Tras 125 años desde su fundación y 40 años de presencia en Latinoamérica, la NFPA ha sido una brújula que se renueva para ofrecer normas y códigos enfocados en minimizar los riesgos por incendio de las complejas edificaciones vanguardistas
Por Dulce María Negrete
La moraleja de la fábula de Esopo, “Los hijos del labrador”, subraya que las varas unidas se vuelven invencibles ante la adversidad, porque en la unión se encuentra la fortaleza. Tal parece que esa es la filosofía con la que la National Fire Protection Association (NFPA) ha forjado una historia que cumple ya 125 años de fundación y 40 años de presencia en Latinoamérica.
Desde su creación, la NFPA crea y mantiene los requisitos mínimos para la prevención contra incendios en inmuebles industriales, comerciales o domésticos, por medio de códigos y normas, con la finalidad de evitar pérdidas materiales y humanas. A través de sus Cómites Técnicos, liderados por expertos en el control de incendios, los 300 estándares que posee, conocidos como National Fire Codes, recomiendan prácticas seguras.
Luego de dos grandes y trágicos incendios suscitados en las ciudades de Boston y Chicago, en Estados Unidos, en el siglo XIX, los miembros del sector contra incendio se reunieron con la comunidad de seguros y el servicio de bomberos de aquel país para formar la NFPA, con el propósito, en un principio, de estandarizar procedimientos para el manejo y el control de incendios.
En 1896 publicaron su primera norma, la NFPA 13, Norma para la Instalación de Sistemas de Rociadores, diseñada para estandarizar el tamaño de las tuberías y el espaciamiento de los rociadores utilizados en propiedades comerciales e industriales dentro de un radio de 100 millas (160 kilómetros) en la ciudad de Boston, Massachusetts, también en Estados Unidos.
Cabe destacar que desde la elaboración de su primer Código, la NFPA ha desarrollado normas por consenso, no por decreto, como el Código Eléctrico Nacional, publicado en 1897, precursor del Código de Seguridad Humana, publicado en 1913, y del que parten todos los demás códigos y normas elaborados desde entonces.
Por su parte, los Comités Técnicos reconocen que la labor dentro de la asociación siempre es perfectible, por eso trabajan de manera consensuada sobre cuáles son los efectos de los riesgos y los costos de los incendios; es decir, cuánto está dispuesta a invertir la sociedad para reducir el riesgo por daño. Con base en ello, han procurado combatir los mitos y la desinformación con códigos y normas basados en evidencia, fundamentación técnica, investigación y educación.
Los códigos y normas de la NFPA han servido para que los sistemas contra incendio diseñados e instalados mitiguen y extingan el fuego, de tal suerte que las personas dentro de un inmueble puedan salir por las rutas de evacuación, mientras el personal de emergencia o protección civil entra para finiquitar el siniestro. De algún modo, los estándares NFPA se han convertido en la brújula dorada para el personal de emergencia, protección civil y las autoridades con jurisdicción de cualquier parte del mundo.
Todas las NFPA son revisadas y actualizadas cada tres o cinco años en ciclos de revisión, que acontecen dos veces al año. Cada ciclo de revisión sucede conforme a un programa que incluye las fechas límite para cada etapa en el proceso de desarrollo de normas. Los dos primeros, de los cuatro pasos fundamentales en el proceso, son los públicos: los aportes y los comentarios. Luego se realiza una reunión técnica, y se finaliza con la acción del Consejo de Normas, donde se estudian las apelaciones y se establece la fecha de emisión de la norma.
Hay que resaltar también que, según establece en documentos oficiales, es una organización sin fines de lucro, que vive de sus membresías, capacitaciones, asesorías y venta de sus códigos y normas (también llamados documentos NFPA), por lo que “no tiene el poder, ni la responsabilidad para vigilar o hacerlos cumplir. Tampoco lista, certifica, prueba o inspecciona productos o instalaciones en cumplimiento con documentos NFPA. Cualquier certificación u otra declaración de cumplimiento con los requerimientos de sus documentos no deberá ser atribuible a la NFPA y es únicamente responsabilidad de la persona u organización que los utiliza”.
Cuatro décadas de la NFPA en Latinoamérica
Cada vez más, se observan en Latinoamérica construcciones en forma vertical: plazas comerciales, hospitales, hoteles, centros de diversión masivos u oficinas, y cada vez son más similares, pues circundan a una sociedad dinámica según sus roles e intereses, pero parece que quienes los construyen, así como quienes los habitan, no tienen una cultura eficiente de prevención de incendios.
