Según el Sistema Meteorológico Nacional, la onda gélida que afectó a Estados Unidos las últimas semanas de enero hizo lo propio en el norte de México, zona del país que se distingue por su intensa actividad industrial. 

Mientras en Estados Unidos se registraron las temperaturas más bajas en más de 60 años en algunas zonas de Texas, en México el frío ha calado principalmente en algunas ciudades del norte de Chihuahua, Durango y Baja California.

“La industria manufacturera, que trabaja con muchos equipos que son susceptibles a cambios de temperatura, debe acostumbrarse a que en el mismo territorio mexicano podemos tener frentes fríos y olas de calor de manera simultánea, y estar preparados para que esto no sea un factor que afecte el funcionamiento de los activos”, explicó Tomás Allen, VP Sales Latam de Fracttal, plataforma líder en soluciones de mantenimiento a partir de Inteligencia Artificial.

El frío extremo, la humedad y la posible presencia de nieve o hielo puede perjudicar el rendimiento y la vida útil de los equipos en diversas industrias, como la de fabricación, la aeronáutica y la de sistemas de aire comprimido.

En los sistemas de aire comprimido, por ejemplo, los componentes mecánicos, sellos y válvulas pueden ser menos flexibles ante el frío; esto puede provocar grietas y mal funcionamiento. Por otro lado, las temperaturas bajas pueden espesar aceites y lubricantes, lo que deriva en lubricación insuficiente y mayor desgaste. 

En los sistemas de aire comprimido, por ejemplo, los componentes mecánicos, sellos y válvulas pueden ser menos flexibles ante el frío; esto puede provocar grietas y mal funcionamiento. Por otro lado, las temperaturas bajas pueden espesar aceites y lubricantes, lo que deriva en lubricación insuficiente y mayor desgaste. 

“En ocasiones, estos cambios en la operación de los activos no se perciben a simple vista inmediatamente, por lo que es necesario contar con sistemas de mantenimiento cada vez más específicos, así como sensores encargados de medir aspectos como la temperatura y la presión, y que recopilen datos en tiempo real que sean visibles en una plataforma”, señaló el experto de Fracttal.

El estudio Producción Manufacturera y Temperaturas Extremas, realizado en fábricas de Canadá, demuestra que por cada día de bajas temperaturas extremas, se puede perder hasta 0.18% de la producción anual, con un efecto acumulado de 2.2% hacia el final del año.

“Esta pérdida de la capacidad de la producción será cada vez mayor, pues el cambio climático provocará que las temperaturas frías extremas se conviertan en un fenómeno cada vez más común, con una tendencia a que la pérdida de producción por frío extremo alcance el 4% anual hacia mediados de siglo”, señaló Allen.

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