Este año no se ve fácil y el común denominador entre muchas personas es la sensación de incertidumbre. En el mundo de los negocios no es distinto y, por ello, a continuación se comparten algunas estrategias que pretenden dar claridad ante los retos que se avecinan.
Con la entrada en funciones del nuevo gobierno norteamericano, la liberación del costo de la gasolina y la inseguridad en el país, entre otras circunstancias, es un hecho que 2017 pinta un escenario complejo. En medio de esa vorágine de cambios, para los empresarios puede resultar difícil la toma de decisiones oportunas y objetivas. Sin duda se está entrando en una etapa marcada por fenómenos inesperados y esta situación puede generar confusión y cierto desamparo.
Es por ello que se ve muy oportuno compartir siete claves concretas para encontrar más claridad en el camino corporativo.
1. Mantenerse informado sin caer en pánico
Los medios de comunicación se están enfrentando a un fenómeno propio de la actualidad: el exceso de información. En ese sentido, están haciendo hasta lo imposible para mantener el interés de sus audiencias.
Sin generalizar, es una realidad que algunos medios están dando prioridad a la emisión de notas sensacionalistas, y pareciera que entre más miedo causen en sus lectores o escuchas generan mayor interés en sus temas.
Algo similar ocurre en las redes sociales, ya que los ciudadanos –en ejercicio de su libertad de expresión– pueden excederse en la publicación de datos no comprobados, avivando de esta manera el pánico colectivo.
Por ello, hay que ser selectos con las fuentes que se consultan para mantenerse informados. Lo mejor es darle preferencia a aquellos medios que son objetivos y profesionales.
También, es conveniente seguir a líderes de opinión acreditados a través de sus blogs, columnas o entrevistas. Lo esencial es contar con información confiable, oportuna y acreditada para que se tomen las mejores decisiones corporativas.
2. Identificar oportunidades en la crisis
Una crisis lleva necesaria y frecuentemente de modo no planeado a salir de la zona de confort. Ante esa situación, no vale la pena quejarse o mantenerse en la nostalgia del pasado. En todo caso, conviene hacer un análisis objetivo de las nuevas condiciones y, muy probablemente, si desmenuzamos sus elementos, uno se dará cuenta de que cada crisis esconde una oportunidad. Muchos empresarios suelen paralizarse ante la crisis, o bien, se aferran a las estrategias utilizadas con éxito en el pasado.
Ambas opciones difícilmente son las mejores en un momento inesperado y complejo. Por lo tanto, resulta lógico intentar poner en práctica estrategias novedosas. De hecho, ¡es el mejor momento para innovar! Con la incertidumbre que se vive actualmente, es posible que su compañía pueda ofrecer luz en algún aspecto que los demás lo necesitan.
Buscar asesoría calificada en temas críticos
Si 2017 suena retador, lo será más todavía si se es un empresario soberbio. En un ejercicio de honestidad, se tiene que aceptar que no se sabe todo y que esta ignorancia puede ser la restricción que le impide a las empresas crecer satisfactoriamente.
La ventaja de admitir las limitaciones que se poseen es que esta reflexión permite, de la misma manera, buscar ayuda. Sin embargo, vale la pena ser cauteloso, ya que hoy en día se cuenta con una oferta amplísima de asesores que aseguran tener la “llave maestra”.
En este orden de ideas, no se calificará la diversidad de corrientes de consultores, pero sí hay que establecer que el mejor coach (o cualquier otro título que ostente) es el que haga sentido con las necesidades advertidas. No importa si es “coaching con caballos”, “yoga de la risa” o “coaching sistémico”, seguramente acercarse a un experto calificado aportará algo positivo al desarrollo del negocio.
4. Formarse una comunicación honesta y clara con la gente
Ante el estado de incertidumbre, es un pecado capital aportar actitudes que incrementan el fenómeno. Hay que construir un vínculo fuerte y confiable con los colaboradores, y la única manera de conseguirlo es utilizando una comunicación honesta y clara.
Para empezar, es oportuno y necesario entablar una conversación con los colaboradores sobre lo que se avecina para su compañía en este nuevo periodo y cómo van a enfrentar tal escenario. También, conviene comentarles la importancia de su labor en ese contexto y reconocer desde ahora los valores de lealtad y compromiso que fortalecerán a la empresa: ¡justo cuando más se necesita!
5. Tener presente que lo único seguro y constante son los cambios
En el ámbito de los negocios, como en la vida, la única constante son los cambios. Por tanto, los empresarios que están conscientes de este hecho están mejor preparados para adaptarse. Y lo están porque no pierden tiempo en lamentaciones o quejas. Esta premisa suena lógica al pensar que si el cambio de rumbo no nos sorprende, se tiene tiempo suficiente para desarrollar una estrategia diferente. Prepararse para gestionar los cambios corporativos implica, también, prever un escenario de crisis.
Entonces si se quiere estar mejor preparado, una de las medidas por adoptar de inmediato es la elaboración de un manual de crisis. En ese documento se diseña bajo un Comité de Crisis, para la toma de decisiones extraordinarias. Se delimitan sus funciones y se prevén estrategias para situaciones que para la empresa representan una etapa complicada, en diferentes grados.
6. Aportar certeza en su comunidad
Ante la incertidumbre, es deseable que los empresarios aporten certeza hacia el interior de su compañía. No obstante, esta responsabilidad se extiende, del mismo modo, hacia la comunidad.
Ello es así porque, finalmente, la comunidad es parte importante de los factores que permiten la existencia de las empresas y porque es la única forma de convertirse en agentes de cambio positivo en nuestro país.
En concreto, se sugiere mantener políticas claras acerca de sus relaciones con clientes, proveedores y autoridades; así como una política de precios que evite la especulación y obstáculos al flujo de la economía doméstica.
7. Mantener la congruencia (y la cordura también)
Una actitud clave ante la incertidumbre es la congruencia: lo que se diga y se haga debe reflejarse como si se tratara de un espejo. Un empresario congruente denota claridad en sus valores y prioridades, así como interés por la subsistencia de la empresa como centro de desarrollo profesional de sus colaboradores, productor de bienes de alta calidad, generador de empleo y un factor de impacto positivo en su comunidad. La congruencia es sinónimo de cordura y madurez.
¿Cuál será el ambiente en su empresa durante este año?, ¿cómo se sentirá el equipo de trabajo?, ¿es su compañía el mejor sitio para enfrentar la incertidumbre? En este momento se está en muy buen tiempo poner en práctica las mejores estrategias para que su compañía no sólo subsista, sino que sobresalga de manera extraordinaria.