En los últimos 40 años, Latinoámerica ha sido la región con más muertes por incendios. “De cada 10, cinco ocurren en este lado del mundo”, señala Jaime Andrés Moncada, director del International Fire Safety Consulting (IFSC). “Tanto las construcciones recientes, como las ya establecidas, son un reflejo de sus aspiraciones a favor del desarrollo pero no se ocupan de replicar lo intangible, esto es, implementar los sistemas de protección contra incendios funcionales para dichas estructuras”, advierte.
Aunque los incendios pueden suscitarse en cualquier lugar y en cualquier momento, si no se toma en serio la seguridad de las instalaciones para reducirlos, e incluso inhibirlos, seguirán ocurriendo, obligándonos a lamentarnos, tal como lo sentenció Percy Bugbee, gerente General de NFPA hace 63 años: “Los riesgos de un incendio pueden mitigarse, incluso evitarse, cualquier acontecimiento trágico al respecto será resultado de viejas lecciones que han sido vulgarmente desoídas”.
La NFPA llegó a Latinoamérica hace 40 años, de la mano del colombiano Jaime Moncada Pérez, padre del actual director del IFSC. Ingeniero de profesión, en ese entonces contratista, don Jaime advirtió que la región debía conocer y capacitarse en el manejo y control de incendios, a través de buenas prácticas que mantuvieran los edificios seguros. Por lo que, en 1981 creó la Organización Iberoamericana de Protección Contra Incendios (OPCI), la cual se dedicó a divulgar los códigos y normas de la NFPA en todos los países de habla hispana, incluido México.
Siguiendo con esta ideología, el ingeniero mexicano Antonio Macías Herrera, quien fuera director de NFPA para Latinoamérica y el Caribe desde el año 2000 hasta 2020, declaró que, como parte de su labor, y a solicitud expresa, acompañó a las autoridades con jurisdicción de diversos países en la adopción o referenciación de los códigos y estándares NFPA en su marco jurídico.
En paralelo, alimentó el asociacionismo con los miembros de la NFPA en esta región del continente para que continuaran capacitándose. De esta manera, su labor culminaba cuando gobiernos y empresarios especializados en este sector lograban establecer un mismo idioma, el cual permitía que los inversionistas mantuvieran la certeza de que no sería un incendio lo que acabaría con su inmueble.
Como parte de su gestión, el ingeniero Macías, egresado de la UNAM, reportó: “en los últimos 10 años hemos visto un importante número de países latinoamericanos tomar en serio la adopción de los códigos y normas de NFPA. Ahora, varios gobiernos se han propuesto tener una reglamentación adecuada y actualizada para construir en forma segura”.
Un nuevo Director para Latinoamérica y el Caribe
Desde el 1 de julio de 2020, Jaime Gutiérrez Casas, maestro en Administración Pública, es el nuevo Director General de NFPA para Latinoamérica y el Caribe, y está trabajando para mantener una estrecha relación con las autoridades competentes desde México hasta Argentina en materia de normatividad local legislativa, para acoger directa o referencialmente las normas y códigos NFPA. Dicho nombramiento se da luego de que el ingeniero Antonio Macías Herrera le cediera la estafeta, tras 20 años al frente de la asociación internacional.
En entrevista con Especificar, el nuevo Director General de la NFPA comparte que debe procurarse un seguimiento a la información local: “Identificar a qué decisiones diarias sobre protección contra incendios se enfrenta la sociedad en el lugar que habita, reconocer aquellas que debe sortear todo el entramado de funcionarios públicos, los cuerpos de bomberos, las aseguradoras, los profesionales de seguridad contra incendios, porque sus decisiones pueden tener consecuencias duraderas”.
Como maestro en Administración Pública, Guitérrez Casas ha liderado estrategias de construcción en diferentes niveles del gobierno mexicano, incluidos programas de seguridad y protección contra incendio para casi 30 hospitales y clínicas de salud, también se ha encargado de la administración de una gran red hospitalaria de más de 1 mil 347 inmuebles a nivel nacional.
Ahora, como directivo de NFPA para Latinoamérica y el Caribe, se vislumbra un trabajo arduo, pues consiste en mantener el vínculo con las autoridades con jurisdicción de los países latinoamericanos que ya han referenciado o adoptado los código o normas de la asociación. “Estoy enfocado, hoy la consigna es echar mano de la globalización y la digitalización para que los 300 códigos y normas NFPA permeen y permanezcan”, reconoce.
