieron dificultades para pronosticar el comportamiento futuro de la enfermedad en México, al tratarse de un asunto que cae en el campo de los sistemas complejos; no es lineal y los valores de los parámetros cambian constantemente, incluida la tasa de letalidad, además de que los resultados dependen de cuatro factores: la disciplina de la sociedad en cuanto a sana distancia, aseo constante de las manos, estornudo de etiqueta y reuniones con muy limitado número de personas, entre otras medidas.
También hay que considerar la infraestructura hospitalaria, que incluye paquetes preventivos; capacidad para hacer pruebas; camas de cuidados intensivos; ventiladores y monitores; personal médico suficiente; sanidad de las instalaciones, y disponibilidad de medicinas y equipo; así como las condiciones etarias: a mayor proporción de personas de 60 años o más en la población total, mayores posibilidades de contagio y muerte; el cuarto corresponde a las condiciones de salud de la gente más propensa a contagiarse, que es aquella que padece diabetes, hipertensión y obesidad o que ha sido fumadora, aunque tampoco se descarta que el tipo de sangre y el clima influyan.
“Esta información es importante para determinar la velocidad de crecimiento del Covid-19 en la sociedad, pero hay que estar conscientes de que tiende a cambiar casi a diario y eso dificulta la capacidad del proyectista para ofrecer cifras que no se desvíen de las observadas, sobre todo en el mediano y largo plazos. Por eso y porque la tasa de contagiados no es constante ni lineal actualizaremos las corridas cada semana”.