Las tecnologías para manejar la energía eléctrica han cambiado radicalmente en los últimos años. Se ha transformado en medio de un negocio de miles de millones de dólares que se ejecuta en prácticamente todos los países del planeta. Con su modernización, las redes eléctricas también han implementado nuevas formas de ahorrar e implementar abastecimientos y almacenamientos más eficientes, así como limpios para reducir la huella de carbono. Sin embargo, aún hay reservas por parte de algunas industrias para adoptar estas soluciones energéticas.

Aunque la industria mundial de almacenamiento de energía en baterías ha cobrado impulso en los últimos años con una inversión de 450 mil millones de dólares sólo en 2024 (Statista), aún falta mucho campo que recorrer. En México apenas se está regulando el uso del almacenamiento eléctrico. Recientemente se implementó el Acuerdo Núm. A/113/2024 de la Comisión Reguladora de Energía que establece las Disposiciones Administrativas de Carácter General para la integración de Sistemas de Almacenamiento de Energía Eléctrica (SAE) al Sistema Eléctrico Nacional (SEN).

En este contexto, el almacenamiento de energía adquiere mayor importancia debido a que el gasto de energía a nivel nacional ha aumentado. Según datos del Sistema Interconectado Nacional, el consumo incrementó 10.2% de 2022 a 2023. Si la tendencia sigue así, aumentará también la generación de emisiones de carbono que contribuirán al efecto invernadero. 

Según datos del Sistema Interconectado Nacional, el consumo incrementó 10.2% de 2022 a 2023

Por eso, implementar energías limpias y, sobre todo, sistemas de almacenamiento representa una gran oportunidad a varios niveles. El primero es el ahorro energético, especialmente en sectores que requieren grandes abastecimientos para funcionar, como el metalúrgico o el de las cadenas de frío. Otro punto es que estas tecnologías son un excelente incentivo en la era del nearshoring para generar alianzas con empresas extranjeras que tienen estrictas políticas ambientales.

Asimismo, la adopción de sistemas de almacenamiento de energía contribuye a obtener incentivos fiscales para expandir negocios, sin importar su tamaño o giro. En este sentido, las empresas mexicanas pueden aprovechar la existencia de estos sistemas en México a través de la empresa Quartux, la cual utiliza baterías de ion litio para almacenar energía de la red eléctrica cuando su costo es menor, utilizándola cuando suben los precios debido a la demanda. Esto puede generar ahorros en el recibo de la CFE con tarifas gdtmh de hasta un 40%.

Además, este tipo de tecnología protege contra apagones de luz, reduce considerablemente las emisiones de carbono y optimiza el uso de energía mediante un sistema de inteligencia artificial que se adapta a las necesidades de cada empresa. Ha demostrado ser especialmente útil en sectores como la hospitalidad, los centros comerciales y las productoras de plásticos.

Este tipo de solución energética no sólo puede contribuir a la eficiencia de las grandes empresas, sino también a replantear el urbanismo para lograr que las ciudades consuman mucho menos energía, en beneficio de la población y de las condiciones medioambientales del futuro. 

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