Hoy la consigna es echar mano de la globalización y la digitalización para que los 300 códigos y normas NFPA permeen y permanezcan”
Jaime Gutiérrez Casas, Director General de NFPA para Latinoamérica y el Caribe
Estas 300 normas y códigos contribuyen a la seguridad, a salvaguardar vidas y a asegurar la continuidad de operaciones en un inmueble del que depende una unidad económica, una industria, o incluso una nación. “Somos una organización privada, sin fines de lucro; nos movemos rápido, buscamos coadyuvar con las autoridades de cada país que así nos lo solicita, para asesorar sobre las condiciones de seguridad”, puntualiza.
Se trata de que las NFPA se utilicen, en busca de mejores prácticas, en el proceso constructivo o remodelatorio de una edificación para que le den certeza a la cadena de suministros de la industria y el comercio de la nación que los requiere.“Nos estamos volviendo cada vez más digitales, más interconectados, más globales, estamos en una posición ideal para entender y definir esos retos, y estamos en una posición ideal para colaborar”, añade.
En México, por ejemplo, a partir de ajustes al Sistema de Metrología y Normalización, actualmente llamada Ley de Infraestructura de la Calidad (LIC), se pretende dar un impulso para desbloquear las negociaciones en seguridad contra incendios, mediante la cooperación entre actores locales y expertos mundiales, incluida la NFPA, ya que, como asegura el ingeniero, “las normas de NFPA no son normas de Estados Unidos, son normas internacionales”.
Basados en los acontecimientos diarios a los que se enfrentan los bomberos, las aseguradoras, los profesionales y los inversionistas, los miembros que conforman la NFPA han aprendido a compartir conocimientos con los organismos nacionales de normas, más las autoridades competentes, según el país donde sean referenciadas o tomadas como guías. La fundamentación técnica, la investigación y la educación siguen desarrollándose, pero aún falta mucho por hacer.
Ecosistema NFPA, la seguridad a través de ocho engranajes básicos
Lo que en un principio se centró en profesionalizar a la cadena de suministros que se dedica al sector de protección contra incendio, ahora también está encaminado a conseguir una cultura de prevención de incendios.
En 2018, la NFPA presentó el Ecosistema NFPA, programa que contempla ocho elementos esenciales que coadyuven en la labor de la protección contra incendio. Estos engranajes son Responsabilidad Gubernamental, Desarrollo y Uso de Normativa Actualizada, Comprensión de la Normativa Referenciada, Inversión en Seguridad, Fuerza Laboral Calificada, Cumplimiento del Código, Preparación y Respuesta a Emergencias y Público Informado.
En el nombramiento del nuevo Director de la NFPA para Latinoamérica y el Caribe, Jim Pauley, presidente y CEO de la NFPA, manifestó entonces que “la NFPA ha trabajado la seguridad en Latinoamérica, a través de actividades de divulgación y capacitación. Jaime Guitiérrez se basará en esa historia para promoverla como un sistema en el que todos jugamos un papel importante, como lo describe el Ecosistema de seguridad contra incendios y vida de la NFPA”.
Por su parte, el maestro Gutiérrez Casas reconoce que el ecosistema puede ser aplicado a cualquier proceso o evento que comprometa la seguridad y la protección humana relacionados con cuestiones eléctricas o relacionadas con fuego, de ahí que sea una herramienta que bien utilizada puede ayudar considerablemente a prevenir riesgos.
Las explosiones en el puerto de Beirut, Líbano; en la Torre Grenfell, Inglaterra; y el caso del incendio en el mercado la Merced, en Ciudad de México, son, en realidad, el resultado de múltiples fallas de los componentes del Ecosistema, entre los que se incluye, como se observa, la responsabilidad del gobierno y el cumplimiento de las normas.
“Por eso sigue aquí NFPA, para que sin importar qué rasgos nuevos o recurrentes se presenten por riesgos de incendio, eléctricos o relacionados, más allá de la frontera de los Estados Unidos, en países donde el inglés no es el idioma local, se cuente con normas y información relacionada, traducida y disponible. Porque las decisiones por parte de las autoridades a cargo de hacer cumplir las reglamentaciones requieren información para proporcionar los lineamientos sobre cómo evitarlos, rol asumido por NFPA desde hace 125 años”, concluye el director.