Cinco años pasaron desde la concepción de Torre T.O.P. Obispado, en Monterrey, hasta lograr la certificación LEED BD+C: Core & Shell Nivel Oro. THREE Consultoría Medioambiental se abocó a construir mejor sobre lo ya construido
Por THREE Consultoría Medioambiental / Imágenes, cortesía Three
El pasado mes octubre de 2020, el edificio más alto de Latinoamérica, Torre T.O.P. Obispado, ubicado en Monterrey, Nuevo León, alcanzó la certificación LEED BD+C: Core & Shell Nivel Oro. Desde su concepción, hace más de cinco años, este proyecto consideró la sostenibilidad en su toma decisiones. Durante la selección del terreno para el desarrollo, se tomaron en cuenta las zonas de prioridad para el desarrollo de Nuevo León, las cuales están señaladas en el Plan de Desarrollo Urbano del Municipio de Monterrey 2013-2025.
Los estudios correspondientes a movilidad y mercado indicaron que la zona Obispado (a diferencia de otras zonas del área metropolitana como Valle Oriente o San Pedro), tenía una menor saturación, por lo que requería menos trayecto de viaje por parte de las personas que se dirigían a sus lugares de trabajo. De esta forma T.O.P. se encuentra más cercano a los usuarios finales, reduciendo la necesidad de transporte, y por ende, la emisión de contaminantes generada por los vehículos.
Originalmente, el sitio era una construcción completamente desarrollada, por lo que el suelo había sido previamente impactado. En este sentido, el desarrollo de un nuevo proyecto no implicaría un impacto a tierra virgen. No obstante, al haber un edificio anterior, fue necesario incluir medidas para reducir o eliminar residuos que de otra manera terminarían en el relleno sanitario. Así, se desarrolló un plan de demolición en el que se identificaron todos los materiales reutilizables o reciclables, desde jaboneras hasta los ladrillos de las paredes, que fueron donados o enviados al reciclaje.
Con esto, no sólo se promovió el uso circular de los recursos, sino que se incrementó la vida de los productos y materiales, además de que se evitó la emisión de gases de efecto invernadero por la transformación de materiales. También se apoyó a prevenir la eminente saturación de los rellenos sanitarios.
Desde la etapa de diseño, el equipo de trabajo de THREE Consultoría implementó estrategias que permitieron integrar criterios de sostenibilidad. No sólo como ingenierías de valor que le dieran beneficios al desarrollador, sino beneficios a largo plazo, que aportaran gran valor a los inquilinos y a los usuarios de la Torre. Las medidas fueron desarrolladas con la intención de incrementar la calidad de vida de los usuarios y reducir los costos operativos.
En consecuencia, algunos de los beneficios sostenibles de este proyecto fueron los siguientes:
Pinturas y adhesivos en toda la construcción con bajos niveles de Compuestos Orgánicos Volátiles (COV). Estos compuestos son dañinos para las personas, por lo que una buena selección de materiales ayudó a mejorar la calidad del aire y el bienestar de los usuarios.
Materiales regionales. Monterrey es una ciudad que cuenta con gran variedad de materiales para la construcción, es por eso que se seleccionaron materiales de la región, a fin de favorecer la economía local y reducir la necesidad de transporte.
Equipos sanitarios de alta eficiencia para reducir el consumo de agua. Con esto, se buscó reducir el estrés hídrico de la red de la zona metropolitana, eliminando necesidades desde la selección de equipos.
Iluminación eficiente y de calidad en todos los espacios. Cumpliendo con la normativa respectiva, se buscó iluminación que proporcionara los niveles necesarios para desarrollar las actividades dentro del edifico.
Vidrios eficientes ubicando el cubo de instalaciones y circulación en el centro del edificio. La fachada de vidrio permite el acceso de luz natural sin obstruir la vista al exterior, con lo que se favorece el ciclo circadiano de los usuarios para mejorar su salud, pero evitando la entrada de calor a los espacios.
Sistemas de aire acondicionado distritales. Estos permitieron incrementar la eficiencia y reducir los costos de operación.
Adicionalmente, se concretaron objetivos muy importantes que posicionan a este proyecto como un líder sostenible en nuestro país. Por ejemplo, durante su construcción se siguieron procedimientos eficientes y logísticos, logrando desviar los residuos de construcción al relleno sanitario en 93 %.
Asimismo, al compararse con un caso base internacional (siguiendo el estándar ASHRAE 90.1-2007), este proyecto tiene una reducción de consumo de energía del 24 % contra los requerimientos mínimos de este estándar, y adicionalmente se reduce 38 % del consumo de agua potable, al compararse con un edificio tradicional.
¡Los invitamos a conocer más acerca de este gran proyecto y su sostenibilidad!